viernes, 30 de septiembre de 2011

APAGANDO LUCES


Todo es cuestión de focos, por eso estos días que todavía hace un tiempo veraniego nos encontramos animados, da la impresión de que estamos remontando, pero cuando ya el cambio climatológico aparezca, pues es ley de vida, y los focos del teatro del mundo mengüen su luz, volveremos a la etapa de luces y sombras, y tiene pinta de que las sombras van a ser cada vez más alargadas.
Nuestro chip de manera de vivir tendrá que ser modificado, sino racionalmente, sí por los hechos que nos irán marcando por dónde podemos ir y mostrando terrenos vedados que cada vez serán más amplios.
Nuestra filosofía de vida va a tener que ir cambiando de lo que queremos hacer a
lo que podemos hacer.
El gobierno quiere que nos lancemos a comprar, pero lo único que vas a poder hacer es la compra de la supervivencia, y muchos productos se van a convertir en delicatessen.
Es probable que desde un punto de la salud, nos venga mejor este cambio, pues nos vamos a tener que quedar con las cosas verdaderamente importantes.
Costumbres como beber y fumar, por lógica, van a tener que ser recortados, lo que desde un punto de vista saludable vendrá mejor.
Por ahora nos seguiremos quedando con la línea de internet, y la utilizaremos incluso para otro tipo de circunstancias.
Hasta ahora nos preparábamos las vacaciones con ella, mirando hoteles, ofertas, opiniones y consejos de otras personas que antes que nosotros ya habían realizado ese viaje.
Ahora lo vamos a tener que utilizar como sustituto de muchas cosas.
Ya hace tiempo que yo personalmente he dejado de comprar los periódicos, y eso que normalmente lo hacía solo los fines de semana.
Ahora utilizo el periódico digital, y solo el gratuito, no es lo mismo pero hay que adaptarse.
Cada vez se busca más también entre los eventos que cada día se organizan en nuestra ciudad para ver si nos apetece de aquellos que son gratuitos, o de precio muy bajo, quizás ir a alguno de ellos.
Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, y el colesterol adquirido por excesos será cada vez menos frecuente.
Incluso podemos estrechar lazos familiares. Van a quedar atrás grandes viajes, incluso temo que los medianos, por decirlo de alguna manera, y poco a poco, nos iremos acordando irremediablemente de los familiares que viven en el pueblo, y nos va a entrar, especialmente en verano, una especie de morriña interesada que nos va hacer que necesitemos visitarlos.
Y si quieres algún exceso siempre podemos enterarnos de alguna inauguración de algún bar o similar, para intentar pescar algún canapé o algún fino, por cierto cada vez más fino, por lo de la escasez.
Mirando en positivo, vamos a tener que agudizar el ingenio, y cada día será una aventura, iba a decir que gracias al gobierno...pero es que ellos nunca tienen la culpa, aunque sean en realidad, quienes apagan cada vez más focos de nuestro teatro vital.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 29 de septiembre de 2011

TIRANOS EN PAÑALES

Primero de todo quiero pedir perdón a todos aquellos que me habían mandado algún comentario y no les había contestado. Ha habido un fallo en el funcionamiento del programa y todas las intervenciones las recibí ayer, y aunque ya he contestado, pidiendo además disculpas, quería hacerlo constar aquí.

En otro orden de cosas quiero comentar que en algún sitio he leído la cantidad de casos que se están dando en España de padres que están siendo maltratados por sus hijos adolescentes.
La verdad es que no me extraña, después de haber visto programas como Hermano mayor y Supernanny repletos de ese tipo de momentos. Cada vez que veo un caso nuevo es como si fuera la primera vez. Además se me hace tan fuerte ver como un hijo "torea" a sus padres, que al cabo de un rato tengo que cambiar de programa.
Siempre me acuerdo de una frase que se dice mucho, esa de que “yo soy amigo de mis hijos”. Sobre ésto discrepo abiertamente porque nosotros somos y seremos los padres, no los amigos, lo cual no quiere decir que nos comportemos como tiranos, pero sí como personas que tienen la responsabilidad de impartir autoridad.
Creo que personas de nuestra generación pueden estar influenciadas por la educación que hemos recibido, y quizás han querido endulzar la que han dado ellos.
Está comprobado que un bebé desde la cuna puede convertirse en un verdadero tirano, pues sabe lo que tiene que hacer para que le hagan caso.
Uno de los principios de la educación infantil es que no hay que dejar hacer a un niño pequeño lo que con el tiempo le vas a tener que prohibir, y que las normas las tienen que poner los padres, y además para cumplirlas, donde se deben de incluir horarios para comer, cenar, dormir....Por eso no me gusta ver aunque sea fin de semana a esas parejas a horas tardías con niños en lugares públicos. Hay que crear rutinas que deben ser cumplidas por el bien de ellos.
Todo lo que estoy comentando naturalmente es mi opinión, pero estoy convencido de ello, pues hay que crear unas pautas que los niños deben seguir. En su vida debe de existir la rutina, igual que en el cole.
Hablando de colegios, escuelas en general para entendernos, muchos padres son de la creencia de que es en estos sitios donde tienen que ser educados. Sin embargo, el primer paso lo tienen que dar ellos desde el momento de su nacimiento, y los padres son los primeros que tienen que practicar los valores que se quieren inculcar en el niño. De esta manera se darían menos casos en las escuelas, de niños problemáticos, que cuando son llamados los padres para informarles sobre los problemas de conducta del hijo en cuestión, con el comportamiento de ellos se entiende el de los hijos, por aquella sabia frase española de “de tal palo tal astilla”.
No se debe de confundir el criar unos hijos con dejarles hacer todo lo que quieran. Y es que nadie dijo que educar sea una tarea fácil.

* FOTO: DE LA RED

miércoles, 28 de septiembre de 2011

TIEMPO DE ESPERA

Desde que escribo este blog, el tiempo ha venido a formar parte primordial de mi vida. El paso de las horas va conduciendo indefectiblemente a un nuevo día, y con él tiene que haber un nuevo tema que abordar.
Siempre ocurre que cuando por algún motivo temes que se acerque una fecha, una hora, parece que la vida se inclina, y nos escurrimos indefectiblemente hacia ese instante.
En mi caso, hay momentos que se convierten en historias de suspense, pues el tema no termina de cuajar, y en mi mente hay unas manecillas de reloj, que segundo a segundo se van acercando hacia el límite donde tengo que tomar una decisión. A veces, las mínimas, hay que optar por parar la rotativa, en espera del momento en que las musas aterricen en el sitio correcto.
También existe el efecto contrario, la sensación de que nunca va a llegar ese momento. La de esas parejas, cada vez menos me imagino, que solo se pueden ver una o dos veces por semana. La del que ya tiene un viaje de vacaciones preparado, y que consiguientemente ya lo ha realizado por internet miles de veces, mirando el hotel, la zona por donde va a estar, y las opiniones de los que ya han regresado.
Siendo niño, recuerdo que el momento cuando se paraban todos los relojes del mundo era la noche de Reyes. No había una noche tan lejana y tan presente como esa. Era como la entrada al paraíso, para luego cada año sentir lo que verdaderamente significa la palabra “decepción”, pues una cosa era lo que deseabas, y otra, traducida por los padres, lo que los Reyes Magos sabían que tú en realidad necesitabas, o que te podían traer. Siempre me preguntaba de qué mundo venían esos señores, pues mis juguetes nunca aparecían por televisión, al menos por la que estaba en nuestra casa.

De todas las maneras, y sin ánimo de frivolizar, tiene que ser insufrible lo que debe de sentir un condenado a muerte con relación al paso del tiempo, pues ellos son los únicos que saben cuándo termina el mundo, y sobre todo en el caso de que realmente sean inocentes. Esa sensación tiene que ser la de un verdadero calvario lleno de incomprensión e injusticia; el encontrar el infierno en esta vida.

*FOTO: DE LA RED

martes, 27 de septiembre de 2011

LLAMAN A LA PUERTA


Una escena que creo que se ha ido perdiendo con los años, es aquella en la que llamaban a la puerta, y al abrir aparecía un señor todo cordialidad, y trato como de conocernos de toda la vida, llevando un tomo en la mano perteneciente a la enciclopedia que nos iba a intentar vender, porque él reconocía desde un primer momento para que estaba allí. La técnica que utilizaba era la que le había enseñado la vida, y los años gastando suelas de puerta en puerta.
Ahora las maneras son muy diferentes, vienen de dos en dos, con el fin de intentar convencerte en estéreo.
Antes de que hayas tenido la suerte de conocerlos han sido formados en las mejores técnicas de ventas.
Ya no aparecen de improviso delante de tu puerta. Primero recibes una llamada telefónica con cualquier excusa, para nosotros fue que años atrás habíamos comprado una colección de libros y ahora se había editado un libro nuevo.  Como estaban tristes y compungidos por la preocupación que supone el saber, como ellos saben, que a ti te falta un libro, querían enmendar esa injusticia.
Las dos personas enviadas vienen con una sonrisa permanente y aire de que
ya-puedes-estar-tranquilo-porque-con-nosotros-todo-va-a-ir-bien.
Te intentan convencer en todo momento de que tienes que desterrar la idea de que te quieran vender algo.
Desde el comienzo, a tí te inunda la idea de por qué están estos señores aquí, no sabes si te intentan arreglar la dentadura, vender un piso más grande....
Pero eso sí, te sacan unos catálogos para que vayas eligiendo unos regalos que te quieren hacer, solo por ser un cliente antiguo, y porque les caes bien.
Al final te juntas con cuatro cosas: una especie de robot redondo que él solo te va limpiando el suelo de la casa, un ozonizador, para hacer que nuestra vida tenga más calidad, y de paso los clientes les duren más, y dos colecciones de libros, de doce tomos cada una, una de medicina natural y la otra de historia de pueblos de la antigüedad. Los aparatos te los regalan, y con las colecciones de libros también lo quieren hacer, pero no pueden porque, cosas del destino, se ven forzados a cobrarte los gastos de impresión, encuadernación....sin embargo no hay de qué preocuparse, porque solo son setenta y cinco euros. A la pregunta de mi mujer, de que ¿solo setenta y cinco euros?, ellos con una sonrisa y al unísono contestan: -Sí, al mes,solo durante treinta y cinco meses.
A la contestación de La Nuri de que no puede pagarlo, le sonríen condescendientes y le dicen que no pasa nada, que le pueden poner cualquier cantidad inferior que le venga bien, pero naturalmente ampliando la cantidad de meses a pagar. ¡Vamos! Que tranquilamente se le puede dejar el pago a las generaciones posteriores.
La Nuri está sola, y los otros son dos, su táctica rebatirle todas las excusas que ponga, y al decir que tiene los hijos en paro, cosa que a ellos no les debiera interesar, hasta le han ofrecido colocarlos, me imagino que en el mismo trabajo que ellos.
Ha sido una auténtica coacción pues le han llegado a decir que si no andaba bien de dinero por qué en cambio ha comprado el libro que le faltaba para la colección, y que dicho sea de paso, solo costaba tres euros. Mi esposa, les ha contestado que como habían sido muy educados por teléfono no le importaba comprarlo.
Al enterarme de este detalle, ya le he dicho a La Nuri que no les tenía que haber comprado ni ese libro, por listos. Una cosa es intentar venderte algo a la antigua usanza, con verborrea y buenas maneras, y otra que te intenten fusilar al amanecer psicológicamente, si al final no compras, pero, eso sí, mediante los últimos estudios en el arte de vender. ¡Hay que joderse!...

*DIBUJO: DE LA RED

lunes, 26 de septiembre de 2011

ALMODÓVAR, DON PEDRO ALMODÓVAR

Este fin de semana ha sido de película, pero literal además.
La Nuri y yo hemos hemos ido a ver La piel que habito, de Pedro Almodóvar.
De entrada diré que es una película dura, sin concesiones. El que vaya a ver la típica historia de personajes disparatados quizás se sienta un tanto defraudado.
Es una película diferente en el mundo de Almodóvar, pero de una factura rondando la excelencia.
Es una historia sobre las apariencias y lo que uno cree que hay detrás de las señales que emiten las personas, y lo que en realidad puedes encontrar.
Se ha rodeado de lo mejorcito de cada casa, con un Alberto Iglesias, como ya viene siendo habitual, en estado de gracia. Si cotizara en bolsa sería un valor seguro, escribiendo una bella partitura donde la cuerda tiene un lugar preponderante, acentuando la intensidad dramática de la historia.
La fotografía de José Luis Alcaine y equipo, alcanza tintes de cuadro clásico en momentos en que el personaje interpretado por Elena Anaya aparece en una moderna televisión de gran formato.
La historia en sí te va atrapando poco a poco, y cuando te das cuenta estás ante una historia de tintes truculentos, donde el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Antonio Banderas ha recibido un bombón de papel en el que sale triunfador. Al estar bien dirigido evita momentos de puro histrionismo al que pienso que es propenso. Sabe dar un barniz de normalidad ante posiciones de su personaje que no son nada normales.
Elena Anaya por su parte, aporta una fragilidad inherente a su figura, pero recordando al junco que ante un viento huracanado solo se dobla, nunca se rompe. Sus ojos son la ventana por donde intentaremos entrar para descifrar el enigma que domina su vida.
Antes de terminar con el capítulo de la interpretación, quiero destacar a un Roberto Alámo, con el arte suficiente para hacer de malo malísimo disfrazado de un divertido tigre, que lo único que tiene de divertido es el disfraz.
Pedro Almodóvar hace mucho tiempo que se doctoró como uno de nuestros mejores directores de cine, y si alguien dudaba de que se podía escudar detrás de unos personajes difíciles de definir y unas tramas únicas de su universo que le hacían destacar solo por ser diferente, viendo esta película queda claro que no le hacen falta excusas para poner de relieve una dirección sobria al servicio de una historia que, en este caso, se quiere mostrar sin ningún tipo de cortapisas.
Es una película, nos ocurrio tanto a La Nuri como al que suscribe estas lineas, que tiene el poder de hacer que no la olvides al salir de la sala, y de que te hagas más de un planteamiento, y eso por sí solo, ya es todo un arte. Sin embargo, con respecto al recibimiento del público, creo que esperan a que se le premie con algún otro galardón en el extranjero, para decidirse a ir a verla, y dejar a otros descubrir lo que tenemos en casa.
Por último, y puede que no le guste al director manchego lo que voy a decir, pero creo que ya hace tiempo que hay que hablar no de Almodóvar, sino de Don Pedro, creador de mundos que solo se encuentran en la pantalla, y de estrellas que brillan cuando la oscuridad inunda la sala.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 24 de septiembre de 2011

...DE RUISEÑOR A AVE FENIX

 Esta noche han entrevistado en la cadena alegre a José Jiménez Fernández, más conocido como Joselito; en una época niño prodigio.
Como la mayoría de historias de niños que nunca fueron tratados como tales, ha confesado un catalogo de sufrimientos que colocados en una película, nos hubiera dado por pensar que el guionista se había pasado en el consumo de sustancias tóxicas.
Está comprobado que toda persona debe pasar por muy diferentes fases antes de hacerse adulto, y cualquier variación en el paseo vital afecta a su vida posterior.
Casos cercanos para nosotros como el de Joselito o la misma Marisol dan fe de ello. Normalmente acaban prácticamente arruinados tanto en su cuenta bancaria como en sus vidas.
Joselito ha confesado hoy, jornadas de trabajo de dieciséis horas diarias, e incluso cinco actuaciones en un mismo día. Sabían que tarde o temprano le cambiaría la voz y antes había que estrujar a la gallina de los huevos de oro.
Nunca han jugado como los niños de su edad. Siempre estaban rodeados de personas mayores y con problemas de mayores. Trató de tú a tú a gentes como Frank Sinatra, o Dean Martin. Era colega de ellos, y nunca nadie le trató como a un niño, lo que en realidad era. No nos podremos imaginar lo que fue en su época, en todo el mundo hispano y en otros muchos paises, e incluso en Nueva York.
Normalmente estos niños, provienen de hogares humildes, y dejados mediante un contrato trampa, en manos de sus descubridores, quienes prometen el oro y el moro, aunque lo que nunca dicen es que en el reparto ellos se quedan con el oro.
Ya de mayores se sienten tan utilizados que intentan, por decirlo de alguna manera, huir de ellos mismos. Joselito pasó muchos años en Angola, junto con los soldados de ese país “disfrutando”, como él lo ha definido, de que nadie le reconociera. Odiaba ser Joselito.
Deberíamos de imaginar por un momento la sensación de que todo el mundo te conoce. Que a cualquier sitio donde vayas, bien sea a tomar una cerveza, o un simple desayuno, sin importar quien sea, ya te conoce y te lo demuestra poniendo cara complice. Nosotros no conocemos a nadie, sin embargo ellos son de nuestra familia, y conocen todo de nosotros. A esto deberíamos de añadir el hecho de que no siempre podemos agradar a todo el mundo, o su opinión sobre nosotros va a ser siempre positiva.
Marisol, nuestra también Pepa Flores, pasó de ser utilizada sin ella quererlo por supuesto, como símbolo de un régimen dictatorial, a ser en parte utilizada tambíen como figura del partido comunista.
Su belleza, esos ojos de un color inmenso, disimulaban una lucha interior, y que en realidad lo que buscaban era la felicidad, que quizás ella nos dió con su trabajo, y que  según sus propias palabras, ella solo ha podido encontrar ya de mayor y cuando por fin abandonó toda actividad pública.
A Joselito, a su vez, le ha costado toda una vida olvidar a aquel pequeño ruiseñor, para resurgir de sus cenizas como un Ave Fénix en busca de su propio edén. 

*FOTO: DE LA RED 

viernes, 23 de septiembre de 2011

CAÑAS PARA UNA CRISIS


Acabo de leer en un periódico digital que Caritas Gipuzkoa ha invitado a que la gente done el próximo domingo en las parroquias, el equivalente al salario de un día con el fin de ayudar a los que están en el paro.
Todo lo que sirva para paliar este acuciante problema, me parecerá bien, pero está claro que no es la solución.
Siempre se ha dicho que en caso de hambre no hay que dar un pez, sino enseñar a pescarlo. El problema es que nunca se ha especificado quién es el que paga la caña. La cosa está clara, al final en caso de dudas la pagaremos nosotros..., como todo lo demás.
En este país, cualquier problema se intenta arreglar con nuevos impuestos, y este paso es en realidad, una especie de impuesto de Dios dirigido al corazón de los creyentes.
Si en un trabajo alguno de los empleados desempeña reiteradamente mal su tarea, al final acabará en la calle.
Sin embargo entre nuestros políticos no es una práctica habitual el abandonar el cargo por una mala gestión. Lo que se acostumbra, es el ir guardando la porquería debajo de la alfombra, y el único cuidado que se tiene es el saber que el próximo encargado de la alfombra no tirará de ella para mostrar la porquería que oculta.
A la gente de mi generación, a grandes rasgos, nunca nos ha faltado de nada, pero siempre hemos tenido el referente, una especie de conciencia, de la experiencia de nuestros padres que sí sufrieron en propia carne las incomodidades de una guerra que acababa de terminar, y nos han hablado de sus consecuencias en forma de escasez de todo tipo, como los famosos niños de la guerra, que fueron desalojados de sus hogares para pasar varios años fuera de su país. Quién de nosotros, además, no ha oído hablar de las famosas cartillas de racionamiento.
Los niños de ahora, y la culpa no es suya, han nacido entre algodones, y las consecuencias de la crisis todavía las van a sentir mucho más que nosotros, porque no nos engañemos, el futuro durante bastante tiempo todavía tiene pinta de ser bastante negro, y lo triste es que no se atisban verdaderas soluciones. Lo único que se ponen son parches, como el mencionado de Caritas.
La intención es buena, pero es como poner una pequeña gasa para secar el salto de agua de una central hidroeléctrica, en donde aún están colgando las cañas de pesca que al final tuvimos que pagar.

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jueves, 22 de septiembre de 2011

LA SOMBRA DE NINO BRAVO

Todos tenemos una especie de jardín de los recuerdos por donde paseamos cada vez que nos encontramos solos o melancólicos, o incluso ambas cosas a la vez, volviendo a saborear momentos, que por un motivo u otro, se han fundido con nuestro corazón. Fotos, canciones, libros, todo sirve para anclar esos recuerdos. Por eso cada vez que en los recovecos de la vida encontramos algo nuevo para nosotros, una nueva puerta que da a aquella época, es recibido con la alegría de un niño en su primer regalo de su primera Navidad.
Ahora con internet lo tenemos mucho más facil para indagar en todo tipo de referencias de cualquier época que queramos estudiar, y no digamos de aquellos años donde la flor y la paz eran símbolos de una manera de vivir. Y nuestra televisión y nuestras vidas eran en blanco y negro y con una larga variación de grises, donde la televisión española era la mejor cadena, porque entre otras cosas no había otra.
Hoy estaba poniendo al día la colección de canciones que tengo guardadas cuando he descubierto unos cuantos temas, nuevos para mí, de los chicos de Liverpool, Los Beatles. Aquellos melenudos modernos, sin embargo, tenían maneras de niños buenos, aunque un poco revoltosos, eso sí, no olvidemos que los malos siempre serán Los Rolling Stones. Como ya he dicho, esas canciones nunca antes las había oído, y sin embargo, me han parecido excelentes y a su altura.
Por unos momentos me he sentido con casi cuarenta años menos, y con las ilusiones tan vivas como el primer día.
Hace años me ocurrió lo mismo al encontrar una canción de Nino Bravo, Cartas amarillas, que nunca antes había oído, y que además ahora es de las que más me gustan.
Es más que probable que esa canción y las otras de Los Beatles formaran parte de alguna cara B, pero quién nos asegura a nosotros que el hombre no pertenezca a la cara B de los éxitos de Dios. 
Cuando alguien es un genio lo malo solo es menos bueno, porque nunca nos importaría ser el quinto componente de Los Beatles, o simplemente la sombra de Nino Bravo.

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miércoles, 21 de septiembre de 2011

LA VERDADERA CRUELDAD

 Si me tuviera que definir lo haría como un voyeur de la vida. En este caso lo digo en francés porque parece que suena mucho mejor, aunque en realidad es el de un simple mirón. Quizás ese sea el motivo por el que me guste el cine, o simplemente sea al revés, que como deformación de observar en el cine, lo haya trasladado a la pantalla de la vida. Sea como fuere, como espectador que soy, me encantan las películas de suspense, y en especial todas aquellas donde lo importante es descubrir al asesino de turno.
Lo único que pido siempre en este juego es la honestidad.
Siempre hay unas reglas no escritas que se deben de respetar, y algunas veces los guionistas quieren enredarlo tanto que casi se matan así mismos.
Recuerdo una película española de hace unos años, El tuno negro, que respecto a su factura era impecable, el problema es el argumento, al final se desinflaba.
Sin contar el desenlace, diré que lo normal es que el asesino durante toda la película disimule para que no se sepa que es él, lo que no es de recibo es que cuando el personaje se queda sólo siga disimulando. En la película en cuestión, al asesino, o asesina, al ser uno de los protagonistas, se le veía que estaba investigando el caso y con mucha preocupación. Lo que no es normal es que cuando está solo, le veas que continúa devanandose los sesos, y que se pase horas enteras él solo investigando. Eso no es justo, porque solo lo hace para despistar al espectador.
Ocurre lo mismo en la famosa escena de muchas películas, después de hacer el amor de una manera desaforada, ella utiliza todo el rato la sábana de turno mientras habla con él. No será para taparse de su en ese momento pareja, sino que en realidad lo hace por nosotros, sabe que estamos presentes; por eso comentaba lo de la honestidad.
Hago un paréntesis para decir que no voy a hablar de Hitchcock, porque toda su obra es un caso aparte.
Al comienzo de los setenta, causó furor desde Italia Dario Argento, con películas como El gato de nueve colas, Cuatro moscas sobre terciopelo gris...pero poco a poco fue cayendo en lo que se denomina cine gore, cine de vísceras, y a mí personalmente no me interesa la casquería.
Esas dos películas mencionadas estaban muy bien, y eran creíbles aunque tuvieran un toque de género fantástico; ese mismo hecho las hacía singulares.
Como todo es cuestión de modas, se intentó seguir con el filón encontrado, pero ya se quería enredar tanto, que en muchas de ellas la única escusa que presentaban al final para mostrar al asesino es que ni él mismo sabía que lo era, y que en realidad estaba loco, y nos había engañado durante toda la historia. Eso tampoco es un juego justo.
En España se puede reseñar una gran serie de televisión de los años sesenta, ¿Es usted el asesino?, dirigida por Narciso Ibañez Serrador, que nos tuvo en vilo durante varias semanas.
El mismo Ibañez Serrador, sólo tiene dos películas hechas ex profeso para el cine, y las dos magníficas. La primera de ellas, La Residencia, que durante años estuvo en el ranking de las películas españolas más taquilleras, es una película de suspense, con muy buena factura, y redonda.
Quizás a los amantes de este tipo de cine se nos puede tachar de morbosos, la cuestión es que disfrutamos de los argumentos en tanto en cuanto sabemos que todo ello es un juego. Lo verdaderamente horrible es lo que vemos todos los días en el Telediario, esa es la única verdad, y el argumento desgraciadamente lo escribimos nosotros.

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martes, 20 de septiembre de 2011

ESCALERA DE VECINOS


Siempre me ha atraído la idea de las historias paralelas. Lo que hacen los demás mientras nosotros hacemos de todo, o no hacemos nada que suele ser lo más
habitual.
Desde el punto de vista de habitante de esta comunidad de vecinos que es Europa, este fin de semana ha sido excelente como ejemplo de la idea que comentaba.
Había dos importantes eventos deportivos, y aunque los dos eran en diferentes modalidades, por esas casualidades de la vida, los países eran los mismos: España y Francia, duelo entre vecinos.
Como para estas horas todo el mundo sabe, España ganó tanto en la final del Campeonato de Europa de baloncesto, como en la eliminatoria de la Copa Davis.
El problema es que ahora, iba a decir con el momento crítico que estamos atravesando, pero en realidad ya llevamos unos dos años con problemas en la comunidad, cuando pidamos perejil al de la puerta de al lado, éste aparecerá con más morros que nunca, o con esa cara que denota haber pasado una noche etílica, y al día siguiente todavía más lívido que una pared de cal, muestras un semblante de que aquí no ha pasado nada.
En este momento es cuando llega lo de las historias paralelas. Mientras España intentaba olvidar todo los problemas que tiene en su propia casa, con estas dos victorias deportivas, mirando la prensa gala parece que ellos en ese momento habían sido abducídos por un ser superior que les ha robado cuarenta y ocho horas, y para ellos el sábado y el domingo no existen.
Siempre se han dicho alabanzas de las exquisitas maneras diplomáticas francesas, pero parece que este fin de semana no era el indicado para practicarlas al menos en letra impresa.
De todas maneras si el olvido es la táctica, habrá que subir y bajar escaleras de la citada comunidad, más que nada para molestar, ya que el resto del tiempo entre decisiones de Francia y Alemania, nos tienen contentos todo el día.
Por cierto, y hablando de nuestro aliado alemán, en el ámbito infantil se rumorea que el hombre del saco ha dejado el cargo por jubilación, y ahora la máxima candidata puede ser Angela Merkel. Aunque amenazar aún niño con que si no duerme pronto viene la Merkel, puede ser muy duro...
De todas maneras, está claro que entre unos y otros la escalera de vecinos que es Europa, está para no aburrirse, y para llevar el marcapasos con la pila bien cargada.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de septiembre de 2011

HOJAS QUE CAEN


A medida que van pasando los años, y que ya conocemos la tramoya de este teatro que es la vida, nos damos cuenta de que nuestra existencia va pasando más rápido que el coche de Fernando Alonso. Me niego a citar a la escudería que le va ganando, porque como confiesa su publicidad, ellos no corren...vuelan.
Estos días que en realidad son de transición entre el verano y el otoño, creo que voy copiando las sensaciones de los árboles, y voy soltando multitud de hojas en forma de sentimientos.
Un simple hecho, como por ejemplo bajar la basura por la noche, acompañado de Afgano, mi bichón friçé, me sirve de terapia. Diez minutos aprovechados para que entre otras cosas mi compañero de fatigas ponga al día sus necesidades.
De pequeño a Afgano, para que aprendiera a no manchar en casa, le enseñamos a hacer todo sobre hojas de periódico, y luego más adelante le llevábamos al parque, con periódicos también, para que fuera poco a poco acostumbrándose a hacerlo fuera.
Todo fue fenomenal, salvo un pequeño inconveniente, ahora necesita siempre algo sobre lo que depositar sus necesidades. Normalmente utiliza, por ejemplo, pequeños pedazos de plástico (bolsas de patatas fritas), pero a medida que se acerca el otoño, encuentra hojas por todas partes, y como las utiliza para tal fin, al resto no las quiere pisar, pues es un perro...pero muy limpio.
Esta noche pasada, ante tantas hojas caídas, Afgano no andaba, saltaba para evitar tanto papel higiénico canino.
Estaba yo en éstas, cuando al darme cuenta del cambio evidente de estación, moralmente me arrugué. Pensamientos como otro año que pasa,... y ya van una porrada, después de días brillantes vienen otros que no lo son tanto.
Como no me ha quedado más remedio a través de los años, que ser mi mejor confesor, me reuní conmigo mismo, y me canté las cuarenta, pues no puede ser que todos los años uno se deprima en la misma época.
Puedes tener tus problemas, grandes o no, pero si te fijas en la gente que te rodea hay casos por los que puedes decir el célebre virgencita que me quede como estoy, porque siempre se puede estar peor.
Estábamos ya de regreso al portal cuando llegué a la conclusión de que a veces hay que valerse de los ejemplos, sobre todo si son buenos, y fijándome en lo que había estado haciendo Afgano durante todo el camino, decidí que los malos momentos hay que saltarlos, siempre que se pueda claro.
Lo mismo que las hojas, nuestros sentimientos decaen, pero siempre habrá una primavera con hojas nuevas y podamos caminar sin dar saltos.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 17 de septiembre de 2011

FANTASMAS DEL PASADO


Mañana triste, propicia a la melancolía por los apuntes de lluvia, arropado por románticas canciones de un Nat King Cole eterno, eso sí, cantadas preferiblemente en inglés, pues incluso un sentimiento como el amor puede sufrir por un tan marcado acento americano.
Leyendo un periódico digital me he encontrado con un fantasma; con una imagen que pensaba pertenecía al pasado, y que todos los miedos ya por fin habían sido desterrados.
La estación de autobuses, idea que consideraba consolidada en Donosti, parece estar en peligro otra vez.
El máximo mandatario del ayuntamiento pone en duda la construcción de la citada estación basándose en el hecho de que la Diputación no va a cumplir su parte.
Cuando alguien está seguro de algo tiene que llegar a hacer lo imposible por conseguir su objetivo, y no volverse atrás a las primeras de cambio, porque “parece” que alguien no va a cumplir con lo pactado, y más cuando hay papeles firmados por medio.
Lo que hay que intentar es que cada entidad cumpla su palabra, y no escudarse en el comportamiento de otros.
Siempre he pensado que alguien que toma decisiones se puede confundir, pero que hay que ir con la verdad por delante. Si se toma una decisión en contra de lo pactado anteriormente, no intentes encontrar ayuda en otros compañeros de viaje, cuando en otros momentos dices que prefieres hacer el viaje tu solo. Uno se puede confundir pero ante todo está la honestidad, y no practicar juegos de magia intentando desviar la atención del espectador-sufridor.
Durante años he trabajado de cara al público, y muchos visitantes se extrañaban de que en una ciudad tan importante como Donosti faltarán dos cosas: una estación de autobuses, y los grandes almacenes del corte británico.
Uno, que en vez de años cumple décadas, se acuerda de que para los mundiales de futbol del ochenta y dos, sonaba Atotxa como una de las posibles sedes del campeonato, siempre que se acometieran obras en el campo para lo cual hubieran recibido dinero. En su momento se dijo que ese dinero mejor era para otros usos, el quid de la cuestión es que esa cantidad solo podía ser destinada a las obras en Atotxa. Se perdió aquella oportunidad, y el nuevo campo se inauguró... en 1993.
Basándonos en el famoso dicho de que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que en este caso Valladolid somos nosotros, lo que hay que hacer es que cada parte cumpla con su palabra firmada, y no acabar con el cauce del río; porque en ese caso el río pasaría por algún otro lado y otros serían los beneficiados.
Miedo me da pensar, que dentro de un tiempo, con tanto recorte, y ahora que estamos en pleno festival de cine, las estrellas del festival tengan que venir con mochila y saco para dormir.
Tanto en el caso de la estación de autobuses como en el futuro del festival hay que pensar en lo positivo de ambos, que es el trabajo que puede generar y la publicidad de cara al exterior, pues gastos siempre habrá y cuanto más se tarde las cifras más altas serán.
Ahora para intentar mezclar belleza con la tristeza que siento, voy a dejarme en manos de Stephen Sondheim, y su preciosa canción Send in the clowns, un ejemplo de hacer arte con la desesperanza.

*CUADRO: PAYASO TRISTE, DE PIERRE ROSSION

viernes, 16 de septiembre de 2011

SU FAN NÚMERO UNO


Lo mismo que la publicidad invade los programas de la televisión, cuando eres pequeño tus padres te van guiando por la vida, o deberían al menos, porque esa es otra, dándote coordenadas de comportamiento, como el célebre ésto no se hace, o aquel otro lo importante es participar.
Ya de mayor todo el mundo lleva en su interior una especie de caja negra, como la de los aviones, que va registrando todos los acontecimientos que ocurren a su alrededor y va comparándolos con el bagaje vital que cada uno lleva, y va juzgando el comportamiento de los demás sin querer, porque es inevitable, con el suyo propio.
Juzgamos lo que vemos, no los pensamientos de los otros porque eso no se puede ver.
Todo el mundo, en general, porque siempre habrá excepciones, se siente mejor cuando al estudiar a los demás descubre que el que parecía ser perfecto tiene sus fallos.
Encontrar una torpeza en el que estás juzgando ayuda para ingresarlo en el concepto de lo que es tu idea del mundo normal.
Un buen día aparece en nuestro universo un tal Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, más conocido como Cristiano Ronaldo, y saltan todas las alarmas. Buen futbolista, atleta nato, guapo, y se le presupone millonario. Nuestra caja fuerte recoge el evento como si de un terremoto se tratara, pero no de un terremoto cualquiera, sino de uno magnitud, 7.9, terremoto mayor, causando graves daños.
Si sigues fijándote en el personaje, con el tiempo descubres, ¡por fin! que tiene un fallo, y para nuestra caja negra, muy grande, no es humilde, está encantado de haberse conocido.
Sus últimas declaraciones tras el partido contra el Dinamo de Zagreb, cuando se encontraba molesto, por ser pitado en el campo, en las que afirma que le silban «por ser guapo, rico y bueno y me tienen envidia» tampoco ayudan, y nos hacen reafirmarnos de que aparte de que como vulgarmente se dice, no tiene abuela, llegamos a la conclusíon de que Cristiano Ronaldo es su fan numero uno.
Estamos acostumbrados ahora a héroes que en sus declaraciones siempre son comedidos, y agradecidos por lo que han logrado ser con la ayuda de la afición, figuras como Andrés Iniesta, Pep Guardiola, Xabi Alonso, Iker Casillas, Rafael Nadal, incluso el mismo Fernando Alonso.
Lo que ocurre es que desde la arena de unas Justas medievales, siempre se disfruta más cuando entres los caballeros a combatir aparece también algún caballero negro, donde también podemos incluir a Mourinho, caballero negro donde los haya, y que además él mismo se encarga de resaltar con sus trajes, también negros.
Los caballeros negros están destinados a no ser comprendidos y a que los caballeros blancos aún lo sean más, pero sin ellos cualquier torneo de la vida diaria sería mucho más aburrido.

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jueves, 15 de septiembre de 2011

DESDE FUERA


Cuando la economía de una familia está bajo mínimos, se impone el tomar unas acciones drásticas para que todos los componentes del núcleo familiar, una frase que aunque manida queda muy aparente, puedan sobrevivir, y se intenta que todos se ajusten el cinturón, aunque no lo lleven.
Si justo tienes para terminar el mes, no vas a regalar comida o enseres a otros, aunque también lo estén pasando mal. En todo caso practicarás aquello de donde comen dos comen tres.
Ésta introducción viene porque ya todos sabemos, aunque no leas el periódico ya te habrás dado cuenta en carne propia de que la cosa no está como para dejar un kilo de filetes olvidado en la parada del autobús, pues puede desaparecer hasta la misma parada. Y que tras recordarnos de que la culpa siempre es nuestra, cosa que no entiendo porque de cara al exterior nunca he tenido que tomar una determinación trascendental para el resto de los mortales, se están tomando todo tipo de “soluciones”, de modo que nuestra vida sea una auténtica aventura.
En nuestras relaciones con los demás países, en cambio, seguimos como siempre, explicando por qué Don Quijote nació en España y no en ningún otro sitio.
Somos una auténtica delicia de buenas maneras y comportamiento ejemplar, y antes de que nuestros vecinos nos pidan perejil, nosotros ya les damos el ramo entero. Y si nos enteramos de que en otro país por muy alejado que esté, alguien tiene catarro, ayudamos también.
Que no se me entienda mal, soy de la opinión de que siempre hay que intentar ayudar al prójimo, pero también hay prójimo en éste mismo país y que lo está pasando realmente mal, y a nosotros a la fuerza nos tiene que afectar más.
Allí donde hay una tragedia, cubierta por los medios de comunicación, siempre llegamos de los primeros. Pero hay muchos tipos de tragedia, y la peor es la habitual, aquella que a fuerza de verla, ya prácticamente ni nos afecta.
Al final nos pasará lo que le ocurrió a un amigo mío. Estaba haciendo unos trámites burocráticos, y faltaba un cuarto de hora para que se cerrara la taquilla de turno. Delante de él estaban otras cinco personas, y la funcionaria en cuestión no paraba de contestar al teléfono con la consiguiente paralización de la cola.
No le iba a dar tiempo a ser atendido.
En ese momento, tuvo una brillante idea... Llamó por teléfono a esa misma funcionaria, y en tres minutos tenía el asunto resuelto.

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL TIRO POR LA FACTURA


En algunas autonomías se va a poner en marcha para la Seguridad Social el denominado sistema de copago, por el cual cuando te den el alta en el hospital, vas a recibir una factura, que no la tienes que pagar, mostrando los gastos causados por la operación a la que has sido sometido, pues como las autoridades quieren recordarnos la seguridad social es gratuita pero tiene sus costes.
En primer lugar, vaya por delante, que a mí personalmente no me gusta para nada esa medida, porque quiero creer que cuando uno va a un hospital es porque bastantes problemas tiene, como para encima darle a entender que por su culpa el estado, que es de todos, aunque como siempre de algunos más que de otros, ha incurrido en más gastos de los que ya tenía.
En segundo lugar, en el caso de que la medida, el copago, sea acertada ¿por qué quedarse solo en eso?
Yo exigiría copago para todo.
La línea del gobierno, de éste y de los anteriores, no va en línea recta, sino en quebrada. Siempre son todo dudas, hoy hago esto, mañana rectifico.
Cada vez que un Gobierno, por ejemplo, lanza una campaña para informarnos de algo, mandaría factura a los responsables de ello, y a la opinión pública, con un seguimiento de lo conseguido a posteriori con respecto al objetivo final de la campaña. No olvidando poner siempre quién es el beneficiario del dinero gastado, es decir, la empresa encargada, y nombre de cada socio. Es posible que nos lleváramos más de una sorpresa, y hasta pudiera ser clarificador.
Cada vez que se hace una recepción en algún sitio a alguna autoridad, pasaría la factura correspondiente, aunque como hemos quedado, sin que tengan que pagarla, especificando todo lo organizado, lo que costaba, incluso nombre de cada uno de los invitados, a los que se les enviaría por supuesto, una gentil copia de todo lo gastado para su agasajo, empresa organizadora, y respectivos nombres de los socios y propietarios. Haría especial incapié en comprobar que todo lo facturado realmente se consumió. Más que nada por recordar que en España se acuñó el término de picaresca.
A medida que voy pensando en la idea que he lanzado, mi ángel malo se regocija y se pone más rojo todavía, mientras el ángel bueno, ha llegado a un blanco pálido.
Quizás de ésta manera se podrían evitar, por ejemplo, construir aeropuertos donde
al cabo de un tiempo de su finalización, todavía no hay aviones, y ésto es real, no pertenece al mundo de Gila, donde de paso diré no había tanta mala uva, sino solo el gusto por jugar a ser malos por un ratito, y a dar la vuelta a la realidad.
Se hacen edificios con el dinero de todos, cuyo fin incluso al terminar la obra no está nada claro.
Al final de cada mandato se podría preguntar a cada persona implicada por la cantidad de facturas que tiene, y que naturalmente no las va a pagar, pero de las que sí es responsable.
Quizás se podrían evitar también con el copago, viajes triunfales de autoridades, incluso extranjeras, incluidas las de la Iglesia, y que al final mientras el estado, nosotros, pierde dinero, hay compañías, por ejemplo, que han retransmitido los eventos, y han hecho el agosto, en agosto, o en cualquier otro mes. De todo eso también nombres y facturas de los responsables del gasto, y de los socios y propietarios de los que han salido beneficiados.
Bien pensado, me gusta el copago...pero para todo. A más de uno le iba a salir, como se dice en mi pueblo, el tiro por la factura, digo...por la culata.

*FOTO: DE LA RED

martes, 13 de septiembre de 2011

AMIGOS DEL BUENO


Desde que era pequeño, al salir de casa mi madre, mi padre siempre estaba o trabajando o con sus amigos, me decía que fuera con buenas compañías, y me lo decía con la facilidad de lo cotidiano, pero que al pensar sobre ello se me habrían infinitas variantes. Una frase sencilla pero con trampa.
Solo años después, y ya en el cine, encontré otra frase tan sencilla, y que implicara tanto. Era el después célebre Que la fuerza te acompañe, de La guerra de las galaxias.
Cuando eres joven, la gente te habla desde la experiencia, y te dan pistas, pero tú tienes que jugar como en la búsqueda del tesoro y encontrar las claves correctas.
Salía a la calle, y me preguntaba: -¿Y cómo me entero yo de lo que son las buenas
compañías? Y me iba con mis amigos de siempre, pero jurando fijarme si encontraba alguna pista que me guiara por el buen camino que quería mi madre.
Ya de mayor te das cuenta, y con la ayuda del cine, que sólo vale ser el bueno, pues serás guapo, inteligente, nunca te vas a equivocar, y seguro que tarde o temprano, vas a encontrar a otra mujer buena, inteligente, pues tiene que serlo para descubrirte, y que físicamente está mejor.
He dicho que solo vale ser el bueno, pues si eres bueno pero amigo del que es mejor que tú, andas aviado, pues en este mundo o solo te va a recordar tu madre, o si te recuerdan será porque te han matado, no sea que el público se encapriche de ti, y eso sirve para que el bueno en tu honor se cargue a todos los malos, si queda alguno habrá una posible secuela. El bueno no se puede cargar a nadie sin un por qué, y normalmente la razón viene desde los mismos malos.
Ser malo, sobre todo en el cine, es más divertido, pues cuanto más pasado de rosca estás en la interpretación, más malo eres. Normalmente para ser el malo, no simplemente malo, uno más, ser feo ayuda, y si tienes la cara acribillada de viruela, mejor que mejor. Llegas a la excelencia si además tienes acento y eres extranjero, pues así no tenemos que reconocer que hay malos en nuestro propio país.
Hasta ahora como la mayoría de los españoles eramos católicos, eramos buenos a la vista de la Iglesia, que no de Dios. Ahora entre el divorcio, y otro tipo de depravaciones, no solo es que los católicos no están libre de pecado, sino que los mismos curas no están libres de sospecha por el mero hecho de serlo.

Desde que era pequeño mi padre siempre estaba o trabajando o con sus amigos. Seguro que él tuvo mucha suerte y encontró a la buena compañía, por eso aparecía poco, porque lo que se dice ser bueno, él siempre fue el mejor, por eso es el padre del protagonista... .

*DIBUJO: DE LA RED

lunes, 12 de septiembre de 2011

LA BOLSA Y SUS EFECTOS

En los diarios digitales y en la radio están todo el tiempo comentando sobre la caída de las bolsas europeas, y como europeos que hemos querido ser, de nuestra bolsa también.
Yo no entiendo de esas cosas, pero he estado un buen rato mirando dentro del armario donde tenemos las bolsas en casa, y yo no veo nada raro. Eso sí, están cada vez un poco más chuchurrías, y si alguna vez no descargábamos todo el contenido al regresar de hacer compras, ahora desde luego están vacías.
En nuestra casa hemos aprendido del mundo taurino, y hemos recibido a la crisis a puerta gayola, sin perder nuestro sitio en la plaza, con auténticos pases de pecho a los acreedores, y manoletinas al hambre, es decir, creando arte de los momentos complicados.
Tenemos la despensa como los chorros del oro de limpia que está, entre la escasez y los productos blancos, en cualquier momento tendremos que ponernos gafas de sol.
Hay que ver el lado positivo, ya nada se pone malo y hay que tirarlo a la basura porque caduca. Además tenemos los reflejos a flor de piel, en cuanto notamos un cambio en la despensa, para bien o para mal, enseguida nos damos cuenta, cantidad de latas, fecha de caducidad, número de serie...
Por lo demás, salvo ligeros cambios, seguimos haciendo la misma vida de siempre.
Cada dos semanas solemos ir a un centro comercial, donde cenamos en un chino, después compramos unas chuches, bebida y luego vamos al cine. Normalmente vamos tres, mi mujer, uno de mis hijos y el que escribe este blog.
El único cambio por la crisis ha sido a mejor, pues hemos aprendido a repartir, uno cena, otro va al cine y el otro se come las chuches. Así estamos los tres contentos, y más unidos que nunca, pues el que va al cine luego tiene que contar con pelos y señales todo lo que ha pasado en la película. Ni que decir tiene que cada vez que salimos al centro comercial, el orden de disfrute va cambiando, como una auténtica familia democrática que somos.
Ni en las vacaciones ha habido un impedimento por la crisis. Este año por ejemplo hemos estado dos semanas en Acapulco, eso sí solo la Nuri y el menda, una pensión malagueña, pero éste detalle lo obviamos, para qué vamos a dar información que no se nos pide. Además nos pusimos como tarea leer un libro sobre los usos y las costumbres de México, con lo cual, la crisis nos ha venido bien hasta para ampliar nuestra cultura. El único cuidado que hemos tenido es que no se nos notara los dichos malagueños que hemos podido aprender esos días.
Por lo demás, ya digo, no hay mal que por bien no venga, pues los michelines ya sólo son un recuerdo, y de agilidad como un gato. El otro día encontré un billete de veinte euros en el suelo, y sin flexionar las rodillas en un segundo era mío. El problema es que era publicidad de un gran almacén, y lo único que han conseguido es que nosotros ya no vamos a ir nunca más a esa gran superficie por publicidad engañosa . No hay derecho a que te ofrezcan algo..., y luego sea mentira.
En resumen, no se preocupen por lo de las bolsas porque a nosotros, los de a pie, no nos va a afectar, porque no tenemos ni para invertir...

*FOTOS: DE LA ENTRADA