Es como si los últimos días
del año, desde el punto de vista de “relaciones públicas” se nos amontonara el
trabajo. ¡Es agotador! Porque la mayoría de las veces, a no ser que la otra
persona sea muy íntima, y hayas quedado para la mismísima Nochevieja, para el
resto de amigos y conocidos varios, cuando faltan tres o cuatro días, ya te vas
despidiendo de ellos de manera cuidadosa, con abrazos y besos incluidos, por
aquello de si no les vuelves a ver en lo que queda de año, eso sí, bajo la apariencia de que es para siempre jamás. Y se han dado casos,
sobre todo si ella es guapa, tirando a rompedora, que uno tiende a intentar
volver a verla, para despedirse efusivamente otra vez, y volver a abrazarla y,
naturalmente, besarla, por si se hace verdad aquello de que “el roce hace el
cariño”.
Este vecino del mundo está
convencido de que en estas últimas madrugadas, las calles de nuestras ciudades están
llenas de gente buscándose unos a otros, con el secreto deseo de orgías llenas
de abrazos, besos y… lo que surja.
Ya para terminar por hoy,
por si no nos vemos, o no os puedo ver, hasta el año que viene…
¡Muchas felicidades, y Feliz
Año Nuevo!
*FOTO: DE LA RED
*TEXTO EN FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA