Ahora vivimos en lo reiterativo. Es la única manera de
explicar lo que me pasó ayer por la noche.
Me había quedado traspuesto como
una Santateresa cualquiera, pero en lugar de rezando, viendo la tele, y al irme a
continuar el empalme con el reino de Morfeo, pero ya en plan homologado con cama y todo, pasé un momento por el frigorífico
de cabecera, porque junto con la Farmacia es lo único que está abierto las
veinticuatro horas.
Al abrirlo, salió José Luis Perales, con la mejor de sus sonrisas, ofreciéndome el
triple disco que acaba de sacar para así anunciarme además su última gira.
Detrás, por el runrún debía de haber mucha más gente, todos hablando de lo
suyo, pero acerté a ver en segundo lugar a un Carlos Arguiñano tan campechano
como te puedes ofrecer en un hueco de cincuenta por cincuenta con su último
libro de recetas. Y detrás de su nuca adiviné, más que acerté a ver, a Cayetano
Martínez de Irujo, la clase desde luego resalta aunque solo le dejen unos
centímetros, con su libro de “Cayetana a Cayetano”.
Ya he dado orden en casa: hasta que no pasemos estas
fiestas navideñas no debemos abrir el frigorífico, y menos por la noche, no sea
que nos acusen los vecinos de organizar fiestas ahora extrañas.
Ahora dirán que ha sido internet el que ha acercado el
comercio a las casas… Hace tiempo que
nuestra televisión es el nexo de unión
con el comercio, y creándonos vinculaciones con todo tipo de
fiestas y similares con lugares hasta
ayer extraños, e internet nos ha evitado quitarnos las zapatillas, y que podamos
seguir restregándonos con candidez la entrepierna en la intimidad de nuestra
familia o así.
Va a llegar un momento, si no estamos ya en él, en el que
primero compremos algo, y luego nos inventemos la excusa. Un San Porque Sí, que
unos lo vestiremos con kaiku vasco, sin pompones mejor, que ya nos tocan otras
cosas sin que demos tantas facilidades, y otros, por ejemplo, de traje de
faralaes, o de corto.
Lo dicho, cuidado con el frigorífico que estos días lo
carga el diablo, que alguien lo ha desatado.
*FOTO: DE LA RED