Está visto que en esta pandemia
ocurre como con la magia: si parpadeas, te lo pierdes.
Este vecino del mundo por la
tarde se ha reunido consigo mismo para celebrar, a modo de acto religioso, la
santa siesta, y al despertarse se ha
enterado de que la vacuna AstraZeneca ahora es, mañana no se sabe, para el grupo de edad de sesenta
a los sesenta y nueve años.
El futuro de este vecino, con
sesenta y cuatro otoños, sigue sin alteración en lo que a su segunda dosis se
refiere, el problema va a ser para los menores de sesenta que todavía no se
sabe cual va a ser su solución, esperemos que no sea el negar que existen... Y es que en España no puedes apostar una mano por nada.
Lo que está dejando claro
estos tiempos es que tomar decisiones, así a cara descubierta y sin chanchullos
de maquillaje para aliviar los resultados, no es el fuerte de nuestros políticos
elegidos en las urnas precisamente para ello.
Solo saben hacer monólogos con chistes corrosivos para el contrario, con un guion previamente preparado, basándose principalmente en el “Tú más”, pero eso de “dejadme solo que ya decido yo, y que si me equivoco recordad que ha sido el menda el que os ha metido en esto” no viene en nuestro ADN.
Normalmente en la España de
nuestras entretelas no hay nadie que dé un paso adelante. Lo que ocurre
generalmente es que la gran mayoría se desdice de comentarios anteriores, el
equivalente a dar un paso atrás, y el que está un poco despistadillo o a destiempo, se queda con todo el marrón.
Ya ni Alemania es lo que era,
y dice que ellos, o lo que los jóvenes referirían como “ir a su bola”, dicen
que van a comprar por su cuenta, es decir, al margen de la Unión Europea, la
vacuna Sputnik V.
Lo dicho al comienzo, si
parpadeas te lo pierdes. Y lo que es más triste: con estos pelos…
*FOTO: DE LA RED.
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