San Sebastián, 3 de Febrero, 2015
Att.: Señora Ana Botella
Muy Señora mía,
Hace unos pocos días me he
hecho eco de una noticia que casi pasa de puntillas, pero de la que me
congratulo haberme enterado, porque ella, la noticia, da una imagen detallada
de lo que usted realmente es, y de su sentir por los problemas de la Villa y
Corte.
Parece que desde hace un
tiempo se están cambiando las marquesinas de esa, su ciudad, con un supuesto desembolso económico que en otras partidas se vigila y mucho. En realidad, el
cambio estriba en que los asientos, en ellas habilitados, tengan reposabrazos.
No, no se está velando por el bienestar y el descanso de los usuarios de los
autobuses, sino por la imagen del partido en el gobierno, tanto del
país como de su autonomía.
Es sumamente inteligente su
postura como primer edil de esa su ciudad, porque hasta nuevos comicios, la
ciudad es suya y de su partido. Y con ella, con la Villa y Corte, hacen lo que a
usted se le pone en su peineta, que con ese donaire que le caracteriza, tan bien
lleva en importantes ocasiones.
Como no se puede cambiar la
realidad, esa pobreza que ha forzado a
mucha gente a dormir al raso, por lo menos que no se vean, y menos que destaquen.
Porque, siempre es más fácil falsear la
realidad, que mejorarla. Y ya que los pobres existen, por lo menos que no
duerman al resguardo de esas marquesinas. Por eso se están poniendo esos
reposabrazos que en realidad son artilugios anti-pobres.
Le escribía la presente, no
solo para felicitarla por su gran idea para “disimular la pobreza” que junto
con “the relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” ayudan a dar una exacta
idea de su perfil profesional, y de su sentir diario por los que tienen la
suerte de cohabitar con usted.
Estoy seguro de que, como además
debe de seguir muy ocupada en hablar catalán con su marido en la intimidad de
su hogar, y en estos momentos que además
no serían muy bien vistos, si saliera a la luz pública, por parte de su partido, en tiempos en los que precisamente se está poniendo en cuestión la unidad de
España, por eso este vecino del mundo se atreve a molestarla para traer a
colación una idea, que muy bien le pudiera parecer de utilidad.
Quizás, y como los pobres no
pueden desaparecer con este sistema social que ustedes están promoviendo, y visto lo
visto cada vez habrá más, se les pudiera ataviar con ropa a modo de los pobres
pintados por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez en sus famosos lienzos, y de esa manera,
calentitos con pesadas ropas de época, y bien alimentados con el dinero ganado
como “figurantes”, pudieran ambientar los rincones típicos del Madrid de los
Austrias, dando además una imagen más realista de la época. Con ello se
conseguiría una idea exacta del Madrid que una vez fue, y una especie de gran
plató del denominado Siglo de Oro español, y que ustedes al parecer tanto
añoran, y que a fe de pensar en él lo están consiguiendo. Un país en el que los
pobres son muy pobres, y los ricos hacen como usted, lo que se les pone en la peineta.
Ya sabemos que ahora los
bandoleros se visten de traje, e incluso abren cuentas en Suiza, pero siempre
daría gusto ver a unos cuantos bandoleros ataviados a lo Luis Candelas, y que
por un plato caliente seguro que se romperían hasta el alma. Lo que además, en
realidad, está ocurriendo en cualquier parte de esta España, que los políticos
de su raza nos han puesto, más encaminados al pasado, que a un futuro en el que
si se cuidan las marquesinas para el pudiente, de las marquesas y del resto de
la nobleza ni hablamos.
Atentamente,
Un vecino del mundo
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED