viernes, 8 de septiembre de 2017

PAÍS, S.A.


Esta semana ha sido algo así como la vuelta al cole de los programas de siempre, y con ella ha comenzado también la vuelta del inefable “El Hormiguero”. 

Personalmente este vecino ve muchas veces el programa de las hormigas más famosas, por aquello de las tecnologías que se van presentando, pero no comprende que si se le da caña al Señor Osborne por sus opiniones, la mayoría de las veces con salidas de pata de banco, el Señor Motos tenga una especie de bula, y muchas veces, viendo y oyendo lo que se ve y se oye, se pueda decir, y no se diga, como se decía en el pueblo imaginario de Miguel Gila, eso de que “Me he quedado sin hijo, pero me he reído…

Con la vuelta al cole de “El Hormiguero” están apareciendo nuevos colaboradores, y ayer le tocó el turno a Mónica Cruz, la hermanísima.

Quedar, lo que se dice, quedar, no quedó nada claro de que va  a ir su sección, pero si nos ceñimos al tema de ayer, lo hubiéramos podido titular, como aquel antiguo culebrón: “Los ricos también lloran”, ya que nos salió La Mónica, de tiros larguísimos, para demostrarnos lo mal que se lo pasa una, durante una gala, como bien pudiera ser, “Los Goya”, con su vestido de marca marquísima, sin ayuda para ir al servicio con esa gran cola, su bolso de mano en el que sólo le caben prácticamente las llaves, y sin una amiga que ayude en el trajín de hacer aguas menores, o mayores.

Personalmente, este vecino del mundo cree que se les fue la olla a todos, y que conste que la Señora Mónica Cruz no tuvo la culpa de nada, sino que todo eso se supone que ya viene en un guion, explicando cómo se utiliza, por ejemplo, un salvaslip dentro de un zapato de tacón, para hacer la estancia del pie dentro, menos incómoda. O cómo, antes de salir de casa, para la gala, se suele tomar un “Ibuprofeno”, para evitar futuros dolores de dedos de los pies. Una especie de tutorial  "antes muerta que sencilla" para andar por casa. Ante la incredulidad de muchos, entre los que este vecino se incluye, y eso que ya pocas cosas le pueden sorprender, se nos dio clase de cómo sufrir para estar brillante de la muerte.

Este vecino del mundo, rogaría al equipo del Señor Motos, que para estar de acuerdo con los tiempos, en futuras entregas de Doña Mónica Cruz, y dando una vuelta de tuerca al formato, se le entregue,  por ejemplo, ochocientos euros en un mes, y demuestre si se sufre para llegar a final de mes, y es más, si lo consigue o no. 

Porque vamos a ser sensatos, es mejor que nos preparen para la pobreza, para la que tenemos más boletos de que nos toque vivir, que una vida de noche de gala, en la que sólo se nos dice de cómo se sufre, pero no se dice las cenas que te tomas, por ejemplo, “by the face”.

Ahora, que se utiliza la palabra “populismo” en cualquier momento, lo de ayer de  “El Hormiguero” fue “no quieras ser de la Jet, porque se sufre muchísimo, y además desde el punto de vista de los pobres, siempre tendrás muy mala prensa”.


Si hubiera que leer entre líneas, en esa nueva sección de “La factoría Motos and Company” se nos va a preparar para la pobreza, demostrándonos, como decíamos al comienzo, que …”Los ricos también lloran”.

Ya lo decía nuestro filósofo de cabecera, el Señor Forges, en los años setenta: PAÍS, S.A.

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jueves, 7 de septiembre de 2017

PUIGDEMONT, RAJOY Y LA SOMBRA DE ORSON WELLES


Hace muchos años, unos cuarenta, trasteando en el dial de la radio, del que este vecino del mundo, siempre ha sido seguidor empedernido, descubrí un programa de  Radio Nacional, sobre las doce de la noche, que contaba historias de miedo mezclándolas con la actualidad del momento, y que sorprendían mucho. 

Recuerdo una de ellas en las que una voz anónima, un hombre por teléfono, amenazaba en un momento dado al presentador, y no solo eso, sino que durante el programa intentaba cargárselo. En realidad no era nada nuevo desde que el Señor Orson Welles, en 1938 paralizó a Estados Unidos con una adaptación para CBS de La guerra de los mundos, de H.G. Wells; pero el intento, a la española, me dejó mella, y ha quedado en mis recuerdos para siempre.

Con todo lo que está pasando entre ayer y hoy en el Parlament, este vecino del mundo tiene la sensación de que en cualquier momento, el President de la Generalitat, Carles Puigdemont, va a mirar a cámara, y a decir: Hemos llegado hasta aquí. Todo ésto es una broma y a partir de este momento que el Señor Rajoy se ponga las pilas porque vamos a hablar en serio.

Pero  mucho me temo que, como diría cualquier inglés, ya se han quemado tantos puentes que es difícil volver atrás en unos hechos que parecen mezcla de opereta de país bananero y guion de un Woody Allen muy joven.

Tras más de cuarenta años en que los gobiernos centrales, de cualquier color, han tratado a las autonomías con tendencias separatistas a darles más mimos para que se les pasara el cabreo, y haciendo, en el caso catalán, presuntamente la vista gorda con ese “tres por ciento” que se “distraía” entre unos y otros, y que los respectivos gobiernos centrales, otra vez, no sabían nada, se ha amasado una educación que contaba a sus nuevos “feligreses”, su historia a su manera, y que nadie quiere reconocer. Y ahora, ya es más bien tarde.

De hecho, ante tanto sin sentido de las últimas cuarenta y ocho horas, lo peor me ha parecido, y ya es decir, la comparecencia del Señor Rajoy tras su reunión con los ministros, para tras una perorata de legalismos, en realidad no aportar nada nuevo.  Pero, como uno está acostumbrado a leer entre líneas, este vecino del mundo se ha quedado con que Rajoy hoy ha dado a entender que por todo lo que han hecho Puigdemont y sus chicos se va a chivar a sus padres para que les zurren la badana.


Este vecino del mundo no tiene miedo de decir lo que está diciendo, porque es consciente de que sus seguidores ya le conocen desde hace años, siete concretamente, y saben de qué pie cojea, y que precisamente no es el derecho. Pero la reacción del Gobierno Central sigue siendo más fría que una declaración de amor de Dinio García, que ya es decir. 

Y lo peor de todo, que el tic-tac del reloj separatista está llegando a su fin, y nos puede estallar en la cara democrática en cualquier momento.

*FOTO: DE LA RED

martes, 5 de septiembre de 2017

LA BODA QUE SE CONVIRTIÓ EN MERIENDA


Hoy he leído por algún lado, que se cumplen quince años de aquella gran boda de Alejandro Agag y Ana Aznar, la hijísima. Una boda de cuento, que luego se demostró, que con mucha gente dentro que vivía precisamente de eso, del cuento, y naturalmente sufragados por todos nosotros.

Me pueden decir que esa fecha conviene recordarla, para no olvidar lo que luego ocurrió, o mejor dicho, al parecer ya estaba ocurriendo, sólo que el olor a putrefacción no fue detectado hasta mucho tiempo después. Pero lo mismo, que una relación tóxica conviene terminarla, e incluso enterrarla, por sus residuos, estos “recuerdos” deberían de ser enterrados, o mejor dicho “ahogados”, como dice aquella canción infantil, “en el fondo del mar, matarile-rile-ron”.

Y quizás la boda de Agag y Aznar , después de todo, como metáfora en su concepto es redonda. Una boda de esas que dicen en mi pueblo de “tiros largos”, para negocios que luego se han ido demostrando que tenían el tiro trucado, que eran de todo menos limpios. La inocencia de lo blanco de una novia en contraposición con todo el barro del mundo en muchos de los negocios que los invitados representaban. O dicho de otra manera, muchos de los presentes llevaban un buen marrón puesto, por mucho que fueran disfrazados de “marca”.

Un presidente entonces, Don José María Aznar, que casa a su hija intentando de alguna manera entroncar ese acto con nuestra historia, usando a El Escorial como túnel del tiempo; y el mismo tiempo ha ido demostrando, que aquello en lugar de una boda, fue una merienda de negros, intentando soslayar, en esta expresión, toda connotación racista, aunque en realidad, con aquella representación de Pasarela Cibeles (que nadie olvidará, y que además de eso se trataba), ellos mismos iban demostrando que lo suyo era una casta a la que no podía acceder cualquiera.

El tiempo nos hace sabios, amén de viejos, e incluso a modo de moraleja nos enseña que aunque las vergüenzas se vistan de largo, vergüenzas se quedan.

Lo dicho, momentos como el de la citada boda, que lo único que tuvo de popular era la ideología de la mayoría de los invitados, es mejor evitarlos en nuestros recuerdos; más que nada, como en el caso de este vecino del mundo, para intentar que sus tensiones, alta y baja, no se junten en una conexión fatal.


¿Lo mejor de aquella boda? La obra de teatro que representaron más tarde los de “Animalario”, siendo galardonados, además, con muchos premios, demostrando que incluso de la corrupción también se puede hacer arte. No confundir, con el arte que muchos tuvieron para adornar su corrupción.

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viernes, 1 de septiembre de 2017

DE MENTIRAS Y FASCÍCULOS


¡Qué gran verdad es esa de que por la boca muere el pez!

Al final se aconsejaron los bolardos, y la CIA, bajo esa piel o disfrazada de algún otro ente cercano, filtró a los mossos que se estaba preparando un gran atentado en La Rambla. Y lo demás es intentar sembrar excusas, dudas, para que no se vea que “alguien”, como relataba Don Miguel Gila en sus monólogos de teléfono antiguo, no ha informado a “alguien”.

No se dan cuenta, y si se dan seguro que también les trae al pairo, que vestirse “de no sé, no me consta”, es disfrazarse de su, para ellos, enemigo, el partido opositor, fiel reflejo de un espejo que no les debe de gustar. Y darnos además a todos la sensación de que si mienten en eso, para echar balones fuera, pueden también mentir en todo. Como ese amigo que siempre te viene para poner a parir a todos los demás, y ya sabes, que cuando tú no estés, lo mismo hará contigo.

Es conocido, o al menos es una mentira que nos han repetido miles de veces hasta creérnosla, que un hombre solo puede hacer una cosa a un tiempo, y ... EL ... Gobierno Catalán está tan centrado en su independentismo que no tiene tiempo, ni quiere, repartir su atención en otros asuntos.

Termina, al menos desde el punto de vista de este vecino del mundo, uno de los grandes culebrones de este verano, originado tras el atentado yihadista a Las Ramblas; y el mundo se nos hace más y más pequeño al comprobar que estamos en manos de unos Señores a los que, tras el orgasmo del poder por el poder, la responsabilidad les quema.

Quizás todo ésto sea un buen epílogo para reencontrarnos con un Septiembre, que como cada año sufre de mala prensa: regreso a todo lo que se tiene que regresar, comienzo de las sombras tras un mes de luces veraniegas, y esa gran responsabilidad que supone el tener que elegir qué colección de fascículos vamos a comenzar este año.

Por cierto... ¿Para cuándo una colección de fascículos que te enseñe a ser un buen independentista, con banderas y pinturas de todos los colores acompañando a cada unidad semanal, y ese gran regalo final que bien pudiera  ser un pasaporte de la nacionalidad a la que siempre has aspirado?

Siempre conviene acabar con buenas sensaciones, aunque todo se sustente en una gran mentira. Porque ... ¿quién es el guapo que se mete y se somete a las catacumbas de la verdad, y se arriesga a que al remover las bases, todo se le venga encima? ... No sé, no me consta.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 28 de agosto de 2017

APATÍA PARA UN BLOGGER


Con la aparición de internet y de las nuevas (ya no tanto) tecnologías nacieron una nueva fauna y flora, como  por ejemplo los bloggers, a los que este vecino tiene la suerte, o la desgracia (seguro que alguno o alguna lo cree así) de pertenecer. Y ya sería hora de ir estudiando diferentes patologías que se puedan presentar.

Este vecino del mundo lleva unos cinco días sin parir un artículo, un post. No, no es que haya estado de vacaciones, que también, y sigue  (porque los jubilados estamos ya, entre las vacaciones y el “laboro”, en un sitio realmente indeterminado) sino que sufre de apatía aguda motivada por todo lo que ve, y después analiza para poder desmenuzarlo en este blog. Que sea desde un punto de vista irónico, con brochazos humorísticos, lo hace si cabe, dejando atrás la falsa modestia, más complicado.

Y olvidando frases políticamente correctas, este vecino no tiene el chocho ni para farolillos ni para templar gaitas; por eso, y porque la naturaleza es sabia, su instinto de supervivencia le ha llevado a sumergirse en Youtube y recordar un momento que descubrió hace ya un tiempo, y que le sigue poniendo la carne de gallina.

Todo empieza con la niña de la foto que da una moneda a un ¿musico ambulante?

Dicen que la música amansa las fieras, y al menos en el caso de este vecino, sus fieras internas, y que muchas veces le arañan sus entrañas, se relajan, y le dejan sentir que los sueños también tienen su banda sonora, y que un buen día la vida pudiera ser así, con músicos que te aparecen por una esquina, y tiñen tu vida, anodina o no, con mucho arte.

Para los maliciosos, que también los hay y muchos, les daré una pista, fíjense en muchos de los planos, y al fondo se puede ver quién está detrás de todo esto. Este vecino lo omite y no les da cancha hoy, porque eso ya sería adentrarnos en la financiación de los sueños, y volvería a ser tomado y violado por esa apatía que no es que le haya hecho su rehén, sino que le hace sentirse muchas veces como el muñeco de un ventrílocuo, y su venganza, la de ese muñeco, solo puede ser una: dejar de hablar.

Disfruten ese momento en que la música, no desvelaré cual, toma las calles. Y no lo olvidemos, fue la niña y su moneda la que la desató, representando al futuro de una juventud por venir, y que de por siempre, las cosas no cambian, irá unida al vil metal, y por supuesto a los que pagaron este gran momento. Porque hasta los sueños tienen un precio…

¡Apatía, vuelvo a ser tuyo!


*FOTO Y VIDEO: DE LA RED

miércoles, 23 de agosto de 2017

VASCO, SÍ, PERO COBRA




Lo que este vecino va a contar ahora es totalmente cierto y le ocurrió hace ya unas semanas, pero le ha costado procesarlo y deglutirlo un cierto tiempo, porque le ha hecho plantearse ciertas cosas.

Primera semana de agosto, en Torrevieja, con un calor que no es que apriete sino te espachurra contra el suelo. Tengo que sacar una fotocopia, y estoy buscando un lugar donde hacerlo, y de paso escaparme, aunque sea unos instantes del astro rey, y veo muy cerca uno de los muchos locutorios que en esta ciudad hay.

Entro, saludo al respetable y espero. Los respetables en este caso sólo son el dependiente (en mi opinión palabra ya en desuso, pero que se debería de desempolvar para no convertirnos en miembros del "español en mil palabras", cuya agrupación cada vez más numerosa, entre los propios nacidos en España, merecería un artículo propio), y una pareja de unos cuarenta años.

Están hablando el hombre y el dependiente, y en un momento dado el cliente exclama una expresión tan vasca como “Jesús, María eta José”, y me dejo llevar, una vez más, por el corazón e irreflexivamente me acerco a él y le digo: “Me parece que somos de la misma zona”. A lo que él sin nada de expresión y como si fuera la máquina del tabaco me dice, sin apenas mirarme: “Nosotros somos vasco-españoles”. Sin dejar acusar el golpe, le contesto: Hombre, los andaluces, por ejemplo, no se definen como andaluz-español. Porque eso se presupone.

No hubo más acercamientos, y un muro de silencio se forjó entre los dos. Está claro que él no quería, y yo nunca me he considerado "vasco-español". Eso sería, por defenderlo de alguna manera, algo políticamente correcto que no va con este vecino del mundo, que siempre ha tenido sus ideas clarísimas, y los que me leen habitualmente lo saben. De todas maneras, lo de dejar de hablarnos hay que verlo como una manera práctica de ahorrar tiempo; por parte de ambos, claro.

Con ese "vasco-español" me decía mucho. Me decía que los dos vascos sí, pero cómo, que cuidadito con las diferencias. A través de los años le había calado si no el miedo, sí la precaución de qué decir, y cómo decirlo. Y quizás ahí estuvo la gran diferencia. Porque una persona que ha vivido toda su vida en un mismo lugar, primero es de ahí, pero no tiene por qué renegar de nada. Y tiene un código, unas costumbres que pueden servir de sintonía para facilitar posibles acercamientos, pero decir "vasco-español" no es darte, de ningún modo, un puñetazo moralmente, pero sí una especie de mano en vertical, en forma de barrera, que intenta frenar a la otra persona.

Me sentí como Chenoa en la gala de los 15 años de “Operación Triunfo” en manos de Bisbal y su célebre cobra.

Nunca me había pasado eso, y lo que es peor, nunca me lo hubiera imaginado. Para este vecino del mundo fue una escena bastante triste. Es, a la postre, lo que los analistas denominarían como “daños colaterales” de un conflicto que tardará años en cicatrizar por mucho que se diga.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 21 de agosto de 2017

JERRY LEWIS, EL ÚLTIMO DINOSAURIO



Los informativos anuncian el fallecimiento de Jerry Lewis, a los 91 años; un auténtico dinosaurio, dicho por supuesto con todo respeto de lo que viene a ser el showbusiness americano actual. En el fondo ha sido un todo-terreno, primero junto a Dean Martin, la pareja del "listo y el tonto" de toda la vida, de teatro en teatro, primero en tugurios de mala muerte, intentando sobrevivir, y en el culmen de su éxito, trabajando en Las Vegas, que es donde a la  postre vivió, y se supone muy bien, hasta el fin de sus días.

Este vecino del mundo no va a hacer el célebre "corta-y-pega" que hoy harán muchos para glosar su vida, y su muerte, sino que va a intentar expresar en palabras lo que le sugiere Jerry Lewis (nacido Joseph Levitch).



Para comenzar diremos que pertenece a una época en el que se españolizaba todo. A él nunca le llamamos "Yerri Louiss" como se intentaría pronunciar ahora, sino para demostrar que éramos unos modernos pronunciábamos todas y cada una de las letras, con aire muy digno y para que no se dijera que no dominábamos el inglés inglés, porque entre otras cosas nunca supimos que había un inglés británico, y otro americano.

En los días del gran éxito de"Yerry", finales de los cincuenta/comienzo de los sesenta, eran unos años en que ir al cine era toda una ceremonia que se hacía especialmente los domingos, y que los cines echaban la casa por la ventana dando a cada uno de los espectadores (que era parte del trabajo del acomodador,  figura que en la mayoría de los cines ya ha desaparecido) un programa de mano con la reproducción del cartel de la película.

Jerry Lewis representa al primer escalón del humorista, ese que se ha formado en la academia de la vida, y que hace reír guiándose de su "olfato" de supervivencia, poniendo caras, cantando, bailando y dejando ver que era, casi, un descerebrado. 

Algunos, muchos, dirán que es un humor fácil, este vecino les corregiría diciendo que es un humor primario, pero nunca fácil, cuando tienes que darle al magín para encontrar recursos. 

Muchos, así somos de ingratos, le dejamos atrás, atraídos, por un Woody Allen, que es esa visión del cómico que te hace pensar y como mucho hace que aflore en ti una sonrisa. Pero lo que nunca hemos olvidado del Señor Lewis es esas mujeres (en cada película una, para no exagerar y que fuera algo más bien real, y no que formaba parte de una superproducción americana) que siempre se acercaban a él, por lo que muchos niños de entonces, a medida que fuimos creciendo no perdíamos la esperanza, al conocer, por ejemplo, en otra pantalla, a la Meg Ryan de turno.

Jerry Lewis siempre nos sirvió para pensar que si él podía, nosotros también, y ahora se nos ha ido. Ya no nos queda ni esa red, esa última esperanza, y los niños de aquella época nos sentiremos ya muy solos, con esa sombra de pagafantas pendiendo de nuestros recuerdos, cuanto este término todavía no existía.

¡Descanse en paz!

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domingo, 20 de agosto de 2017

CUANDO TU CUÑADO TIENE RAZÓN (...Y LO OCURRIDO EN BARCELONA DE FONDO)


Ayer tuve una cena familiar con mi hermana y su pareja; y él fue, con el telón de lo ocurrido en Barcelona como base de nuestra conversación, el que recordó unas palabras de Bismarck:
"España es el país más fuerte del mundo, los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido." 
Para que luego hablen mal de los cuñados. El mío estuvo "sembrao"

 Y esta mañana meditando sobre la situación del patio patrio (por casualidad  también sus iniciales son P.P.) tras los últimos y sangrientos acontecimientos, quizás, siempre hemos tenido una tendencia autodestructiva, por aquello de que antes de repartir el botín (sí, tenemos mucho de piratas), y que lo tenga el vecino también, lo rompo y aquí no juega nadie.

Al Gobierno catalán, ha quedado más que claro, le revienta las narices, presuntamente, por aquello de que Cataluña es suya, dejar deambular  por cualquier escenario de lo que ha ocurrido, tanto a la Guardia Civil, como a todo tipo de cuerpo que venga del Gobierno central.

Los de Podemos quieren colaborar pero sin mojarse, ir a la comisión pero de “oyentes”, todavía les queda el ramalazo universitario. Y ya se sabe, que si no se pueden cerrar las puertas para reunirse, por aquello de  que una pata podemita siempre se quiere tener fuera, es más que probable que se producirá alguna corriente de la que se filtren noticias.

Los de Ciudadanos, siempre con el latiguillo de que los demás no saben, por lo tanto no han hecho bien las cosas, sin embargo ellos lo arreglarán. Me imagino al pobre Albert Rivera disfrazado de “Benito” en “Manos a la obra” apoyado contra la pared intentando descansar entre chapuza y chapuza.

Los del PSOE lo arreglan todo con el detalle de la “no-corbata” de Pedro Sánchez, y esa será la clave si algún día vuelven a mandar: la diferencia entre  un gobierno, el de ahora, que tiene corbata, y el no tener “coleta”, como el líder de los que están más a su izquierda.

El partido en el Gobierno, con un Rajoy, el viernes por la mañana, más que serio, hierático, intentando leer todo el rato lo que debía decir; más que nada, se supone, para no improvisar y crear alguna otra frase fantástica. Ayer no era el momento.

Y lo de los periodistas, no tiene nombre. Una cosa es que estén a la búsqueda de la noticia en la calle, y otra cosa que la calle sea suya. Lo de la mañana televisiva de este viernes, tampoco tiene nombre. Repartiéndose Las Ramblas, además con mucho arte, para que en sus retransmisiones no se viera a  otra cadena, porque son la competencia. 

Por una vez que los segundos y terceros espadas de  cada cadena se pueden lucir, becarios incluidos, aunque las noticias fueran tremendas, pensando en el maldito “share” de audiencias, se decide que tiene que estar presente la estrella de su noticiario, aunque se tenga que duchar raudo y veloz para quitarse la maldita crema que se había dado al llegar a la playa  momentos antes de que le avisaran que contaban con él, o ella.

¿El poner a las estrellas de cada cadena al mando es realzar lo que pasaba, o desenfocar la actualidad? Este vecino lo tiene muy claro, pero la diferencia de este blog con otros, es que nosotros no hacemos secta, el lector es muy libre de quedarse, irse, o de volver si algún día se fue harto en aquel momento.

Antes de terminar, los gerifaltes del Ayuntamiento de Barcelona, juran y perjuran que nadie les dijo nada sobre colocar bolardos, o jardineras en lugares de alta probabilidad de atentado… En Madrid, a la chita callando, en un pispas han redecorado el centro con todo tipo de jardineras. Quizás, por aquello de cuando las barbas de tu vecino…

Al final mi cuñado va a tener razón… Espero que no se venga muy arriba, e intente, como la Señora Carmena en Madrid, redecorar mi vida.

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viernes, 18 de agosto de 2017

BARCELONA SOMOS TODOS


Éste es sin duda uno de esos post que nunca hubiera querido escribir, pero esa mochila de sensaciones que todos llevamos a nuestras espaldas, está más que repleta, y apenas he podido dormir tras lo ocurrido ayer en Barcelona.

El sinsentido del odio de unos pocos se ha impuesto, una vez más, en forma de cruel atentado, a una mayoría que lo que quiere es vivir en paz.

Ayer, las Ramblas de Barcelona, que siempre han sido una muestra de multiculturalidad, se tiñeron de sangre, y a la vista de las últimas pesquisas de la policía, pudo ser mucho peor, con una segunda furgoneta que hubiera sido cebada con bombonas de butano, y que debido a un accidente al manipularlas, explotaron la noche anterior.

Espero que a posteriori nadie juegue con la gravedad de lo ocurrido echándose trapos sucios los unos contra los otros, ya que no se debe olvidar cómo está nuestro patio político. Porque son momentos de unirse todos contra esa barbarie que intenta sembrar el terror y el horror en cualquier sitio que puede.

Ayer, una vez más, fue una muestra de cómo se une la gente contra el sinsentido del terrorismo, ayudándose unos a otros con notables muestras de generosidad manifiesta en unos momentos en los que florece la realidad de lo que llevamos dentro. Y quedó demostrado una vez más, que la GENTE, así en mayúsculas, es buena. Con unos taxistas, por ejemplo, que como colectivo no están atravesando el mejor de sus momentos, haciendo “carreras” gratuitas para ayudar a muchos a escapar del trance.

Al ciudadano de a pie siempre que se le pone a prueba se supera. Y si últimamente se han llenado páginas y páginas de “Barcelona contra el turismo”, ayer se demostró que de eso nada, que en todo caso era, y es, una lucha de una ciudad contra un sistema que se quiere establecer por parte de unos pocos, para lucrarse  a costa del cambio rotundo de una manera de vivir y de alterar quirúrgicamente una fisonomía vecinal.

Ayer, en una Barcelona teñida de sangre en un zigzag infernal, se demostró la bondad de muchos contra el egoísmo de un odio sin razón.

Nunca olvidaremos a esas víctimas, en este momento trece muertos  y unos cien heridos, que son de todos. Y que nos deben de despertar de esa actitud de que "un gobierno limpia más blanco que  el otro" o lo que la antigua fábula preguntaba de si eran galgos o podencos.

Con lo ocurrido ayer en Barcelona se demuestra que hay un sistema de prioridades para la vida, y entre ellas no están ni un independentismo radical, ni la posición de un Presidente inmovilista que, para más inri, no para de andar.

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martes, 15 de agosto de 2017

LOS HOMBRES QUE HAY EN ÉL (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Cuando te metes en el cine huyendo de los rigores del verano, pero teniendo en mente que la película en cuestión, “Abracadabra”, es lo último, por ahora, de un gran innovador visual como es el bilbaíno Pablo Berger, puede dar como resultado, lo que le ocurrió a este vecino del mundo ayer; que salgas del cine preguntándote: ¿Es verdad la propuesta que he visto? Y mi inmediata respuesta fue: Sí. Y ha sido impresionante, en su supuesta, y que se me entienda por favor, “vulgaridad”.

Carmen (Maribel Verdú), ama de casa con toques de modernidad, para ella, pero “maruja” para la mayoría, de un conocidísimo barrio madrileño (Carabanchel), descubre un día, mientras asiste a una ceremonia familiar, que su marido, Carlos (Antonio De la Torre), puede estar poseído por un “ente”, comenzando así una exhaustiva investigación, entre ¿terrorífica? y dislocadamente disparatada, para intentar “salvarlo”.

Primeros planos de una Maribel Verdú que casi la distorsionan para darnos a entender el punto de su dilema personal en el que se encuentra. A destacar la escena en que Verdú baila en una discoteca con un De la Torre totalmente desatado.

Mención aparte merece la escena en que Julián Villagrán les muestra a  Verdú y a José Mota un piso mientras se transforma en una especie de mensajero del ayer. Desde ya candidato a mejor actor de reparto en los próximos Goya.

Una gran película disfrazada de cinta menor, con grandísimas interpretaciones y dónde los encargados de vestuario han debido de tener carta blanca para llegar hasta el delirio, remarcando de esa manera, lo extraordinariamente chabacano de unos personajes que viviendo en un barrio de clase media baja, es un decir, sus vivencias durante el metraje de la película, son de todo menos normales.

Una mirada de Pablo Berger, convertido en “Juan Palomo” (dirección, guion y coautor de la música junto a Alfonso de Vilallonga) que tenía muy alto el listón tras su “Blancanieves”, y que se ha superado con creces, sin parar de diseccionar la vida, por otra parte anodina, de una perdedora ante un marido machista donde los haya.

Película plagada de estupendas interpretaciones:
Maribel Verdú interpretando a una ama de casa vulgar, muy vulgar,  y a la par sumisa y aprendiz de domadora de marido (Antonio de la Torre) machista entre los machistas. A destacar los cambios de expresión del Señor De la Torre para interpretar esa doble personalidad que le habita. Un José Mota inconmensurable en su vulgaridad  como primo, y muy inquietantemente siniestro como hipnotizador de tres al cuarto.

Si quieres ver lo que ha sido este año el cine español, es de obligado cumplimiento.

Dentro de unos años este título tendrá un papel preponderante en las listas de películas feministas españolas, aunque en realidad reparta estopa para todos, porque donde  alguien se comporta como un dictador de su casa, hay otr@ que cede, normalmente por miedo, y eso siempre aleja el amor.


Resumiendo: comedia negra, disfrazada de hortera que confundirá a muchos, por aquello de ver los árboles y no el bosque.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 14 de agosto de 2017

MÁS QUE UNA SERPIENTE VERANIEGA


Este año, el verano no se caracteriza, que también, por poder realizar con éxito, ese jeroglífico playero de pasar de la arena repleta de fardos con bañador al líquido elemento, ni hacer cola durante más de media hora en un restaurante cercano al paseo marítimo para cenar algo de tercera división que lo único que tendrá de espléndido será el sablazo final, y la única vez en el día en que te van a llamar “caballero” o “señora”.

Este verano tenemos esa serpiente veraniega llamada Donald Trump disfrazado, metafóricamente hablando, de Godzilla paseando por las calles estadounidenses (para los amantes de la pintura, nos da mucho más miedo realista, verlo como al Saturno del Goya más delirante) y, ya se sabe, el poder de sus pisadas hace retumbar y cambiar el paisaje por el que pasa, dejando libres a fascistas blancos de cualquier pelaje a los que ya les ha dado tiempo, desde las elecciones, a desempolvar sus viejas creencias, y a creer en cierta manera que tienen carta blanca, no confundir con “casa blanca”, aunque algunas veces pareciera.

Se ha puesto, el Señor Trump, a disparar a todo el que se mueva, y por ahora se mueve y mucho ese Kim Jong-un de Corea del Norte. Y los dos se han puesto a proclamar, como lo haría cualquier macho alfa, que la tienen más grande, se supone que su bomba, y especialmente esa estupidez lunática, o desde nuestro punto de vista, saturnal.

Mención aparte tiene esa acción del Señor Trump, amenazando con lanzar sus tanques, se supone que vía aérea, para no invadir países limítrofes, a su versión venezolana pero en Maduro. A este vecino del mundo, sinceramente le parece que cada vez que el mandatario venezolano pronuncia “Trum”, suena a patada en los bajos al orgullo de ricachón todopoderoso del Señor Donald.

Entre unos y otros, no diría que “indocumentados”, pero sí de cortas miras, no es que nos dejen la casa sin barrer, sino, mucho más peligroso, las vidas de muchos entre escombros.
Es lo que tiene votar a “Friquis”, aunque el norcoreano se “votara” sólo. Ahora vamos aprendiendo, aunque se veía venir, que los friquis evolucionan, mutan, como ciertos personajes en los videojuegos, y desgraciadamente a peor.

Al menos, intentando ver algo positivo para no estropearnos del todo este veranito, Donald Trump, no es ni español, ni mucho menos valenciano, y no está acostumbrado a las tracas para terminar una “fiesta” como se merece. Porque él, y eso es lo más peligroso, tiene la posibilidad, en forma de arsenal, de celebrar  “la traca de las tracas”, o según sus propias palabras una furia y un fuego que el mundo jamás ha visto.


Al final, este vecino del mundo se queda con ese  “Saturno” de Goya, porque siempre valdrá más una pesadilla con arte incluido, aunque incluso, nos pueda causar la muerte, que un vulgar lunático engreído, con muchos recursos eso sí, que también nos pueda matar cuando menos de vergüenza y humillación. 

*CUADRO: "SATURNO", DE  GOYA.

sábado, 12 de agosto de 2017

HABLANDO DESPACITO ...PERO SIN CENSURA


Esta semana, como hubiera calificado  aquel filósofo de la vida que fue Don Julio Iglesias Puga, ha sido “rara, rara”, con la izquierda, muy izquierda, jugando a controlar las llamadas canciones del verano como manera de evitar episodios machistas en su máxima expresión como es la violencia de género.

El problema de que otros intenten hacerte un traje a medida es que por muy bonito que sea, ni lo eliges tú, ni eres libre para escoger el paño, ni el color, o de decidir que, después de todo, no lo quieres, y que prefieres seguir “vistiendo” como te ha dado la gana siempre.

La censura aunque se vista de izquierdas, censura se queda. Se empieza con las canciones que suenan en el verano, "Despacito" en el punto de mira, se le coge el gustito a censurar, y al final, por ejemplo, intentamos tirar por el sumidero prácticamente la carrera completa de todo un creador de personajes marginales como puede ser el gran Joaquín Sabina.

Porque, luego, es otro suponer, y cuando le cojan el gusto al gatillo de censurar, o de guiarnos por el lado que ellos crean correcto, pueden disparar a cualquier lado, y prohibir, por ejemplo, los desnudos en la pintura. 

A medida que vas cumpliendo años, compruebas que la “historia” se repite.  Cambia la decoración, atrezzo, e incluso el color de los protagonistas, pero la intención es la de cuidar a los corderos y guiarlos, porque ellos solos pueden seguir al macho alfa y saltar por el acantilado del sexo, sin permiso ... o todo lo contrario.

Puestos a prohibir, sugiero por ejemplo hacerlo con canciones atemporales, o que oímos cada año muchísimas veces como “Quince años tiene mi amor”, del “Dúo Dinámico” que inocentemente, aunque los censores podrían utilizar el término “sibilino” para cargar más las tintas en lo que sería la descripción de la clara actuación de un “asaltacunas”, por muchos coros chillones que tenga alrededor.

Y, como prueba de que a pesar de la censura, en aquel momento franquista, que no era moco de pavo, siempre se han podido filtrar "burradas", está aquella antigua canción, pero siempre recordada de Juanito Valderrama, “El emigrante”, que comienza diciéndonos “Tengo que hacerme un rosario con tus dientes de marfil…” ¿Eso es incitación a malos tratos, o una simple metáfora más bien desafortunada vista con ojos de hoy?

La mayoría de las veces, y especialmente en fiestas, al oír una canción nos guiamos más por la melodía que por el mensaje. Además, como en todo lo relativo al arte,  lo importante no es la intención del autor, sino del que escruta el mensaje y su mirada.

Todos hemos oído miles de veces esa canción de José Luis Perales que dice:

…¿Y cómo es él?
¿En qué lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale,
¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo….

Y no, nunca se ha tratado de, diciéndolo suave, un marido celoso, o cuando menos en apuros, sino de un padre, y dicho por el mismísimo Perales, preocupado porque su hija tenía su primer novio.

La educación se debe de empezar en nuestra propia casa, y no dejando todo el trabajo a los profesores, y ellos, los padres, definiéndose como "amigos" de su hijo; desinhibiéndose de tomar decisiones importantes en su educación, pero eso sí, velando por las  bandas sonoras en las fiestas de los pueblos. ¡Un auténtico despropósito!

Un secreto para terminar: Este vecino del mundo desearía no oír nunca más "Despacito", pero no por su mensaje, sino por hartazgo. Porque mensajes lo hay en todo. Otra cosa es que ahora sean otros quienes los quieran mandar, o hacerse oír, pero "esos" tampoco son unos recién llegados...

*FOTO: DE LA RED



jueves, 10 de agosto de 2017

SIETE AÑOS YA


Muy buenos días-tardes-noches,
Mi intención al escribir este blog es el crear un lazo de unión entre vosotros, que nunca sabré cuántos ni quiénes sois, y éste que os escribe, que se cree uno más de la especie humana, y que considera que sus opiniones pueden encontrar algún reflejo en vuestras vidas.
Es también mi intención que ésto sea una especie de diario, en cierta manera novelado, y que yo me evada de los problemas diarios mientras os hago quizás esbozar una sonrisa, con eso me daría por bien pagado.

Y…ya han pasado siete años de esos párrafos, de esas intenciones, que inauguraban este blog que ya avisaba desde ese primer momento que era un tanto novelado, como la vida misma, donde hay muchas verdades, tantas como personas interesadas.

Estos años han servido para comprobar que la realidad supera muchas veces la ficción, y que, a veces, si tuvieras que diferenciar en una ficticia rueda de reconocimiento qué es verdad y qué es mentira, más de una vez nos confundiríamos.

Sin ir más lejos, esa noticia que hemos conocido estos días, de que el ayuntamiento de Ponteareas, en Pontevedra, aprobó este lunes pasado la concesión de un plus de productividad a los funcionarios que hagan al menos el 90% de su jornada laboral, podría hacernos reír a carcajadas, con ese incentivo por hacer lo que se comprometieron a hacer cuando fueron contratados, sino fuera porque es real, y se conformen además, con un 10% de “escaqueo”.

Con noticias así, este vecino del mundo siempre recuerda esas películas con historias de Luis García Berlanga y Rafael Azcona, en las que las situaciones imaginadas serían más creíbles que las reales.

Siempre recordaré cuando en los comienzos de este blog, un compañero de trabajo (de ese al que me habían alejado mediante un ERE, y que en cierta manera fue la razón de inaugurar un blog que sirviera de terapia y de fuga), al enterarse de que tenía un blog, me preguntó quién me pagaba y cuánto ganaba. 

Hay preguntas que no sólo definen al que las hace, sino que pueden transformarle de persona a personaje.

Un blog, una ventana desde la que expresar ideas, sentimientos, opiniones, quizás no podrá cambiar el estado de las cosas, pero al menos puede servir para avisar a esos que forman parte de la actualidad, y que muchas veces se creen tan listos como para engañar a la mayoría, de que harán lo que quieran o los dejen, pero que nosotros nos hemos dado cuenta.


No hay peor opción que darlo todo por perdido, con esa cantinela  de “siempre ha sido así, y será”. Y en esas estamos, y estaremos.

*FOTO: DE LA RED

martes, 8 de agosto de 2017

NOCHE DE LUNA LLENA Y METÁFORAS


Esta noche pasada, que nos traía al 8 de Agosto, muchos han salido a la búsqueda del eclipse perdido; sin embargo, este vecino del mundo (a eso se le llama experiencia) simplemente pretendía pasar una noche bajo el influjo directo de la luna, y relajarse con un buen y largo paseo.
Si de algo ha servido el devenir de estos años es aprender que no hay que esperar mucho ... de nadie, o de todos, incluyendo al destino.

Por poner un pero a una noche esplendida, podía haber sido menos calórica. Por cierto, este vecino del mundo, lleva mucho tiempo hasta el gorro de las sensaciones térmicas. Esta misma noche eran 28 grados, sensación térmica unos 32. ¡Vamos! Una auténtica metáfora de lo que pasa con mi vida, y me imagino que con la de muchos. Tu economía más que rodearte, te presiona hasta casi no poder respirar, y el gobierno publicita que no hemos estado en otra desde el 2008. No es mentir, o sí, pero es como decir que tus zapatos ya no te molestan… porque hace tiempo que se te rompieron.

Será el influjo de la luna, pero el paseo me ha dado para muchas reflexiones, quizás demasiadas…

Siempre he pensado (ya es mucho afirmar en sí) que esa famosa marcha lenta/rápida del Señor Rajoy, que siempre se promociona en momentos de elecciones o vacaciones, es una auténtica metáfora, otra, de la situación actual de nuestro cortijo llamado España. Una autentica huida hacia adelante sin querer ver, desde su burbuja, para ver a mucho españolito luchando en el día a día.

Ahora resulta que el Señor Rajoy está sufriendo de lumbalgia, y La Nuri, mi sufrida, me recuerda que por fin tiene algo en común con él, aunque ella siempre lo define como un dolor que le empieza en el glúteo, y se le extiende por la pierna. Y es que los hombres de poder, tienen hasta pedigrí en sus dolencias.

Ésto, la lumbalgia, le podía haber servido, a Don Mariano, para ponerse al día en las necesidades de la Sanidad española, pero mucho me temo  que él habrá entrado por la puerta grande, o mejor dicho, gentilmente los mejores galenos habrán ido a donde hiciera falta.

Mientras en mi camino nocturno llegaba al ansiado faro, e intentaba captar algunas imágenes que hicieran honor al momento, mi diálogo conmigo mismo me hacía ver, que quizás esa lumbalgia era en realidad Cataluña, que se le estaba rebelando, y que no se arregla con esos paseos lento-rápidos, y ese “dejar pasar” a las que Don Mariano Rajoy es tan aficionado.


Lo bueno que tiene una buena noche de luna llena es que te incita a las sensaciones, y no a las realidades; a la introspección, y no a verificar lo que tenemos, o lo que es mucho peor, no tenemos… 

*FOTO: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

miércoles, 2 de agosto de 2017

OTRA VISIÓN DE AGOSTO


Sí, sé que llego tarde para decir eso de ¡Por fin, estamos en Agosto!  Más que nada  porque ya han pasado veinticuatro horas, y hoy en día algunas noticias nada más nacer ya huelen a rancio, y ésta además, ligada inevitablemente al tiempo, está claro que caducaba ayer.

Lo que ocurre es que os voy a confesar mi noción de cómo se traduce cualquier año, esquemáticamente primero, y más ¿profundamente? después, y veréis la importancia de instalarnos en Agosto.

Un año se puede resumir en una rampa ascendente hasta Agosto, y en una descendente más pronunciada hasta el final del año, y como si fuera el concepto del antiguo Finisterre, después… el abismo más abismal.

Lo de la cuesta de Enero, a mi entender (porque este blogger no hace como otros que parece que lo suyo, su blog, es más una secta, y si no estás de acuerdo con él/ella serás, más que un raro, un marginal), siempre se ha quedado corto, quizás primando el nivel de cómo se encuentra nuestros bolsillos, pero el estado de ánimo es otra cosa.

Agosto (para otros claro está, o Julio, o Septiembre), siempre es el Unicornio Azul, el Edén, el Dorado, aunque al final muchas veces sea, como casi todo, una estafa. Es lo que nos guía, nuestro horizonte, con la salvedad de que éste si está realmente más cerca.

Lo de la estafa muchas veces viene porque nunca vas a recibir en ese mes lo que imaginabas, o deseabas. Y, especialmente si te quedas dentro de nuestras fronteras, siempre serás, como mínimo, el segundo, o tercero a la vista de cualquier negocio, especialmente costero. Porque parece, siempre ha sido así, y ahora más claramente, que el euro, por ejemplo, teutón, vale más que el nuestro, cuando debería de ser al revés, porque nosotros tenemos menos, y debiera de ser, otra manera de verlo, más valioso, de cara a las empresas, conseguir nuestro tesoro.

La mayoría del turista extranjero (y ésto no tiene nada que ver con los tristes sucesos de radicales que están ocurriendo en algunas ciudades de España, y que por supuestísimo condeno), no viene aquí para conocer al “aborigen” y su entorno, por decirlo de una manera clara, sino porque muchos países que siempre han sido más baratos, y con un cierto misterio, ya no pueden ser visitados; y podemos ser, a su vista, los más dóciles, por calidad y precio.

Mucho británico, alemán, y ahora, ruso, por supuesto que este vecino del mundo probablemente estará equivocado, viene “a terreno conquistado”, y hace lo que en su país nunca haría; y lo que es más triste, la mayoría de las veces no se le llama la atención, por miedo a que no vuelva.

Y, quizás, con el recuerdo que desde muchos anuncios se nos hace, y este año, para más inri, para que lo compren los guiris también (algo se me debe de dar la razón de lo dicho en el párrafo anterior), de que ya se puede “conseguir”, los décimos de la Lotería de Navidad, llegamos a la pendiente que nos llevará hasta las Navidades.

Primero con la “vuelta al cole”, y los anuncios, televisivamente hablando, del regreso, en los quioscos, de todo tipo de colecciones por fascículos (¿Para cuándo "una colección con los héroes y frikis de la Cadena Alegra? Arrasaría).

Más tarde, todo tipo de ropa invernal, siguiendo la visión televisiva, del Corte Británico, nos llevará a nuevos juguetes para los pequeños consumidores, quizás en su primer año de vida, y a todo tipo de espumosos para los más mayores y propietarios de la tarjeta bancaria; y en su recta final, ya casi a punto de llegar al orgasmo de una presunta felicidad, llegaremos a la arenga sentimental, de los que vuelven por Navidad, muchas veces … a coger lo que pueden, porque las están pasando de todos los colores.

Ya estamos en Agosto, y yo sin Biodramina, para el gran descenso que nos llevará al Finisterre, ahora rebautizado como Navidades.
¡Qué pereza! ...Y mucho miedo, nunca te acostumbras por muchos años que pasen.

*FOTO: DE LA RED.