Quizás,
la felicidad solo sea ese plato de lentejas…
Eso pensaba hace un rato mientras preparaba la comida
para hoy. Antes de que más de uno intente cortarse las venas ante el futuro que
le pinto, no me refiero a las lentejas en sí, sino que como normalmente se
dice, hay que vivir el momento, y si dentro de un rato tocará “atizarse”
un plato, o dos, de lentejas de esas que quitan el hipo, esta noche tocará
hacer la “épica”, porque “eso” es lo que hacen los equipos grandes, y no solo la Real Sociedad debe ganarle al
Barça, sino dejarle fuera de la Copa.
Y sino, tampoco pasa nada, porque basándome en aquella
gran película: Siempre nos quedarán las lentejas…e incluso París, que por lo
que dijo alguien solo vale una misa.
Lo importante, y eso te vas dando cuenta cuando ya no
cumples primaveras, sino otoños, es vivir el momento. Como lo vivió ayer el
Señor Ruiz-Gallardón al ganar la votación sobre su ley del aborto. Esa foto, y
no sabe por qué, a este vecino le recuerda a la famosa “foto de las Azores” pero
a la española, sin elementos extranjeros, a los que luego endilgarles toda la
culpa. Aunque se echaba de menos a Rouco
Varela, su larga sombra se notaba en el hemiciclo.
Ese tipo de fotos, son fotos-bumerán porque van
y vienen, tardan mucho en volver, quizás años, pero al hacerlo hay que andar
con mucho cuidado porque normalmente golpean en toda la boca. Y al final, todo
se sigue resumiendo en ese plato de lentejas, o en su caso, en el de
Ruiz-Gallardón y su coro, naturalmente, de caviar.
Este vecino siempre se ha preguntado si las señoras políticas del PP son de otro mundo, y no tienen los mismos problemas que el resto de las mujeres. A lo
mejor, como están tan ocupadas, no tienen a sus
propios hijos, porque delegan, y no son conscientes de la problemática de otras
mujeres. Y este vecino se pregunta, si “no tener conciencia de” es lo mismo que
“ser
inconsciente”. Y ha llegado a la conclusión de que no. Porque una
piedra, de esas que por ejemplo “viaja” con las lentejas, no tiene conciencia, pero lo de ser inconsciente le queda grande. Y muchos de nuestros políticos deben de tener el corazón y
el alma como la piedra.
*FOTO: DE LA RED