Será algo psicológico pero entrar, y bien entrado porque
ya es día 2, en Octubre, me pone nostálgico y con muchos recuerdos y en blanco
y negro. Los recuerdos no tienen por qué ser tristes, porque todo lo vivido tiene mucho
de usado, querido y añorado. En este último punto puede haber su aquel
tristón, más por lo perdido que por los recuerdos en sí.
Me acabo de despertar, eso me pasa por meterme en la cama
para mi temprano, doce de la noche, y son las tres de la mañana y el sueño,
como el dinero en una película de gánsteres, o de cine negro, ha desaparecido. Y por la banda
sonora que se oye en la calle, me levanto, y compruebo, más imágenes
prácticamente en blanco y negro, que llueve y con ganas.
Nunca he envidiado eso de ser famoso, pero esta semana no
me hubiera importado ser un “It-boy”, si es que existen, por mera
contraposición con “It-girl”, y que por el blog que llevo, alguien me hubiera
regalado una entrada para el estreno de “El crack 0”.
Y es que para los de mi generación, finales de los
cincuenta (lo comprendo ya ni de "boy" nada), aquellas dos películas, “El crack”, de 1981, y “El crack 2”, de
1983, de un Alfredo Landa bañado con aires a lo Humphrey Bogart, resultaron
mezcla de hito y tortazo en la cara para despertar a la realidad de una
corrupción latente, en la vida real, y en ambas películas.
Con el estreno del próximo día 4, de ahí ese deseo de
poder verla cuanto antes, se van a convertir en una especie de “trilogía”, en
la que la película de ahora, y en blanco y negro, más blanco y negro para una
noche, la de hoy, nada apetecible, actuará de precuela. Y hará que los
personajes de Garci, entonces interpretados por Alfredo Landa, y su “ayudante”,
“El Moro”, como siempre un “Miguel Rellán” inmensamente humano, sean quizás más
comprendidos, y sin duda añorados…
Como este vecino del mundo no está bañado ni tan siquiera
rozado por el Señor Bogart, tendrá que esperar unos días, siempre demasiados,
para poder “volver a empezar”, aunque esa sea otra película, eso sí, del mismo
director.
Me niego a terminar este post sin nombrar al gran amor de Areta, o casi, en las dos películas, y
sufridora oficial de la violencia que emanan de ambas historias, Carmen,
interpretada por una María Casanova, siempre con un mucho de melancolía
inherente a ella y a sus persoanjes; imprescindible entonces en el cine de
Garci.
Al que tenga la suerte de ir a cualquiera de los estrenos
en España de “El Crack 0” desde ya le odio. Y será para siempre, y a muerte, como el odio
en el cine negro...
*CARTEL: EL CRACK 0