¡Y parece que fue ayer!...Y
ya han pasado cinco años, en los que hemos vertido muchas opiniones y deseos.
Algunas veces, y desgraciadamente cada vez más, sugiriendo casi entrelíneas,
por aquello de la ley que amordaza.
Afortunadamente este vecino
del mundo tiene una comunidad de vecinos de los que no hay, que no se están
quietos, y que muchas veces con sus andanzas podemos poner cara, e incluso cruz, a la actualidad, sin quedarnos, en una expresión que se utiliza mucho
actualmente, a los pies de los caballos. Y es que ya se sabe que es más fácil, presuntamente, hacerse un viaje a Suiza para visitar entidades bancarias con dinero muy moreno,
que expresar en la calle lo que se piensa.
Los comienzos tampoco fueron
buenos. El vecino lanzó su voz durante unas vacaciones que se metamorfosearon en un ERE que a su vez
acabo en un despido, en realidad en un total de treinta, que terminó por dejar
las puertas de este ático abierto para siempre, o mejor dicho, mientras el
cuerpo aguante. Y el hueco que este vecino abrió, y que servía de sustituto a tumbarse en una camilla frente al psicólogo, evitando que lo malo se enquistara, ha servido de sanador de más de una úlcera incipiente.
Más de uno de mis lectores
pensará que soy un exagerado, pero muchas veces mediante la exageración se ven
los defectos, los problemas, o lo que sea, más claramente. Y además mediante la
exageración y la ironía se quita también esa pátina de seriedad que algunas
veces parece que tiene cualquier tema. Es como quitarle los pantalones a un
señor muy serio, que va de negro constantemente, y descubrir que sus calzoncillos
son rosas, lo que puede querer decir mucho de él. Y aquí cada uno que piense lo
que quiera, que es lo que se intenta cultivar en este blog.
Ni vendemos ningún producto,
en especial bajo la apariencia de que no vendemos nada y de que somos
neutrales, ni intentamos adoctrinar en nada a nadie. Con decir lo que nos
altera, nos choca, o hemos observado o pensado recientemente, nos es más que
suficiente.
Cada vez que cumple años
este blog me acuerdo de aquel compañero de trabajo que cuando se enteró que
escribía un blog, inmediatamente me preguntó cuánto cobraba por ello, y al
decirle que lo hacía, más que gratis, por amor al arte, su cara se asemejó a
algo que pudiera haberlo firmado el mismísimo Picasso: abstracto total.
Suelen decir que sarna con
gusto no pica, y este vecino del mundo
en cuestión de escribir en el blog se declara más vicioso que una
película porno. No os rompáis las vestiduras, que sino no tenéis sitio en este
blog. Como siempre, en este ático la verdad sin paños calientes, aunque lo
intentemos enfriar con mucha ironía.
¡Feliz aniversario! La tarta
es para todos, y el último, no que pase por caja, porque ya está pagado, pero
sí que cierre la puerta, para que no entre el olvido.
*FOTO: DE LA RED