Muchas muestras hemos tenido, y este vecino del mundo se
teme que más tendremos todavía, de que somos muy rápidos en cuestiones
de copiar todo aquello que sirve para explotar y reprimir más al españolito de a
pie, y sin embargo no somos tan raudos y veloces a la hora de traer aquellas “costumbres”
externas que nos beneficiarían.
Por aquello de piensa mal y acertarás, una noticia se ha colado de rondón estos días, que ha dado qué pensar a este vecino, y no sería de extrañar, que en poco tiempo se pusiera tristemente de moda en nuestro cortijo patrio.
Como consecuencia del viaje papal a Filipinas dentro de
breves fechas, y en el que se prevé grandes aglomeraciones de gente, que puede
rondar entre los dos y cinco millones de personas, el gobierno de ese país ha
decidido que para que la policía de tráfico, no pierda ningún momento en su
trabajo, les va a dotar de pañales. Por de pronto se dice que el referido cuerpo
ha aceptado bien esa decisión.
Y por aquello de cuando veas la barba de tu vecino pelar,
pon la tuya a remojar, este vecino ya se imagina a más de uno de nuestros
empresarios alegrándose de esa idea, y con ganas de ponerla en práctica lo
antes posible.
Ya se sabe que lo más fácil es encontrar razones para
cualquier tipo de argumentación. Un abogado, si es bien pagado, que normalmente
lo es, en cinco segundos puede demostrar
una cosa, y si hace falta la contraria. Y este vecino, naturalmente por los
años que ya acumula, se acuerda de aquella recurrente frase en tiempos del famoso cine del destape, en el
que sus estrellas, directa y seriamente declaraban, que ellas solamente se
desnudarían si el guion lo exigía, y por
supuesto el guion siempre lo hacía. La cantidad de catarros que las estrellas
de entonces tuvieron que coger, en los duros días de rodaje en el plató de
turno.
Dentro de poco, se dará el caso de que todo aquel que
trabaje como autónomo, seguro que a la hora de leer ofertas de trabajo se
encontrará con condiciones de trabajo como la que sigue:
“Se recuerda que tanto el consumo de gasolina
del coche, como los pañales, correrán a cargo del trabajador.
No es difícil imaginarse, en las oficinas del futuro
reciente que junto a la máquina del
café, pero en un discreto segundo plano, naturalmente, habrá un dispensador de
pañales con ranura para las monedas. Y más fácil y triste imaginarse todavía,
que muchos de esos trabajadores aparte de sentirse tan explotados como ahora, o
más, encima se sentirán escocidos. Más de uno y por razones obvias, anhelará
haber nacido escocés, y poder ponerse el traje típico.
Y lo triste es, que no va a ser broma. ¡De mal en peor!
*FOTO: DE LA RED.