Contradicciones de este mundo tan políticamente correcto
que nos está tocando vivir:
Me voy a preparar un gin-tonic en casa, y como la
crisis si algo nos ha enseñado es que hay que pensar en el mañana, me lo hago
de una marca blanca del supermercado de guardia. La tónica avisa que no tiene
gluten. Eso está bien. Y va en la misma línea de esa leche que tomas en el
desayuno, y que ya viene de fábrica con todo quitado, para que no sufras de
exceso de grasa y colesterol, y que en lo único que se parece a la original es
que sigue siendo blanca, pero con la sospecha de que ese “blanco” puede ser la
ausencia de todo.
Ayer mismo, un amigo se dejó asesorar por un camarero y
se bebió un “chupitazo”, porque el tamaño era ex profeso para un chicarrón del
norte.
El brebaje debía de ser tan sano, tan sano, que el camarero-gurú le metió todo tipo de
plantas. No se lo dije a mi amigo, por no estropearle el trago, pero al ver la
propuesta a degustar, no pude por menos que acordarme del Ganges después de un
funeral…
Llegará un momento en que el consumismo conseguirá convertirnos en los muertos más sanos del mundo.
De todas maneras, conviene seguir vigilando la vida
con ojo crítico, pero al mismo tiempo, con mucho humor/amor, más que nada porque
no nos queda otra; y observándonos podremos seguir aprendiendo de nuestros continuos errores, y en otra vida, si nos dan la posibilidad, opositar al
Nirvana en mejores condiciones.
*FOTO: DE LA RED