Hay ciertas noticias que en cuanto te enteras, y sin saber
a ciencia cierta todavía el por qué de tu reacción, hacen emerger de tus labios
un amago de sonrisa que luego siempre, ya plenamente consciente, puede ir a más. Y eso le ha ocurrido a este vecino del mundo.
Se acaba de confirmar, aunque ya existía el rumor, que no
se van a fabricar más billetes de quinientos euros. El Banco Central Europeo
(BCE) ha acordado este miércoles dejar de imprimir el billete de 500 euros.
Ahora viene el motivo de la ligera sonrisa del vecino, porque, eso sí, “los
billetes con ese valor dejarán de imprimirse en 2018, pero los existentes
mantendrán su valor de forma indefinida”. Una especie de
brindis al sol por parte del BCE, intentando contentar a todos, y especialmente a los suyos; porque nunca lo olvidemos, siempre hay dos bandos, y nosotros estamos en el "otro".
Esa medida siempre será más fácil que intentar hacerlos
desaparecer, por aquello de Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita, y
que los millonarios ya se sabe que son muy suyos, y que una vez que han
trincado los billetes no les puedes separar de ellos ni con
agua caliente.
Además, así formarán una especie de asociación de los
eternos portadores de billetes de quinientos euros, y los que no estén en ese
grupo, serán, como siempre ha ocurrido, los
denominados con cierto desdén como “nuevos ricos”, por ese grupo del que
siempre se ha sospechado, por decirlo de una manera que intente quitarle trascendencia al asunto,
que rige más el destino del mundo, en la sombra, naturalmente, que los propios políticos.
Mediante esta acción (el acuerdo para no fabricar más
billetes de quinientos) recién tomada, ejercen cierto blindaje, dejando en el
aire ese aroma a “el que venga por detrás que arree”.
Para los que estamos intentando cada día sobrevivir en
este tiempo económico tan convulso, nos quedará la excusa de que “ya no podemos
conseguir un Bin Laden (llamados así irónicamente, por si alguien todavía no lo sabe, por aquello de que se sabía
de su existencia, pero nadie los había visto) porque los que ya están en el
mercado tienen dueño”.
El Banco Central Europeo al tomar esa medida le hace recordar a
este vecino esa famosa frase de “entre bomberos no nos vamos a pisar la
manguera”, ni ponernos más trabas en un futuro de previsibles puertas
giratorias...
Ya para terminar, este vecino está convencido de
que los billetes cada vez serán de menos valor… Una manera inteligente, por
parte de los que nos rigen en todo, de que aunque no ganemos más,
muy al contrario, sí veamos más billetes.
Por cierto, este vecino del mundo ya no sonríe, se
carcajea abiertamente. Siempre es preferible hacerlo uno mismo, a que se rían de nosotros, que también.
*FOTO: DE LA RED