Oigo en la radio, concretamente en “La
ventana” de la Cadena Ser, que debe de haber una especie de polémica sobre si
los hombres deben de orinar de pie o sentados, o en cuclillas apostillarán los
más enterados.
Vaya por delante que cualquier tema por muy
escabroso que sea vale en esta sociedad de los cinco minutos de gloria, y que todo
sirve para mostrar las discrepancias y evidenciar que más inteligente,
clarividente y divertido que el presente servidor no hay otro.
Así de primeras, digamos que el cliché de un
hombre es más bien el de un ser siempre ocupado, quizás de ahí puede venir la
idea de que lo suyo, su asunto urinario se puede ventilar en cinco segundos, en
una especie de “como la mía no hay otra”.
Aunque dicen, que hacerlo sentado siempre es más sano, y debe de ser por
aquello de dejarle a uno a su libre albedrio, y que ocurran las cosas,
incluidas las líquidas, cuando tienen que ocurrir.
Estaba pensando en la última frase “…que
ocurran las cosas cuando tienen que ocurrir…” cuando mi mente me ha trasladado
a finales de los setenta, con este vecino del mundo viviendo en un Londres,
desde sus ojos de entonces, para estudiantes y currantes de medio pelo, en su
modalidad de aquí te pillo aquí te mato, trabajando en restaurantes limpiando
platos, por supuesto sin ningún tipo de contrato.
Y la foto que me ha venido a la mente era en
realidad un poster de Athena, que entonces, finales de los setenta, batió
records de venta y que hoy, por supuesto, como tantas y tantas cosas, sería
políticamente incorrecto. Esa tenista retratada de espaldas, que en un descuido
deja más que en evidencia sus lindas formas. Y ese más que guiño que en
realidad son esas pelotas que ya descansan en el suelo, donde descansan todos los sueños rotos.
He recordado también, que en esos días corrió
una especie de rumor, afirmando que esa rubia en realidad era otra rubia, en
inglés “Blondie”, una Debbie Harry entonces en su máximo apogeo…
Hoy he podido confirmar, internet es lo bueno o malo que tiene, que aquel famoso poster de 1976, “Tennis Girl”, en realidad estuvo protagonizado
por una tal Fiona Walker, de 18 años, y que era la novia entonces del fotógrafo
que tuvo la idea y le saco la foto. Ella no cobró nada, y él vendió la instantánea
a la tienda de pósters y almanaques Athena, ya mencionada, convirtiéndose en
una de las fotos más vendidas.
Nunca había vuelto a recordar ese poster,
pero hoy como formando parte de mi memoria ambientando aquella época, me ha
venido a las primeras de cambio.
¿Queda demostrado entonces, que siempre es más
sano orinar sentado por aquello de que tienes más tiempo para darle al caletre,
e incluso a que te ayuden las mismas musas…? O al menos a comprender, que siempre recuerdas
la vida por detrás, como a la “tennis girl” de la que nunca debimos conocer
nada más, para no desvelar ese misterio que siempre ayuda en las leyendas. Y que
me ha resultado, a la postre, como saber el verdadero nombre de los Reyes Magos…
*FOTO: DE LA RED