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viernes, 24 de febrero de 2017

...MÁS PELIGRO QUE UN PETER SELLERS DISFRAZADO



Visto lo visto, empezamos el 2017 con bastante inconsciencia, pero tal como vamos en el exterior, pasados sólo dos meses, con un Trump con más peligro que cualquier personaje, que en su día, pudiera haber sido interpretado por un Peter Sellers disfrazado de mono en el despacho oval, jugando con el teclado mortal de las ojivas nucleares, puede que nos sobren meses de este año para dejar el planeta Tierra con menos vida que un afterparty a las cuatro de la tarde.

Quizás además, visto desde España, con nada de esperanza con respecto a la empatía de un ser humano hacia otro, enterarse de las noticias diarias, es como ser azotado en cada ojo de los tres...

Este vecino del mundo se siente, y lleva semanas, aunque los dos últimos días ya son de nota, con menos esperanza entre los políticos que nos rodean, que el día que se enteró de quiénes eran realmente los Reyes Magos.

Mujeres, que en teoría tienen un buen nivel intelectual e incluso universitarias, y que no sospechan nada de dónde puede venir el dinero del propietario de su costilla, para seguir mejorando su casoplón-palacete; fiscales que en un momento dado actúan como el mejor de los abogados defensores; políticos que en su día  fueron puestos como ejemplo de lo mejor, y ahora  nadie quiere recordar  que fueron de su mismo partido. Sin olvidar, ese latiguillo legal, "crear alarma social", a la hora de castigar a alguien con cárcel , antes de que la sentencia sea firme, y que, presuntamente, se pone y se quita a conveniencia.

Y, quizás lo peor de todo, es que si te quejas al aire, con una mezcla de impotencia y desilusión, y alguien te oye, recibas por respuesta, que si tu pudieras, también harías lo mismo.

Cuando los ciudadanos anónimos nacidos a finales de los cincuenta, entre unos y otros, prácticamente fuimos torturados por un bullying social, cuando no existía el bullying, pero sí el "matoneo" del más fuerte de la clase; del "hermano" del colegio con más puntería con su regla y que donde ponía el ojo, ponía su ley; y maltratados especialmente por una pregunta al llegar a casa, tras decir que te habían pegado en el cole. Ese “algo habrás hecho tú”, y que con el tiempo mutó, no hace muchos años por cierto, por el “has vivido por encima de tus posibilidades”, y que al juntarse con tu educación católica, que aunque no creas que la prácticas, te da la sensación de que estás siendo vigilado por ese Gran hermano del Estado, y primo carnal de la Iglesia.

Hubo un tiempo, finales de los setenta, en que aprendimos a soñar en color, pero con el tiempo, nos están haciendo pagar hasta por revisitar aquel sueño, y ya no nos queda ni para alquilar otro.


*FOTO: DE LA RED

domingo, 1 de enero de 2017

MOTA, JOSE MOTA, AL SERVICIO DE ... LA INTELIGENCIA


Muy pocas cosas pueden hacer que este vecino del mundo, todavía con los efluvios de una Nochevieja que se prolongó hasta las tantas, pueden hacer que abandone las mantas cuando estaban cogiendo calorcito. Pero lo de Don José Mota ayer es incluso para estar en vela una eternidad para recordarlo.

Nunca me gusta comparar porque siempre se tiende a ser injusto con alguna de las partes, pero lo de Mota ayer es de lo mejorcito en programas de ese estilo, incluso de los de él mismo, durante muchos años.

En primer lugar, advertir que este vecino del mundo se enfadaría y mucho si alguien se refiriera a José Mota como “el humorista”, que lo es. Pero “humorista” es una especie de cajón de sastre donde se incluye desde al chistoso, al que se cree chistoso, al que cuenta chistes, al gracioso que se lo cree, y al que lo es. Pero el de Montiel, es ante todo, y que se sepa, un gran actor, de los que nacen con la interpretación en las venas. Ayer hubo momentos en que al ver, en el mismo sketch, la misma cara en diferentes personajes, a este vecino le vino a la mente alguien como Peter Sellers, que en varias de sus películas, hizo más de un papel, como en “Teléfono rojo, volamos hacia Moscú”, de Kubrick,1964. Y como se puede comprender, mis recuerdos me llevaron no precisamente a cualquier cosa.

Porque si José Mota, Don José, lleva ya mucho tiempo consagrado en una primera división actoral, y su paso por las manos de Alex de la Iglesia, ya lo evidenciaron, lo de ayer ya es otra cosa, otra liga, la que él quiera.

El programa de ayer, Operación And the andarán, eleva la figura de Mota a límites extremos, porque haciendo una crítica despiadada al panorama político nacional, consigue, sin que nos duelan prendas, dar un varapalo, sin salvar a nadie, ni de izquierdas ni de derechas. Como la escena de huir de la isla en una balsa, clara alusión al “cifostio” político que nos ha tenido en tensión durante un año de nuestras vidas. Pero, ojo, en el reparto de leña del Señor Mota tampoco sale indemne el espectador, el pueblo en general, que traga carros y carretas, y prefiere creerse cualquier cosa, antes de mover un dedo.

Está claro que en todos los estamentos del panorama nacional, el Señor Mota, y sus programas especiales, han calado hondo, y no hay nadie, aunque alguno habrá, que se resista en caso de invitación previa ,a hacer un cameo y dejar su impronta. Y quizás en este tema, pueda ver este vecino el único “pero” a destacar.

La cantidad de caras conocidas que inundan los diferentes sketches, puede hacer, que el ánimo de descubrirlos por parte del espectador, en ocasiones le despiste de la trama, y de ese chiste rápido, que se lo ha perdido, por parpadear. Pero, claro, todo es cuestión de opiniones.

Personalmente, creo que ninguno de los personajes aludidos, ni ayer, ni en otros de los programas de José Mota, se pueda quejar, porque si por algo destaca es por la humanidad y cariño que pone en cada de los personajes que crea, y que en el fondo estás convencido, que si buscas en las pupilas del personaje, encontrarás a ese niño que todos llevamos dentro.

Don José Mota, eleva al castellano, y sus derivados léxicos, a lo más alto, haciendo que el mercado inglés, por ejemplo, se pueda tirar de los pelos, por tener que perderse algo de tanta calidad. Porque ese sabor manchego que desprenden mucho de los diálogos de Mota, se perderían en la traducción, ese “Lost in translation” del que hablaba la película de Sofia Coppola.

Si te perdiste el pase de ayer (me imagino que lo volverán a repetir), búscalo por internet en RTVE, porque te estás perdiendo “HISTORIA”, así, con mayúsculas.

Aunque me imagino, y ya para terminar, que José Mota tendrá cosas más interesantes que hacer, que leer este post, quiero darle las gracias por todo, especialmente por existir. Lo de ayer fue un gran momento en el que se paró todo, solo estaba el programa, y eso es muy de agradecer.
 
*FOTO: DE LA RED