Día de mucho desasosiego. Ver
el comportamiento de Trump tras el día electoral en la corrala americana, y su transformación
a niño chico cuando las cosas no le salen como el quería, me desasosiega.
Compruebo en mi correo, que a un
tal Creditnosequé yo le podría importar, y por eso me ofrece 60.000 euros. Pero
recuerdo el primer día que oí esa frase, “Por el interés te quiero Andrés”, y
desecho la idea de que me puedan querer por el interés de su propuesta, e
incluso que me puedan confundir con un tal Andrés.
Hoy he dormido mal, o mejor, casi no he dormido, y quizás
por eso corro el riesgo de mezclar temas. De abrir el frigorífico y buscar, por
ejemplo, el periódico del día, ese que en teoría tiene las noticias frescas,
pero que no recuerdo que no lo he comprado.
De ir al salón y buscar
compañía, y comprobar que estoy mas solo que la otra, pero ya se me pasará,
como pasa la vida, tan despacito, tan en silencio.
Quizás si algún día llego a aquel
sitio que creó el muy pronto olvidado Álvaro de Laiglesia, en "Los que se fueron
a La Porra", me encuentre incluso con Donald Trump. Y es que el dinero, aunque
ayuda, y mucho, no lo es todo. Y le cantaré las famosas verdades del barquero,
aunque mucho me temo que tenga que ser en “playback”, porque ya no tengo
aquella voz que estuvo a un minuto de ser la de Camilo Blanes.
Me tengo que acordar de dejarme
las venas largas, siempre es más fácil por si luego te las quieres cortar.
Prometo no volver a pasar una noche electoral en vivo y en directo con Ferreras en la caja más peligrosa que tonta. Debería de haber recordado que si no puedes arreglar tu vida, lo de todo un país, y además guiri, se me antoja… una misión imposible.
*FOTO: DE LA RED.