Odio las colas desde que con unos quince años tuve que
hacer una en el nuevo instituto en el que me quería inscribir, y cuando era mi
turno, cerraron las ventanillas porque ya era la una del mediodía, según ellos,
mientras que yo les recordaba, ya detrás del cristal cerrado, que tenían que
descontar el tiempo perdido hablando por teléfono con su familia y amigos.
Por eso mismo, y como odio y no entiendo las colas, más
hoy en día en que casi todo se puede hacer previo aviso por internet, no comprendo lo de estos
días, “la feria” montada en el extranjero, y la que seguro se hará en España, para comprarse el nuevo iPhone de Apple.
Entendería algo, por ejemplo, si al primero se lo
regalarán, y a los seis, o diez siguientes, les hicieran un suculento descuento.
Pero todas esas imágenes de gente medio histérica porque acaba de soltar (en
España serán unos setecientos euros o más) un "pastizal", y es de los primeros en
el mundo en tenerlo, está fuera de mi “software de serie” y no me da para
comprenderlo.
De todas maneras, estamos en lo de siempre. ¿Hasta qué punto
la noticia lo es, o es publicidad encubierta?
Más de una vez, desde esta atalaya, este vecino ha
expresado sus reticencias a que en los informativos, tanto de televisión como
de radio, se hable de los estrenos cinematográficos del día siguiente, o del
mismo día, porque eso, entiendo, es lisa y llanamente publicidad de la buena.
Otra cosa es que el crítico de cine hable de ella en su correspondiente sección, y le ponga bien o mal.
Esas colas, incluso de más de diez días, de jóvenes quinceañeras, ayudadas y “comprendidas” en muchos casos, por sus madres, para ver al cantante o cantantes de turno, para este vecino deberían también ser codificadas como las películas X, porque son, eso, pornografía.
Lo mismo ocurre con el artilugio arriba comentado, porque
este vecino se pregunta si el “invento” en realidad es el tipo de publicidad
que se ha encontrado, o provocado,la citada marca de la manzana, da lo mismo, y no el dichoso aparatito, que en realidad, según dicen, no aporta ninguna mejora.
Y es que estamos en un mundo de contrastes, los que
tienen todo, o casi todo, y los que no tienen nada. No se escucha las voces de
los que se están muriendo en África, no solo por el ébola, sino por multitud de
enfermedades, que para “nosotros” ya prácticamente ni existen, y la noticia del nuevo iphone aparece en todos los medios.
En realidad, y a través del iphone, y especialmente de su
publicidad, te están abriendo la puerta de un mundo de posibilidades, cada uno
de sus programas o “apps”, por los que pagas separadamente por cada uno de
ellos. Pero seamos sinceros, si nunca te has acercado a ese tipo de mundo antes
del teléfono, este aparatito no te va a crear nuevos hábitos por sí mismo.
En los anuncios se ve gente practicando deporte, y el teléfono
les aporta datos de sus constantes vitales, les sirve de “entrenador personal”.
Puedes aprender y tocar música, escribir partituras, registrar sonidos, mezclas…
Sin embargo, seamos sinceros. Ahora mismo, tienes 26
años, por ejemplo, estás en la cola para comprarte un nuevo y flamante iPhone 6
y en tu vida nunca has salido de tu habitación, solo para trabajar y cuando
puedes. ¿De verdad te crees que porque mañana vas a tener a ese pequeño gran
brujo, tu vida va a cambiar?
Ni te has movido nunca, ni, seamos realistas, lo
vas a hacer, por muchas posibilidades que ese aparato te dé, porque para lo
único te va a servir es para que tus amigos tengan un nuevo icono tuyo, del que de vez
en cuando aparecen palabras de un idioma mezcla del tuyo pero con ahorro de
letras. Ahorro que no tienes en cuenta a la hora de comprarte un nuevo aparato
que te tenga a la última, aunque en tu vida social, quizás, no hayas
pasado de “aprendiz en suspenso”.
Por cierto , esas imágenes del primer comprador del teléfono, al que al abrir la caja se le cae y se le desmonta, es significativo en sí mismo. Una especie de cuento de la lechera, pero más universal que nunca. Espero que mucha gente al ver esa "escena" pueda hacer la misma lectura, antes de que el poder en la sombra las escamotee para siempre.
*FOTO: DE LA RED