Malo
porque además de letra pequeña, los párrafos son prolijos y el
léxico normalmente no asequible para el común de los mortales y con
la presentación cumpliendo todos los requisitos para ser repelida
por el ojo humano. Si se empleara el mismo sistema en la
publicidad, seguro que las ventas bajarían tan rápido como el agua
en las Cataratas del Niagara.
En
la vida también existe letra pequeña, pero la vas conociendo poco a
poco, a modo de consecuencias. Es la curva que tarde o temprano da el
destino y te vas encontrando con todo aquello que sembraste y que vas
a tener que ir recogiendo.
Este
vecino es de una época, mediados/finales de los cincuenta, en la que
muchos de sus compañeros, por ejemplo, se fueron quedando por el
camino de las drogas. Se comienza con unos devaneos, camino parecido
al del tabaco, con unas amistades
que te lo van proponiendo, y te vas quedando enganchado en sus
redes.
De
todas maneras, no hace falta remontarse tan lejos para encontrarnos
con letra
pequeña
del destino. Todos aquellos que, muchos copiando los pasos del de al
lado, se fueron haciendo esclavos de una hipoteca que si
todo seguía igual, e íbamos trabajando los dos,
pagaríamos antes de morirnos. Y desgraciadamente para tí, no te has
muerto, pero a uno de los dos, o quizás a los dos, os han despedido
de ese trabajo, que pensabas que era
para toda la vida,
y no lo ha sido.
En
esta vida hay una lotería
negativa,
de esa que no quieres que te toque, y al final, desgraciadamente, “te
cae” el primer premio en todas sus series, y es entonces cuando
comprendes lo que vale un peine (para más inri ya estás calvo), y
lo bien que habías estado hasta entonces, y la poca importancia que
le dabas.
La
letra pequeña equivale a la cara B de aquellos discos con solo dos
canciones, y en la que en la cara A venia un éxito que todos querían
escuchar, y que como todo tiene dos caras, el otro lado había que
rellenar con algo, y en la mayoría de los casos a ese lado, al B,
solo se le ha dado una oportunidad, y...nunca más.
Me
temo, ya para terminar, que tendré que pasar por el proceso, muy a
mi pesar, de tener que leer el documento referido al comienzo, y
comprobar una vez más, que mis conocimientos no llegan para tanto, y
que creía que dominaba el léxico, pero que también en el lenguaje
debe de haber una cara B a la que no he debido de prestar atención
hasta ahora.
Y luego diremos, para nuestro escarnio, aquello de que el tamaño no importa...
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED