Me ofrecen por internet, como elixir de vida y llave de la
felicidad, ordenadores portátiles a muy buen precio. Pero donde se pone
interesante el tema es en el tratamiento que le dan al, digamos, "acercamiento".
Dicen mi nombre, sin apellido, y me dicen que me echan de menos. Que desde hace
un tiempo notan mi ausencia.
¡Vamos! Que me suena más a
desidia o cuernos por mi parte que la transacción pueda ser difícil por los
precios que proponen. Al final, y al principio, la culpa siempre es nuestra, y
nuestro sexo desde hace ya mucho tiempo, parece residir tristemente en nuestro
bolsillo.
Entre otras cosas también este viernes pasado tocaba la vuelta
de “Tu cara me suena”, y siguiendo con las referencias sexuales, "la cosa", al
menos por mi parte, resultó más mecánica que satisfactoria sentimentalmente.
Desde hace mucho tiempo,
ellos, el programa, sabe cómo comportarse para resultar "perfecto en su planteamiento", con un
poco de todo, cantantes profesionales que lo hacen muy bien, buscadores de
vuelta a la notoriedad, y humoristas que
ya desde el principio les hacen poner la yugular como presuntas víctimas de
"las puntuaciones más indeseables". Ya han salido a relucir, a las primeras de cambio, esa retahíla
de besos e intentos de poner de moda más latiguillos forzados.
Por último, pero no por ello
menos importante, y hubiera jurado no hablar del tema en mi post, estoy hasta
el gorro de los que usan de “punching ball” a los Duques de Sussex, Enrique y
Meghan, en cualquier tertulia que se precie, y especialmente como minutos de la
basura, porque en realidad, y voy a ser lo más cortés posible. nos trae al
pairo, o nos la bufa, los problemas que dicho sea de paso estamos seguros que
es una pareja que lo tiene todo, y que estén un poco incómodos tampoco nos
parece tan mal, por aquello de que en el pecado llevan la penitencia.
Me caía muy bien su madre,
Lady Di, y el destino cometió una injusticia, como casi siempre, con ella; y
los hijos, especialmente Enrique, por la edad que tenía, es más que probable
que quedaran con secuelas, digamos que morales o sentimentales.
No se puede comenzar una
historia de amor, que se lo digan al Príncipe Carlos, cuando ya estás enamorado
de otra, y empleas a una jovencita de buena familia, como conejillo de indias…
Ahora
dicen que Meghan Markle ha respondido con una espantada porque no estaba
educada para ello. Lady Di tampoco lo estuvo. Pero hay un detalle que se
intenta obviar, ella era británica, y la otra, la de ahora, no seamos fariseos,
es “afroamericana”, y no necesita en su ADN
un té a las cinco de la tarde, ni aislarse de todo lo demás en su "mundo-isla".
*FOTO: DE LA RED