Es curioso, pero aunque tenía tan solo siete años,
recuerdo un “flash” de aquel día de hace cincuenta años como si fuera hoy.
Veo a mi padre en la cocina, en camiseta después
de trabajar, muy serio y preocupado, como no lo había visto nunca, y quizás
eso hizo que mis sensores de peligro, archivaran aquellos momentos en mi
parcela de “memoria para siempre”.
Aunque luego, la mayoría de los presidentes
americanos han pasado a años luz, sin pena ni gloria, para la vida de este
vecino, tan solo se acuerda también de Bill Clinton, y no precisamente por su incidente
oral
en el despacho oval, sino porque este vecino siempre recordará, porque
le impactaron, unas imágenes de Clinton niño/adolescente, saludando al entonces
Presidente Kennedy, en lo que se pudiera entender, al cabo de muchos años, como
una manera de darle el relevo.
Aquellas personas que piensan que los niños “no se
enteran de nada”, este vecino considera que están muy confundidos. Un niño a su manera va distinguiendo momentos, a veces por
instinto, por ser escenas diferentes a lo que él está acostumbrado para su nivel de consciencia, pero reconoce sobre todo el peligro.
Palabras y momentos que este vecino asocia con su niñez son: Cuba
y La bahía de Cochinos; Marilyn Monroe, y su muerte; Gary Cooper, Grace Kelly,
y el sputnik.
En los recuerdos de este vecino muy niño, hay un
tiovivo que no para de dar vueltas, con un cohete azul, en el que se monta sintiéndose un héroe. Sin embargo,
él y toda su familia no le llaman cohete sino “sputnik”, palabra con sabor
ruso, que se ha quedado en un recodo de la historia,
y que tan solo la recordamos aquellos que vamos coleccionando décadas.
Y, ayer, fue un buen día para recordar un pasado en blanco y negro, en donde todo era muy grande, quizás porque eramos pequeños, y en el que el mundo de la realidad y de la ficción se mezclaban todavía sin límites muy marcados, pero que si de algo estaba seguro, es que un día conocería todo, y comprendería todo, incluso las cosas de mayores.
* VÍDEO: DE LA RED
y que tan solo la recordamos aquellos que vamos coleccionando décadas.
Y, ayer, fue un buen día para recordar un pasado en blanco y negro, en donde todo era muy grande, quizás porque eramos pequeños, y en el que el mundo de la realidad y de la ficción se mezclaban todavía sin límites muy marcados, pero que si de algo estaba seguro, es que un día conocería todo, y comprendería todo, incluso las cosas de mayores.
* VÍDEO: DE LA RED