Sinceramente, este vecino del mundo ya está, pero desde hace varios años además, hasta el gorro de ese invento que algunos venden, y nunca mejor dicho, como esencial para la humanidad, incluso al mismo nivel que la rueda, y que se conoce como BLACK FRIDAY.
Este año, sin embargo, ha conseguido romper límites, llegando hasta al mercado de la esquina, en forma de rebaja en los puerros. Este vecino es en lo único que ha colaborado en esta jornada. Le ha parecido tan fuerte que la rebaja en el precio de los puerros se disfrace de BLACK FRIDAY que, en una especie de comunión de conceptos, ha querido unir (influencias del Master Chef de marras) el verde y blanco de los puerros, con el negro, encarnado por unos chipirones en su tinta, y se ha marcado un plato que para sí lo hubiera querido ese eterno comedor llamado Don Michelín.
No, si no me parece mal que se venda todo, o de todo, mucho más barato, tampoco se trata de hacer el tonto, y no aprovechar el momento. El tema es que no queremos ver lo evidente. Que todo ésto se ha ido inventando porque hay una gran realidad: Que se han ido limando tanto los sueldos que ya no se llega a todo, y los que nos sangran, los grandes estamentos y los empresarios, quieren seguir sangrandonos, a pesar de que nos paguen cada vez menos, y durante varios días hacen una excepción en sus reglas y bajan los precios, pero como en los cines, con sus diferentes fiestas para el espectador; lo más importante es que NUNCA BAJAN LOS PRECIOS PARA SIEMPRE.
En realidad, el BLACK FRIDAY, y sus variantes como el CYBER MONDAY o similares, son formas de redimir a un mercado que es cada vez más caro y difícil de llegar con sueldos cada vez más famélicos. Esos días, sin embargo, se abren esas fronteras con el fin de "chupar" lo poco que le queda al más humilde de los mortales.
En realidad, "la cosa", esa famosa cosa, tiene que estar muy mal, cuando se disfrace como se disfrace, ya los precios navideños, siempre tan caros, ya no son intocables, y a la bajada de pantalones por parte empresarial se la disfrace de Viernes Negro. Ya lo dice nuestro refranero, "En el pecado lleva su penitencia".
*FOTO: DE LA RED
Este año, sin embargo, ha conseguido romper límites, llegando hasta al mercado de la esquina, en forma de rebaja en los puerros. Este vecino es en lo único que ha colaborado en esta jornada. Le ha parecido tan fuerte que la rebaja en el precio de los puerros se disfrace de BLACK FRIDAY que, en una especie de comunión de conceptos, ha querido unir (influencias del Master Chef de marras) el verde y blanco de los puerros, con el negro, encarnado por unos chipirones en su tinta, y se ha marcado un plato que para sí lo hubiera querido ese eterno comedor llamado Don Michelín.
No, si no me parece mal que se venda todo, o de todo, mucho más barato, tampoco se trata de hacer el tonto, y no aprovechar el momento. El tema es que no queremos ver lo evidente. Que todo ésto se ha ido inventando porque hay una gran realidad: Que se han ido limando tanto los sueldos que ya no se llega a todo, y los que nos sangran, los grandes estamentos y los empresarios, quieren seguir sangrandonos, a pesar de que nos paguen cada vez menos, y durante varios días hacen una excepción en sus reglas y bajan los precios, pero como en los cines, con sus diferentes fiestas para el espectador; lo más importante es que NUNCA BAJAN LOS PRECIOS PARA SIEMPRE.
En realidad, el BLACK FRIDAY, y sus variantes como el CYBER MONDAY o similares, son formas de redimir a un mercado que es cada vez más caro y difícil de llegar con sueldos cada vez más famélicos. Esos días, sin embargo, se abren esas fronteras con el fin de "chupar" lo poco que le queda al más humilde de los mortales.
En realidad, "la cosa", esa famosa cosa, tiene que estar muy mal, cuando se disfrace como se disfrace, ya los precios navideños, siempre tan caros, ya no son intocables, y a la bajada de pantalones por parte empresarial se la disfrace de Viernes Negro. Ya lo dice nuestro refranero, "En el pecado lleva su penitencia".
*FOTO: DE LA RED