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martes, 29 de julio de 2014

YA LO DICE LA CANCIÓN

Desde que “Podemos” empezó a conjugar su verbo, muchos de los políticos españoles están empeñados en demostrar que eso de la “casta” es una acusación sin ninguna base legal. El problema es que el día a día da cada vez más razón a un mundo de “castas”. Esta vez da en el mismo centro de un navío que hasta ahora era intocable, llamado “Nacionalistas”, y el “boom” de la explosión se ha oído en el País Vasco,  donde más de uno habrá puesto su barba a remojar.
Es el caso de Jordi Pujol, que los hechos se empecinan en demostrar que  “El Honorable”, no lo era tanto, a no ser que creamos que haya sido tan olvidadizo u ocupado, como para no poner sus finanzas al día durante más de treinta años. Y si bien,en el momento en que el Señor Pujol confesó que tenía dinero en el extranjero, se nos vendió como un hecho de arrojo del más que Honorable hasta el momento, lo que se ha ido sabiendo fue que lo hizo cinco segundos antes de que se fuera a saber.
Y este vecino se pregunta hasta cuándo esta sociedad está dispuesta a tragar,  que se tenga que comportar según las normas que le dictan los que una y otra vez, el futuro les va dejando con las posaderas al descubierto.
Sin embargo, y en otro orden de cosas, han pasado muchos años desde que el poeta nos lo dijera, pero sigue habiendo dos Españas, él no hablaba de castas, y parece que la cosa continúa, pero ahora no es por cuestión de ideas, sino por dinero.
Los ejecutivos pueden ganar en España, según un estudio que se ha sabido en estos días, alrededor de 718.000 euros al año y el currito de toda la vida unos 34.000 euros, ¡ojo!, y eso el obrero privilegiado, que como mucho la crisis le ha rozado bajándole un tanto por cierto de su sueldo. Porque luego hay otro tanto por ciento de españolitos que ni trabajando llegan a final de mes, y que lo que haya hecho “El Honorable” ni le altera, porque como mucho lo catalogará bajo el epígrafe “otro chorizo más".
Y es que el mundo de la política siempre se rompe desde el punto de vista del dinero, cuando las utopías quedan aparcadas en el mundo de los sueños y se traducen en el mundo real por posicionarse de la mejor manera para “llevárselo crudo” y ganar para ti y toda tu familia.
Si te pillan se dirá eso de que “la culpa solo la tengo yo, y no mi familia”, lo que no se dice es que “si me llega a salir bien nos enriquecemos toda la familia y las generaciones venideras”. Este vecino no sabe si es cuestión de castas, como define el “Universo según Podemos”, pero sí es cuestión de echarle mucho morro y egoísmo, que en realidad son cosas abstractas frente a la realidad que es “tener una cuenta, con muchos, muchos, ceros en un paraíso fiscal".
Como final de este esperpento solo falta la imagen imposible de un Jordi Pujol, maquillado hasta la extenuación, que guiñando un ojo repleto de rímel, saca morritos teñidos con “carmín gloss” mientras remarca en un mohín: “La culpa fue…del chachachá”.

*FOTO: DE LA RED