Ojeando las noticias del día, y en un discreto segundo
plano, he comprobado que Mercadona, gran cadena de supermercados, por fin entra
en Euskadi, la única zona del estado en el que todavía no se había extendido.
Como decía ayer, en el artículo relacionado con el ébola,
este vecino es un malpensado, y no puede hacer nada por evitarlo, porque le
viene de serie. Por eso al enterarme de la noticia he estado indagando un poco
sobre el tema, y en muy poquitos años van a inaugurar unos veinticinco centros.
Lo que ocurre con el tema es que como siempre, este vecino no ha encontrado que se vaya a construir uno en Donosti, la zona más cercana es Irún, hacia el 2016/17.
Uno sabe que estos establecimientos tampoco van a ser el
rejuvenecimiento para nuestros bolsillos, pero siempre que hay competencia, al
menos, es mejor para ellos.
Este vecino tiene no sé si llamarle una teoría, quizás sea
demasiado pretencioso, pero sí al menos una opinión al respecto.
En el caso concreto de Mercadona, no nos vamos a engañar,
es un rival directo de algo muy nuestro, desde el punto de vista del vasco,
como es Eroski, pero lo mismo que Eroski puso su “pica en Flandes” o en este
caso en el País Valenciá hace muchos años, me parece que la respuesta de
Mercadona se ha hecho esperar, y personalmente no me creo que haya sido por
motivos políticos, por ETA concretamente, como se ha dejado entrever hoy en alguna emisora de radio.
No hay más que ver que en las cadenas de tiendas a nivel
nacional, aquí no se “deja” abrir los días de fiesta. Nos pueden contar mil
milongas sobre el comercio “amigo”, sobre el comercio “del de toda la vida”,
pero al final la pela es la pela, y si al vecino de a pie le puede salir un
poco más barato, pues mejor digo yo. Porque entre otras cosas no me gusta que
decidan por mí, y lo están haciendo desde hace muchos, muchos, años.
No se puede tener de todo, me dirá más de uno, y eso me
retrotrae a hace bastantes años en mi vida, unos quince o dieciséis. Un
compañero de trabajo al quedarme sin vacaciones de Semana Santa me dijo (y ni se me ha olvidado, ni se me
olvidará nunca) “no se puede tener de
todo en esta vida”, ni que decir tiene que me tuve que quedar trabajando,
porque se iba él. En mi opinión, lo mismo ocurre aquí, deciden por nosotros pero
no porque sea bueno para nosotros, sino para los de siempre, los poderosos,
tengan o no txapela.
En Donosti durante muchos años, no hablo de ahora, sino
de hace años, han gobernado personas que tenían intereses fuera del
ayuntamiento, alguno en algún hotel y diferentes comercios, que ahora me viene a la memoria, y se
gobernaba apoyando lo nuestro, que en realidad era lo de “ellos”.
Este vecino, durante diferentes épocas de su vida, ha
trabajado de cara al público, turistas concretamente, en Donosti. Y un día sí y
el otro también me preguntaban por la ubicación de “El Corte Inglés”, y al
decirles que en esta ciudad no había, no hay todavía, como se suele decir
vulgarmente, “se quedaban alucinados”. Y en más de un caso, porque venían
varias personas a la vez a preguntar, había alguien que en voz baja, y con cara
de haber descubierto America, decía: -Es que “El Corte Inglés” solo hay en
ciudades importantes.
A eso se le llama “daños colaterales”, o como hubiera
dicho mi recordado compañero de trabajo: -No se puede tener de todo en esta
vida-. Pero a mí personalmente, me jode, y esta vez, no pido perdón.
Y como siempre me gusta terminar con una sonrisa, aunque sea amarga, diré que de algo tiene que servir vivir en una de las ciudades más caras de España: El día que vaya, si voy, a Las Vegas, seguro que no me parece tan caro. Algo es algo.
*FOTO: DE LA RED