Cuando apenas han pasado 48 horas desde que se sepan más
noticias sobre la puesta en marcha del Brexit para el próximo marzo
por parte de la primera ministra británica Theresa May, pareciera que los británicos
no quisieran que nos olvidáramos de ellos; no antes, al menos, que ellos lo
hagan de nosotros, y del resto del continente.
Quizás, esa fuera la oscura intención del cocinero inglés
Jamie Oliver al añadir chorizo a la paella, en una receta que acaba de publicar. Y
ya se sabe que los puristas, de todo, están a la que salta, y les ha faltado
segundos para tratar como anatema la comentada receta del cocinero de Essex.
La única solución que le doy a esa creativa de Mister
Oliver es que simplemente ha mezclado conceptos, y con tanto “chorizo” que últimamente,
incluso desde el extranjero se sabe que hay en España, ahora él se ha
convencido de que debe de haber hasta en la
paella.
Ya solo falta para comenzar la guerra gastronómica británico-española,
que Karlos Arguiñano, por ejemplo, se descuelgue haciendo una receta tan típica
británica como el pastel de riñones, y diga sin parpadear que uno de los
ingredientes de ese famoso plato es las angulas; y para terminar la faena,
cuente un chiste sobre Gibraltar y su pertenencia a España.
Quizás tengan razón los que opinan que ya son demasiados
meses sin nadie que se haga al mando de este barco llamado España. Nos pueden
subir desde Europa todo tipo de impuestos, y recortar la sanidad y las ayudas
sociales, pero, eso sí, y rotundamente, la paella no se toca. Y el gobierno, todavía
en funciones, debiera hacer algo al respecto. Este vecino se imagina a un
serio, y con cara de circunstancias, Don Mariano Rajoy, acercándose a una
paella, y mientras se cerciora de que nadie le ve, dice: “Paella, se fuerte”.
Este vecino del mundo, recuerda que sería en 1980 cuando
estando en Londres, una mujer inglesa a la que conocía, le pidió la receta de
la tortilla de patatas, y como al dársela, cometió el craso error, según ella, de
omitir un ingrediente tan importante como el tomate, el de ensalada, se negó a
seguir apuntando la receta, porque estaba convencida de que no la sabía.
He admirado a los ingleses, y a los británicos en
general, porque siempre tienen la suerte de tener inevitablemente razón, y sino,
se la otorgan. Practicando "bilbainadas", por supuesto que los mejores son los bilbainos, por algo las crearon, pero detrás vienen los ingleses, aunque ellos sin quererlo, hablan en serio.
Cualquier día Mr. Oliver se nos descuelga con un “marmitako”,
y dice sin titubear, como se dicen las mayores mentiras, que es típico de los pescadores de Cornualles, y que los vascos, y el
demonio que ellos representan, solo la copiaron, eso sí, de la peor manera
posible.
Ya para terminar por hoy, no me extrañaría que en un momento dado descubramos que
la letra de aquella bilbainada tan famosa ya ha cambiado:
Un
inglés vino a Bilbao,
por
ver la ría y el mar,
y
al descubrir la paella,
con
chorizo la quiso aliñar.
*FOTO: DE LA RED