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viernes, 29 de agosto de 2014

CREER EN EL PARAÍSO

A medida que uno se va haciendo más viejo, que este vecino del mundo va cumpliendo años, se va haciendo también más sensible o, al menos, va quitando barreras que le impidan expresarse como él realmente siente.
Eso de que “los hombres no lloran” siempre me ha parecido, personalmente, una majadería, pero era mejor lamerse las heridas en casa.
Los seguidores de este vecino ya saben que el cine, la música, y el arte en general, le encantan. Pero quizás no sepan que en los momentos en que el vecino alcanza destellos de felicidad puede llorar como una María Magdalena cualquiera.
Al comienzo cuando ésto ocurría, concretamente viendo la película “Cinema Paradiso” (en la escena en que el protagonista descubre unas bobinas de celuloide con escenas de su primer amor y, especialmente, de los besos que había robado la censura a los usuarios de aquel cine de pueblo), intentaba no llorar, con lo cual le dolía el cuello inmensamente del esfuerzo que hacía. 
Desde hace unos años, sin embargo, y la experiencia es un grado, en momentos así, este vecino se deja llevar, y que los ojos expresen lo que sienten todo el tiempo que ellos quieran, o que el corazoncito, mi corazoncito, se lo dicte.
¿Películas o canciones que le hacen llorar a este vecino?
La verdad es que no muchas, pero los dos ejemplos que voy a comentar tanto de películas como de canciones, en la mayoría de los casos cada vez que las veo o las oigo, no me puedo, ni quiero, por supuesto, reprimirme, y…¡Que sea lo que Dios quiera!
En películas, la ya comentada “Cinema Paradiso”, y la muy traicionera. porque desconocía la temática hasta que la vi: “Siempre a tu lado, Hachiko”.
Con esta última, no es que llorara, sino que creo que todavía no han terminado con las obras de reparación del cine en cuestión, y de eso ya unos tres años.
Respecto a canciones que me tocan la fibra sensible, hay dos clarísimas.
Por un lado, tenemos una, prohibida, al menos en su momento, en los hospitales británicos, porque decían que por su temática podía desmoralizar a los pacientes. Se trata, de ese gran existo, cantada por muchos entre ellos Ojosazules Sinatra, “My way” (A mi manera). Una bellísima canción, en la que el protagonista está haciendo una recapitulación final de las cosas que hizo bien o mal en su vida, que se pudo equivocar o acertar, pero de lo que está seguro es que, siempre, siempre, lo hizo “a su manera”.
Por el otro lado, está esa exquisita canción, del musical “Los miserables”, “The dream I dreamed”, en castellano “Tuve un sueño”, y que todo el mundo recordará como motivo de descubrimiento (existo viral en internet, con una desconocida, hasta entonces, Susan Boyle). En sí, este suceso, una desconocida juzgada solo por su aspecto físico, y que al cantar, deslumbra, es en sí, bellísimo.
Esa canción, "The dream I dreamed", es algo así como la descripción del Edén en un pentagrama. El compositor al terminar tranquilamente pudo decir: -Bueno, yo ya me puedo ir, ya he cumplido con la humanidad.
Solo por momentos como los descritos, amén de los vividos, por supuesto, con las personas queridas, es una delicia estar en este mundo, y pertenecer a la especie humana, capaz de sentir y reflexionar, aunque, muchas veces, hagamos otras cosas que nos debieran avergonzar…

Por eso, si a este vecino alguna vez le preguntaran si cree en el Paraíso, no tiene ninguna duda en contestar: -Sí, creo, pero no es un lugar, es un sentimiento.

*VIDEO: DE LA RED