En general la mayoría de las “cosas” no son ni buenas ni
malas, sino depende de la manera en que se aplican.
Mucho se habla, como dirían algunos, del “internete” y de la cantidad de problemas que ha podido traer. Pero, por otro lado, no se habla de las familias
que permanecen unidas, pese a la distancia, con aplicaciones como “Skype”.
A medida que vamos viviendo, vamos aprendiendo a
sobrevivir, e incluso nos convertimos en auto-psicólogos. Por eso, en momentos
que los pijos denominarían “down” este vecino del mundo se aplica “medicinas youtuber”. Odio los anglicismos, aunque este vecino se
defienda en inglés (y, no, con el inglés), porque en castellano se puede
expresar todo. Otro asunto es que tardes más tiempo en explicarte, pero lo mismo que esperamos
para que nos sirvan una caña bien tirada, podemos esperar dos segundos más para recibir la información
completa en el idioma de Cervantes, y no en el de Shakespeare, que siempre será
la competencia.
En momentos como el de hoy, con dos congresos políticos (a la izquierda y a la derecha), y
con un bagaje de información y de experiencias en el que uno está más allá del
gorro, este vecino se toma unas grageas (hace mucho que no utilizaba esta
palabra, que me imagino ya estará en decadencia, pero que denota, en mi caso al
usarla, un cierto grado de nostalgia) de Youtube (siento no poder traducirlo
en castellano, pero es el nombre de una aplicación, ya perdonarán los que me
estaban esperando desde el párrafo anterior).
Este vecino del mundo es un amante de la música, y
siempre se ha imaginado que un mundo en el que todos bailaran, como en los
grandes musicales del teatro y del cine, siempre será mejor; y además, este vecino del mundo, sabría bailar (una de sus mayores frustraciones), porque en los musicales todos bailan, y si no saben, aprenden en
dos o tres compases.
Aunque muchas veces utilizo/consumo actuaciones de programas como
“Got talent”, en el que a modo de "balcón de la esperanza", personas anónimas te pueden llegar a sorprender con
enorme talento, en días como el de hoy me decanto por ver “Flash mob” (acto
organizado por un grupo de personas que se reúne de repente en un lugar
público, se supone que previamente han quedado bien por móvil o internet, y realiza algo inusual, normalmente tocar un instrumento, o bailar, y al finalizar se dispersa rápidamente). Algo así como lo
que realiza un “grafitero”, pero escrito musicalmente y bailado, en lugar de en
una pared, en un espacio público.
Aunque los dos ejemplos que voy a poner hoy llevan mucho
tiempo en la red, y más de uno de mis lectores, los habrá degustado ya) creo
que se merecen un reconocimiento, porque se nota que ambos han necesitado de
mucho tiempo de preparación para que tras unos pocos minutos se los lleve el silencio del tiempo.
El primero tiene lugar en Bilbao, y lo realiza un padre
con un hijo con una enfermedad neurodegenerativa, para obtener fondos para su
fundación (https://www.youtube.com/watch?v=utyhx5pn4b8), y el segundo “un gran musical” en la estación
de tren de Amberes (https://www.youtube.com/watch?v=bQLCZOG202k).
La administración de este tipo de medicina vendría bien a
la mayoría de nosotros, sin aparentes contraindicaciones, a no ser que alguien
aprecie como “nocivo”, el dulcificar un poco sus ánimos, por temor, quizás, a
que “su enemigo” sea ciego o sordo, y le traiga al pairo todo lo dicho
anteriormente.
*VIDEOS: DE LA RED