Hay momentos en los que no
sabes por qué pero estando pensando en otra cosa, o incluso yendo en una
especie de modo “off” a primera hora de la mañana, una mañana fría, monótona y
gris, de pronto, hay algo que capta tu atención, y hoy, desgraciadamente, no ha
sido para bien.
Estaba en “Termibus”, la
estación de autobuses que se encuentra muy cerca del Estadio de San Mamés, en
Bilbao, y, bueno, que… ya han puesto el árbol de Navidad.
Lo mejor que se puede decir
de él es que esperemos que las Navidades
nos vayan bastante, bastante, mejor que el arbolito (el diminutivo es como
símbolo de cariño, porque de ser es bastante grande) puede representar, porque, además, no se ha colocado ningún adorno más.
A alguien, posiblemente
quemado por lo poco que cobra y por las condiciones laborales en que está, le han dicho “vete
a poner el árbol de navidad” y, pues eso, que lo ha puesto, y además ha tenido
la gallardía de colocarlo … de pie. Es lo mejor que puedo decir de él, porque
ganas, y gusto, de tenerlos, tranquilamente solo pueden ser el nombre de sus
perros, “Ganas” y “Gusto”, que seguro que son pequeños y cabreados, porque lo
que realmente debe de significar eso, nada de nada.
Y lo peor no es haberlo
puesto, sino que el encargado de turno, el que tiene que dar la cara por esa
estación de autobuses no se le caiga la cara de vergüenza. Estoy totalmente
convencido de que es el mismo árbol del año pasado. Es más, y tal como se lo
llevaron, lo guardaron en algún local, y lo han vuelto a colocar.
Que para listos, “ellos”, y para tontos, nosotros.
Y que no me vengan a decir
nada de “recortes”, y que no hay dinero. Algunas veces solo hace falta ganas, y
en lo que se ve en la citada estación de autobuses solo sobrevuela la frase “cubrir
el expediente”. Ahora, con esas tiendas de chino que te venden de todo, estoy
seguro que con muy poco dinero lo haces bastante mejor.
Y si no hay dinero, ni
ganas, para un árbol, un poco de espumillón y “bolas” como las que alguien ha
tenido para poner eso, colocadas estratégicamente entre las diferentes
oficinas, bar y tienda, hubiera sido, sin duda, mejor que el arbolito de
marras.
Semejante insensatez y
dejadez solo puede ser superada si el año que viene nos encontremos en lugar de
ese árbol, porque seguro que si es por los encargados de este año, seguirá
siendo el mismo, alguien coloque en el mismo lugar una cartulina rectangular
verde, por su significado está bien el verde, en el que “el ideas” de turno
haya escrito “árbol de navidad”. Incluso ésto, aunque cutre, sería más
original.
Lo del arbolito de Termibus
huele, a lo dicho, a cubrir el expediente, a poner algo, cualquier cosa, y de cualquier manera, ya que, como lugar de paso, la gente, en
realidad, viene y se va. Aunque también tiene un mucho de estar en un trabajo por el dinero, y no porque te gusta lo que haces, tanto por parte del que ha dado la orden, como por el que la ha realizado.
Un ruego, que al encargado
de turno no le pidan organizar nada más, ni mucho menos alguna cabalgata de
Reyes Magos, porque antes que organizarla y para evitarse mover un sólo músculo
de su cuerpo, es capaz de desvelar a la chavalería, “el misterio de los Magos
de Oriente".
*FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA