lunes, 31 de diciembre de 2018

ÚLTIMOS INSTANTES



Este vecino del mundo ha estado ponderando un buen rato sobre qué decir en el último post del año. Y como uno no tiene el poder de ser genial, o estar sembrado, en cada momento, ha  tomado la determinación de que lo mismo que piensa cenar esta noche en un atuendo que los pijos denominarían “casual”, y que en el pueblo que me vió nacer, Elgóibar, describiríamos como “de andar por casa”, que es como realmente me siento bien, en este post, el último de este año, solo quiero hablar de vosotros, ya que el resto del año ya aprovecho para hablar de lo que me mueve y me conmueve.

Hablando con el corazón en la mano, metafóricamente hablando, por supuesto, si no sería cuando menos engorroso e incluso complicado, os deseo que se cumplan todos vuestros planes, y que hagáis lo que verdaderamente os pidan vuestros respectivos cuerpos, dentro de un orden naturalmente, y sin volvernos locos. Respetando, por supuestísimo, a los demás y a sus respectivas maneras de ver la vida.

Ya hace tiempo que este vecino si tuviera que diseñar su “alma interior”, sería más bien de tendencia minimalista, y en colores de gama “blanca inocencia”.

Si nuestras vidas fueran historias escritas, el libro de este año se cerraría hoy, y el mañana, como en realidad ocurre, seguro que es otra historia, aunque el protagonista, tú, sea el mismo.

Un abrazo a cada uno de vosotros, y un muy feliz año nuevo.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

domingo, 30 de diciembre de 2018

TOM HANKS Y SU NAVIDAD



Oigo por la radio, después descubro por Twitter que ha debido de ser el 27 de Diciembre, que Tom Hanks imbuido por el espíritu navideño, se supone, ha aparecido por una hamburguesería, de esas de carretera, y se ha sacado fotos con todos los clientes que han querido, incluso tomando las fotos él mismo, mientras les invitaba a lo que quisieran.

Hasta ahí la noticia o la falta de ellas, vaya usted a saber. Después vendrá si el aroma, o el tufo, del suceso, atrapa tus pensamientos y le das al magín sobre la razón que ha tenido el actor para hacerlo.

Digamos, naturalmente, que no es la misma percepción de un norteamericano de este hecho, que puede variar desde el interés más especial a la misma mirada de una vaca viendo pasar un tren, que el de un español, sea el que sea, siempre lleno de razón y mala leche a partes iguales.

Desde el prisma de un norteamericano, quizás todo vaya cercano a normalizar el trabajo de un actor. Y forma parte de ello, tal vez también, el demostrar que son seres humanos y que eso de estrellas, y de vivir en un planeta aparte era más en los años cuarenta y cincuenta. Que tienen malos días, como todos, aunque en los mejores, puedan ganar millones.

Ahora, si Tom Hanks hubiera hecho eso en España, a los cinco segundos, y me sobran cuatro, alguna asociación de algo ya le había metido una demanda  por apología. De promocionar con su gesto, por ejemplo, la comida "rápida", o peor de todo, la comida "basura". Eso, si no se presumía, entre silencios y gestos sugerentes, de que una carrera, la suya, que en los últimos tiempos no era tan buena como parecía, estaba siendo alterada por comportamientos, como el comentado, que pudieran poner su buen juicio en solfa.

En España , y piensenlo un poco, los gestos solo sirven para jugar al mus, y eso si tu compañero es avispado, porque en el resto de la vida, muy posiblemente se malinterpretará. 

Si tienes algún amigo famoso, aconsejale, y saldrá ganando, que antes de dejarse llevar por el corazón, se vaya poniendo en contacto con sus abogados; sí, varios.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 26 de diciembre de 2018

JODIDO PERO....


Se suele decir que "más vale tarde que nunca". Y poniendo como coartada esta frase hecha quiero desear "Feliz Navidad y un Próspero Año" a todos los que siguen a este vecino del mundo, y que últimamente, por motivos, y nunca mejor dicho "personales" tengo más abandonados que Mortadelo y Filemón a sus respectivos peluqueros.

Diría que he comenzado muchísimos "posts" en mi cabeza estas semanas, y además "el patio" se presta a ello, pero teniendo en cuenta, como se diría en mi pueblo, que tengo un ojo a la virulé, la incomodidad ha sido la única mordaza que ha hecho que este vecino "se la envainara" como nunca lo había hecho antes. Y eso jode.

Por eso no quería que estas fiestas, las únicas conocidas, y eso no lo cambiará nadie, incluso ningún milenial que se precie, como "las entrañables", pasaran de mí y de mi, últimamente, depauperado blog.

Este vecino del mundo ha tenido una conversación consigo mismo, o lo que viene siendo, se ha puesto las pilas, y ha decidido que ha de volver al tajo del comentario, si no diario, sí frecuente. Porque uno puede estar jodido, pero como se dice en mi pueblo, también existe la modalidad "jodido pero contento". 

En este mundo actual en el que todos opinan de todos, si te callas, no es que otorgues, sino que parece que claudicas. Y uno puede ser educado, y abrir puertas en las que puede ceder el paso, e incluso el otro, o la otra, pase con el morro por delante, pensando que se le ha dado preferencia. Pero, nadie conseguirá que este vecino se quede con un comentario sin hacer, aunque siempre intente hacerlo con ironía y mala "milk". 

Por cierto, y ya para terminar, me revienta esta sociedad en la que se cuida todo, se respeta todo, menos tu opinión, que especialmente en Twitter parece que tiene que pasar una especie de juicio en la sombra y si no eres "políticamente correcto", o lo que unos cuantos consideran que debe ser lo correcto, te has caído con todo el equipo. 

Bien pensado, más de la mayoría de los chistes que contaba "Eugenio" ahora no se podrían contar, porque alguien siempre se va a dar por ofendido. Y estoy bastante harto de que la mayoría de la gente tenga la piel muy fina para lo suyo, y en la tuya, en tu piel, intenten tocar "El tambor de granaderos", de Don Ruperto Chapí.




*FOTO Y VIDEO: DE LA RED

miércoles, 5 de diciembre de 2018

EL PASAPORTE DE TU MEMORIA


Hay palabras  que por no usarlas frecuentemente tienen para ti una inequívoca forma de túnel del tiempo, o que al decirlas, te trasladan a muchos años atrás. Hoy me ha ocurrido, esta noche me acaba de ocurrir, al oír a un locutor de la radio la palabra "jarana".

"Jarana", para este vecino del mundo, tiene aroma a finales de los cincuenta. A cosas que hacían los mayores, los hombres, cuando salían de casa y se juntaban con la cuadrilla; a  "Karpy" en la copa del "aitá"
(aunque Soberano, según la publicidad, fuera cosa de hombres), olor a "Farias" los fines de semana, y a "jazzband" en las fiestas del pueblo.

Personalmente, nunca he pasado una "jarana". En mi época  de juventud, los setenta-ochenta, éramos más de irnos de "juerga", o si se iba alargando, convertirla en "gaupasa", como decíamos los chicarrones del norte, aunque midiéramos uno sesenta y nueve justito
.
La época de "jarana" me retrotrae a la misma época de "el cine de las sábanas blancas" cuando insinuabas en casa que querías ir al cine y ya se estaba haciendo de noche, lo que en los setenta sería "irse a la piltra" pero con mucha más candidez, al menos a oídos de un niño de unos nueve años que seguía creyendo que los niños venían de París y que tus padres, por el mero hecho de serlo, eran, y siempre serían, perfectos.

En aquella época, mediados de los sesenta, la gente, así en general, era mucho más inocente, en el sentido de que eras lo que eras, sin intentar proyectar otra imagen, aunque también esa concepción puede estar motivada por esa mirada naíf que no tenía otro remedio que tener, más que nada por razones de calendario, este vecino del mundo.

Hay muchos tipos de viaje, y el de las palabras y sus recuerdos es uno de ellos. Viajes interiores con aroma añejo, y muchos de ellos, son los mejores, terminan con una sonrisa a modo de sello en el pasaporte de tu memoria.

*FOTO: DE LA RED