jueves, 22 de julio de 2021

NUESTRAS FIERAS...

 Un amigo (de los pocos que me van quedando por cierto, y es que el paso del tiempo causa estragos) me ha preguntado si ya estaba montando mi pedacito de estadio olímpico casero, para poder vivir desde mañana, ante el televisor,  las horas y horas televisivas con que nos van a inundar, además la mayoría en horario totalmente intempestivo.

Le he contestado “eso en el caso de que todavía no se suspendan, porque como se decía antes al menos, la cosa está muy achuchá”.

Y es que eso del espíritu olímpico, me da la impresión, desde el punto organizativo al menos, hace años que se fundió con los derechos televisivos, y donde esté el dinero del negocio por el negocio, se antepone al  “citius, altius, fortius” («más rápido, más alto, más fuerte»).

La verdad es que estas Olimpiadas de Japón, al menos, pueden venir bien,  para oxigenarnos todos un poco con respecto al suceso pandémico que nos lleva secuestrada la atención e incluso la moral desde  hace casi año y medio.

Personalmente este vecino del mundo ya está tomando medidas para alejarse del bombardeo informativo con que nos están nutriendo casi segundo a segundo. Llevo dos días que en lugar de sintonizar, en mi caso, con “Onda Cero” por la mañana, y la Cadena Ser por la tarde, conecto con emisoras denominadas de Radio Fórmula por aquello, quizás, de que la música amansa las fieras.

Y es que no me queda la menor duda de que tanto la  pandemia como el momento político actual han sido terreno de abono pintiparado para que en la gran mayoría de casos nos hayan crecido fieras en nuestro interior que están sedientas de venganza.

No puedo, ni quiero, olvidar esas imágenes del metro madrileño en el que por pedir a uno que se pusiera la mascarilla, éste le agrede con tanta violencia que le origina la perdida de visión de un ojo.

Y es que los que siguen a este vecino del mundo, ya saben, que por causas personales está muy sensibilizado con esos temas de pérdida de visión. Aunque no hace falta ni mencionar, que nunca hay excusas para reaccionar con tanta virulencia y falta de escrúpulos.

*FOTO: DE LA RED

martes, 20 de julio de 2021

UN MAGO EN CIERNES...



¿No os habéis planteado alguna vez que quizás vuestros pasos deberían haber ido encaminados hacia el mundo de la magia?

Si lo pensáis bien, con un simple bolígrafo Bic podemos hacer maravillas, tanto con el bolígrafo en sí, como con el capuchón, que hubo una vez que lo acompañaba...

De hecho, ¿alguien recuerda haber terminado la tinta de un Bic? Este vecino del mundo desde luego que no.

Lo malo de todo eso es que fallamos por la base, y no sabemos el truco. Por lo que podemos pasarnos horas intentando reconstruir nuestros movimientos, y no hay manera de saber qué hemos hecho con el maldito chisme.

Pero lo de hoy ya me encamina seriamente a presentar mi candidatura a mago en Las Vegas, donde siempre se ha creído que están los mejores.

Eran las seis de la mañana cuando mi cuerpo me ha dicho que hasta aquí hemos llegado y que se levanta porque le da la real gana.

Me estaba tanteando por si mi cuerpo estaba completo, uno nunca sabe, cuando he observado que en uno de los bolsillos de mi bata estaba el inhalador, comprado ayer mismo, y que recordaba que lo había utilizado antes de acostarme.

¡Bueno! Estaba, pero a medias, el continente sí, pero el contenido no. Tras unos diez minutos de búsqueda, he optado porque sí quiere aparecer que aparezca por su cuenta y riesgo, que ya hablaremos.

Se me había olvidado el tema, cuando vuelvo a meter la mano en el bolsillo, y esta vez aparece el contenido, pero es imposible dar con el continente.

Desde entonces, hace más de una hora, me he planteado dos cosas:

La primera es que estoy estudiando seriamente la posibilidad de instalarme dentro de casa un sistema de videovigilancia  para, a posteriori, poder trazar más fácilmente todos mis movimientos, y así descubrirme el truco.

-La segunda, es que voy a copiar a la derecha española, y culpar de todo al Señor Sánchez.

Seguiré perdiendo las cosas, pero de sentimiento de culpa, ninguno. Y así se vive mejor, al menos más tranquilo. Sabiendo además, que con la edad, seré mejor mago.

*FOTO: PATXIPE