Me acabo de enterar, y me he
llevado una grata sorpresa, por aquello de que por fin se da un premio como
consecuencia de lo que se palpa en la calle, aunque no sea políticamente
correcto: Medalla de Oro de la Academia de Cine 2016 a Don Santiago Segura.
Lo de “políticamente
correcto” seguro que mis seguidores lo habrán captado a la primera. Y es que
más de uno de esos que les parece bien que se den Medallas a la Virgen, a
cualquiera de ellas, y separan los capítulos de su Biblia con billetes salmón,
mientras se miran en el espejo si la gomina continúa o.k., no comprenderá como
se puede dar un premio de ese calibre a un ser que al menos aparenta ser la
zafiedad en pantalones, por supuesto que de chandal, y no de marca extranjera.
Ese premio, en cierta
manera, es también para aquellos que no ven tampoco, pero lo reconocen, los documentales de la 2, porque se
aburren o a esa hora precisamente se echan un siestón, o lo dedican a las artes
amatorias sólo si ella quiera, aunque luego finja ante sus amiguetes que no
se le resiste una.
Y es que en España, aparte
del cine americano, y dos o tres cosillas anuales interesantes y de calidad de
nuestro cine, esta España viva, esta España muerta, como hubiera dicho Cecilia, se decanta
por el friquismo y el cutrerio. Somos como somos y Don Santiago Seguro, inteligente y listo
(que no siempre van juntos) entre los listos, lo supo ver hace ya bastantes
años, y nos creó un personaje que nos saca los colores y la mala baba, un
Torrente de incorrecciones, en el que siempre vemos a los demás, y nunca a
nosotros mismos.
Si los que despotrican del
Señor Segura lo hacen por su aparente incultura que se puede confundir con la
incorrección presente en todos sus trabajos, con decir, aunque la mayoría ya lo
sabrán, que es licenciado en Bellas Artes, se puede desmontar esa teoría.
Si a otros que han tocado muchos palos se les ha llamado “Hombres del Renacimiento”, lo de Santiago Segura no queda lejos: actor, guionista, productor, ha hecho ya
de todo, menos estarse quieto que eso sería imposible para él. Y por cierto, fue
el primero que llevó a la publicidad de
una cinta, la suya, la primera de Torrente,
y las siguientes, en todo tipo de acciones, incluyendo camisetas y
últimamente hasta trajes con el título de la película en cuestión, que mientras
a algunos les parecería demasiado, a otros, a la mayoría, a los que amamos a
Santiago Segura personaje, creemos que le hace cada vez más grande.
No olvidemos, no debemos hacerlo, que el Señor
Segura se crió en la calle, en su barrio, Carabanchel, y lo primero que se
aprende en la calle es que “el que no llora no mama”, y él ha sido tan
inteligente que cambia los lloros por risas, risotadas e incluso caras de
estupor, con tal de no dejar a nadie indiferente, no por él, sino por su
trabajo, que a la postre es lo que le da de comer.
Personalmente, he de
confesar que este vecino del mundo sufre, espero que se me entienda, cada vez
que Torrente aparece en una nueva película, por la sociedad que retrata, que
desgraciadamente no dista nada de esa realidad que no queremos ver, pero que
existe.
Este vecino del mundo
prefiere verle en otro tipos de papeles, aunque el personaje sea igual de
cabroncete, un niño que no lo es por lo enrevesado y la mala baba que gasta, y
los años que ya tiene. Personalmente, en la película en la que se desenvolvía
como un guante en mi opinión, claro está, es en “El día de la bestia”, mano a
mano con el recordado y llorado Álex Angulo. Pareciera que todos los días lleva
un arma en la mano. Aunque el guión de la película, como ya ha ocurrido en otras de Álex de la Iglesia, se desinflara al final.
Santiago Segura, Don
Santiago, te puede leer el B.O.E. y seguro que te partes de risa, eso sí, sólo si
él quiere. Y con eso se nace, como con la tenacidad que está claro es su marca
de viaje, ese realizado desde las catacumbas de la Farándula.
¡Enhorabuena, Santiago! Porque
por una vez nos hemos quitado las caretas, y con tu premio hemos confesado lo que nos gusta,
aunque no sea políticamente, ni mucho menos, correcto.
Por cierto, y ya para
terminar, espero que se entienda el título del post, del que no voy a dar más
explicaciones, porque son obvias. Seguro, que si tengo la suerte de que él me
lea, será el primero en entenderlo, y estar orgulloso de ello.
*FOTO: DE LA RED