Como si de una película se tratara diré que lo que voy a
relatar ahora me acaba de pasar y por supuesto … ESTÁ BASADO EN HECHOS REALES.
Mañana de Navidad, 25 de Diciembre, atrás ha quedado una
Nochebuena llena de comida y muchos recuerdos que hemos intentado sobrellevar
de la mejor manera posible. Por delante, antes de la embestida de otra comida
copiosa, unas dos horas de relax que intento endulzarlo con buena y tranquila
música.
He puesto en el teléfono móvil, que tiene muy buen
sonido, la grabación del CD “CINEMA”, de Andrea Bocelli, que como su propio
nombre indica está dedicado a una docena de canciones que formaron, de alguna
manera, parte de una película famosa, aunque en algún caso, solo se hizo famosa
la canción.
Había oído un par de canciones, literal, y ya estaba
viendo las puertas del gozo hecho Nirvana, faltaban pocos metros, y de pronto
suena “Moon River”, de “Desayuno con diamantes” (“Breakfast at Tiffany´s”)
cuando mi vuelo estratosférico acaba en desastre. ¿Motivo? En la retina de mi
pensamiento, porque al menos el mío funciona como un ojo cuando recibe datos de
ellos, aparece La María Teresa Campos de hace apenas 48 horas, en “Sálvame
Deluxe”, disfrazada de Audrey Hepburn en la célebre escena de la película
dirigida por Billy Wilder, y todo el momento glorioso se ha partido en mil
cristales con forma de cuchillos.
Sólo la vi un momento este viernes pasado, en
realidad era La Nuri mi sufrida quien estaba viendo el espectáculo de tres
españolas (Maria Teresa y sus dos hijas), frikis, muy frikis, descubriendo Nueva York, en esa especie de
reality insertado en “Sálvame Deluxe”, que les nutre, y se nutre de ellas. Y, en
ese momento, me abstuve de dar mi opinión, pero se ve que fue tan negativa que
mi subconsciente quedó en letargo y ha respondido esta mañana por la
retaguardia, remedando a otra escena de película clásica, como la madre de
Norman Bates, en Psicosis, asesinándome en esta ocasión, no dentro de una
bañera, sino tras unas notas del clásico de Henry Mancini, con letra de Johnny
Mercer, y que, al parecer, a partir de hoy, ha quedado vedado por mi sentido
moral de la vida.
Quizás, el problema que tiene este vecino del mundo, es
que nunca ha podido tener un gran tren de vida, y nunca podrá, ni quiere,
comprender a unas personas que pueden hacer cualquier cosa para seguir en él.
Es muy probable, que Las Campos, no sufran de eso, que quizás solo
sufran los pobres, y que se llama “vergüenza ajena”, pero lo diré de la manera
más fina que puedo… Cada vez entiendo mejor la manera que tuvo de vivir sus últimos
años la ¿excentrica? Greta Garbo alejada de todos y …¿de todo? Porque te vas
dando cuenta, en eso la vejez también es un grado, que nos vamos acordando de
los demás por sus últimos momentos, aunque hayan sido grandes, o similares, en
lo suyo.
El problema, uno de ellos, viene cuando los que te tienen que aconsejar que “te cortes la coleta”…viven sino de ti, sí de tu sombra.
De todas maneras viendo lo mal que me ha sentado, y parodiando ahora, el título de una película
española, la sombra de un recuerdo, voy a tener que poner, en algún lugar del “chasis
de la tele” el dibujo de una calavera con dos tibias cruzadas, para recordar el
contenido de mucho, desgraciadamente, de lo que aparece por eso que se llamaba
antes “caja tonta” y que ahora tiene más bien forma de ventana, aunque mucho del nuevo paisaje
tiene el mismo cariz…
La imagen de la otra Audrey Hepburn por siempre me perseguirá, y de eso alguien debiera de hacerse responsable... pero, ya se sabe, en este país ... el último que cierre la puerta.
*FOTO: DE LA RED