Hoy, nada más despertarme, mi cuerpo me pedía mirar por la ventana, para comprobar el tiempo; e interiormente he recopilado los datos necesarios: Sábado, y lloviendo. Aunque mis entrañas me pedían, algo más fuerte, como un “sábado y jodiendo”. Pero no hay nada que un buen café con leche, y un par de tostadas con mantequilla, no pueda maquillar.
Y es que quizás después de
tanto tiempo, uno, este vecino del mundo, se conforme con poco. Quizás, sería suficiente
para NO REBASAR el vaso de la tolerancia que
uno tiene, el olvidar esas imágenes de esta semana del Señor Rajoy ¿hablando en
inglés? durante una de las reuniones de los altos cargos europeos,
mientras tapaba el micrófono, se supone que para no dar esas exclusivas a las que nos ha tenido acostumbrados, muy encontra de su intención, y que siempre han sido tan aclaratorias respecto a su nivel de todo.
Todavía el Señor Rajoy, Don Mariano, no ha llegado al nivel de las mega-estrellas futbolísticas en dominar a los lectores de labios, tapándose la boca con la mano. Quizás lo que ocurre es que como tenía una mano ya ocupada con el micrófono, la otra la tenía que guardar para dar, si fuera necesario, todo tipo de muletazos, mientras colocaba el toro de la culpa de lo que sea, al primero que pasara por allí, en una faena de aliño.
Porque el Señor Rajoy nunca ha sido de salir ante el toro del día a día, dispuesto a hacer una gran faena, recibiéndolo a portagayola, asombrando hasta a la oposición. Él, con matar a sus toros de aburrimiento, siempre le ha valido, aunque su faena haya durado meses.
Si un gobierno, como mínimo, siempre sirve como tarjeta de presentación ante los demás países, nunca querré saber, por aquello de la vergüenza ajena, lo que los demás países tienen que pensar al saludar al Señor Rajoy, en cualquiera de las reuniones, por ejemplo, de la llamada Unión Europea.
Eso sí, sinceramente, este vecino del mundo la va a gozar a partir de ahora, con la cara que van a poner los británicos cada vez que se toque el tema de Gibraltar, y el derecho de veto que tenemos ahora los españoles en ese tema.
Quizás, poco a poco, se vayan dando cuenta los británicos, de que no estuvieron muy finos a la hora de votar el BREXIT, y el panorama que se adivinaba desde lo alto de su orgullo, no correspondía con la realidad. Y que hubiera sido mejor, decir, aunque sea en inglés, eso de "Virgencita que me quede como estoy", aunque fuera en versión "Mi reina y mis lores, que me quede como estoy".
Visto lo visto, y escrito lo escrito, la lluvia siempre enciende mis más bajos instintos, aunque hoy no hayan sido esos de muy largas piernas y baja, muy baja, moral.
*FOTO: DE LA RED
Todavía el Señor Rajoy, Don Mariano, no ha llegado al nivel de las mega-estrellas futbolísticas en dominar a los lectores de labios, tapándose la boca con la mano. Quizás lo que ocurre es que como tenía una mano ya ocupada con el micrófono, la otra la tenía que guardar para dar, si fuera necesario, todo tipo de muletazos, mientras colocaba el toro de la culpa de lo que sea, al primero que pasara por allí, en una faena de aliño.
Porque el Señor Rajoy nunca ha sido de salir ante el toro del día a día, dispuesto a hacer una gran faena, recibiéndolo a portagayola, asombrando hasta a la oposición. Él, con matar a sus toros de aburrimiento, siempre le ha valido, aunque su faena haya durado meses.
Si un gobierno, como mínimo, siempre sirve como tarjeta de presentación ante los demás países, nunca querré saber, por aquello de la vergüenza ajena, lo que los demás países tienen que pensar al saludar al Señor Rajoy, en cualquiera de las reuniones, por ejemplo, de la llamada Unión Europea.
Eso sí, sinceramente, este vecino del mundo la va a gozar a partir de ahora, con la cara que van a poner los británicos cada vez que se toque el tema de Gibraltar, y el derecho de veto que tenemos ahora los españoles en ese tema.
Quizás, poco a poco, se vayan dando cuenta los británicos, de que no estuvieron muy finos a la hora de votar el BREXIT, y el panorama que se adivinaba desde lo alto de su orgullo, no correspondía con la realidad. Y que hubiera sido mejor, decir, aunque sea en inglés, eso de "Virgencita que me quede como estoy", aunque fuera en versión "Mi reina y mis lores, que me quede como estoy".
Visto lo visto, y escrito lo escrito, la lluvia siempre enciende mis más bajos instintos, aunque hoy no hayan sido esos de muy largas piernas y baja, muy baja, moral.
*FOTO: DE LA RED