Ayer, día del padre, entre las
cosas que me regalaron estaba el famoso libro “Yo fuí a EGB”, de Javier Ikaz y Jorge Díaz. Tras agradecerlo
les comenté que ya había oído hablar del libro y de su éxito, pero que, en
realidad, yo no había hecho la EGB.
Ante la cara de asombro de
uno de mis hijos, con cierta sorna le dije: -Ha habido vida antes de la
E.G.B.” -Como ya me conoce, le afloró una sonrisa en los labios. –Cuando yo
estudié- proseguí con una seriedad fingida – no existían ni los pupitres.- Puso
cara de “otra chaladura de mi padre” y desconectó yéndose.
La primera vez que sientes
el paso del tiempo es cuando alguien más joven que tú te habla de usted al
abordarte en la calle para preguntarte, por ejemplo, la hora, o pedirte un
cigarro. Pero cuando verdaderamente te hace mella, ya que tú te
sigues sintiendo igual que siempre, es cuando tienes que explicar algo que parece evidente para ti, porque lo has vivido durante mucho tiempo, y los demás no tienen ni
repajolera idea de qué estás hablando. Por ejemplo, los famosos cassettes, esos
que se podían restaurar si la cinta se saltaba unos metros, girando un
bolígrafo Bic en su interior. Lo tenemos tan interiorizado, que la extrañeza va
por ambos lados. Por nosotros, en los que el cassette fue en un momento dado símbolo
de que los tiempos evolucionaban, que es una barbaridad, y por la gente
joven, una generación criada mamando los bits, para los que el cassette tiene
que ser como un hacha de piedra.
Por cierto, hoy es el día
internacional de la felicidad. Esperemos que no salga Doña Dolores de Cospedal en
el mismo tono que sus declaraciones de no silbar al himno español durante la
final de copa, que sino suspenden el partido, y lo juegan con el campo vacío, y
nos diga que si no somos felices que nos marchemos de España. Porque en ese caso además
les haríamos un favor, ya que acabarían con gran parte de los parados, siendo ya
el problema de otros.
Este vecino siempre que se celebra un día internacional
se pregunta para cuándo el día internacional del rico, e inmediatamente siempre
llega a la misma conclusión: ese día lo es siempre, pero claro, solo para unos
pocos.
La verdad es que cuanto peor
estamos, en cuestión de paro, y de choriceo en general, sale alguien y lo
empeora contando ese chiste de que el PP, con relación a las donaciones que
recibe, es igual que Cáritas, y hoy el Señor Montoro, santo y seña de nuestra
Hacienda, en lugar de envainársela ante la prensa, tiene la desfachatez, porque
no hay otra palabra que mejor defina ese hecho, y sigue en esa defensa. No solo es la jeta que tiene
este gobierno, sino la sensación, que es lo peor, de que a la gente no es que no
nos tomen enserio, sino que nos toman por tontos; esos mismos tontos, dicho sea
de paso, que quieren crear bajando las becas, y subiendo las tasas
universitarias. Me parece que este vecino hoy no va a poder ejercer lo del día
internacional de la felicidad…
*FOTO: DE LA RED