¿No habéis sentido nunca la
necesidad imperiosa de ducharos porque os sentís angustiósamente sucios?
Este vecino del mundo se
siente sucio, muy sucio, y rodeado de suciedad.
Cada loco con su tema, y el
que no lo tiene lo toma prestado. El que no ha estado en la Diada porque lo
siente así, está preocupado por los que han estado y se han multiplicado o han desaparecido, según quién sea el observador. Al que no le llega, la
mayoría, para el final del mes, hable catalán, euskera, gallego, o castellano,
se acuerda del gobierno y de sus
ancestros, también en sus respectivos idiomas. Y nadie dice nada…
Conectas la televisión,
porque encenderla la encendería una sola vez para hacer con ella una bonita “falla”, y el que no habla concienzudamente hasta que pierde los papeles para anunciar
su último libro ya a la venta, o el garito en el que actúa este fin de semana,
despotrica sobre una novia, amante o similar. Y nadie grita nada…
Buscas alguna película, en
el mismo aparato televisivo, antes de “encenderlo” definitivamente, y todo son
películas vistas y odiadas hasta la saciedad, e incluso hasta la suciedad, será
por eso lo de la necesidad de la ducha.
En Nueva York y
representando a la nueva España se han paseado y contoneado, el escribidor
galardonado con todo lo galardonable, y todavía marido de alguien, y la exmujer,
exmujer, viuda, y ahora novia oficial del notario de la vida, mientras la prensa
oficial y oficialista les hace unas bonitas fotos, siempre con una marca al
fondo, aunque él se haya cansado de recordarnos en días anteriores, que no está
acostumbrado a “eso”, que su vida privada es “eso”, privada. Y este vecino del
mundo llega a la conclusión de que cuando el escritor decía “privada” se debía
de referir a “privada de libertad para no anunciar marcas”. Y nadie se sonroja
de nada... Quizás, porque las arrugas son un parapeto en el que se escudan los que tienen dinero, y quieren más.
Ya nadie se flajela por
nada, todo es normal, porque si no lo has visto, te lo han contado, o es el
argumento de una de esas películas que has sufrido muchas veces.
Y mañana (domingo, 13 de Septiembre), esa es otra, una
nueva edición, y será la decimosexta, de aquel Gran Hermano que era un experimento sociológico, y ha quedado tan solo en negocio, muy lucrativo, eso sí. Y conoceremos a nuevos poligoner@s y friquis de cualquier
pelaje, con familias, más que desestructuradas, solo provenientes de la
imaginación de un Julio Verne versión sociópata.
Como mañana, en la casa,
aparezca algún/a doctor honoris causa, o bajando un poco el baremo, algún/a
poseedor/a de algún título universitario, que además quiera trabajar en ella, o bajando un
poco más el nivel, alguien que sepa qué es un libro, será necesario que esconda
toda la cuchillería para que no me subraye las venas.
Nos fijamos en las luces y
en las sombras, pero siempre todo distorsionado bajo las órdenes del mejor
postor, y pastor. Y nadie parpadea…
Lo dicho, necesito una ducha
rápidamente y que dure toda una eternidad. Debe ser verdad eso de que la vida
mancha, y yo, me siento sucio, muy sucio.
*FOTO: DE LA RED