Ya
se sabe que antes de irse de vacaciones, hay que hacer ciertas cosas
para dejar la misma casa, por ejemplo, en su punto. Lo mismo que
cuando se va a usar el coche para un largo viaje hay que hacerle una
revisión exhaustiva, cuando se va para un cierto tiempo a otro lugar
de vacaciones hay que dejar todo en un cierto orden. Y por eso, esta
mañana he ido a la caja de ahorros para cerciorarme de que en las
cuentas donde me pasan los pagos hay dinero suficiente para esos
días, y sin proponermelo he recibido una esclarecedora explicación
de cómo funciona un negocio de ese tipo.
Vaya
por delante que este vecino del mundo, no va a descubrir América con
esta explicación, sino a añadir cierta ironía y sentido del humor
que especialmente le falta al tema bancario.
He
entrado sobe las doce menos algo en la entidad bancaria, que por
cierto estaba más vacía que los bolsillos de la mayoría de las
españoles, y tras esperar a que salieran en pantalla los dos números
anteriores al mío, me he levantado y dirigiéndome a la ventanilla
correspondiente he dado orden de meter cierta cantidad de dinero en
dos cartillas que he sacado al efecto.
En
ningún momento se me ha solicitado ninguna acreditación, ni
documento nacional de identidad, sin embargo, el problema por
llamarlo de alguna manera ha venido cuando les he pedido la tarjeta
para hacer compras con seguridad en internet. Entonces, se me ha
requerido el DNI, y por casualidades de la vida, me lo había dejado
olvidado en casa, por lo que he tenido que volver otra vez, y ésta
con el carnet de marras.
Tras
enseñar el documento, y cuando se estaba atendiendo mi solicitud, he
recordado lo esclarecedor que ha sido lo ocurrido, y con una sonrisa
en la boca les he recordado lleno de ironía que para ingresar
dinero no se me ha requerido que me identificara, en cambio para todo
lo demás sí.
El
representante del banco que me estaba atendiendo, y sin disimular lo
mal que le estaba sentando la situación, me ha recordado elevando la
voz y colocándola más alta de lo normal, que para imposiciones de
más de tres mil euros, también es necesario identificación.
-Es
curioso.
- le he comentado, con un tono muy suave y casi cándido – Pues
ahora sí que no lo entiendo, porque cuando ha hecho falta reponer
esa millonada a los bancos por su mala gestión, dudo que se haya
pedido los nombres de todos los españolitos de a pie, aunque quizás
no ha hecho falta porque hemos sido TODOS.
Dicho
lo anterior, he recogido mis papeles y muy dignamente he abandonado
el local, mientras tenía la sensación de que una chispa de fuego, saltada de la mala leche del que me había atendido, comenzaba a
prender en todas las instalaciones.
*FOTO: DE LA RED