La mayoría de las veces, estoy convencido de ello,
nuestro subconsciente “trabaja” por delante de lo que en teoría nuestro juicio
es capaz de analizar.
Esta mañana, La Nuri, mi sufrida, me ha preguntado qué
tal se nos presenta el día, a lo que sin titubear he resumido en una aséptica
frase: “Hoy tenemos un día de puertas abiertas”. A lo que juraría ella me ha
respondido con las niñas de sus ojos convertidas en signos de interrogación
durante unos segundos, porque todavía no entendía la nueva acepción de ese "día
de puertas abiertas..."
La traducción libre, tanto como el juicio emitido, se
refiere precisamente a los nuevos hábitos que vamos adquiriendo casi sin darnos
cuenta.
Por aquello de internet, y de todo tipo de publicidad que
vas recibiendo, poco a poco cada vez compras más sin salir de casa, y en días
que a consecuencia de los festivos acumulados por la Semana Santa tanto Correos
como los otros sistemas de paquetería, han estado cerrados desde el Jueves
Santo al Lunes de Pascua, ambos inclusive, en el País Vasco; de pronto te das
cuenta que quizás hoy tengas más visitas de compañías de paquetería que
cualquier blogger de esos que reciben productos, no entro si gratis o previo
pago, para después analizarlos.
Realmente lo siento por el comercio de barrio, que lo
sigo utilizando mucho, pero la pela es la pela, el euro es el euro, y si me
puedo ahorrar algo en compras lo hago, porque entre otras cosas, significa más comodidad.
Precisamente una de las compras que se supone me vienen
hoy es unas botas de media caña, concretamente marrones, que vistas desde fuera
parecen zapatos, y son comodísimos para todo el año. Pregunté hace una semana
en el comercio donostiarra en el que compraba siempre. Pero me dijeron que ya
no las traen porque, y palabras textuales, las pedía muy poca gente. Y,
naturalmente, a través de Google en menos de diez minutos encontré primero
tienda, y luego el producto que quería.
Soy de la opinión de que si puedes mantener las
costumbres especialmente relacionadas con negocios, que a pesar de ser eso,
negocios, te han tratado siempre bien, mejor que mejor , pero si como es el
caso, me cierran esa opción, como se dice vulgarmente, me buscaré la vida, y
además seguro que no pagaré más, por aquello de la oferta y la demanda.
Y por los datos que se han ido oyendo últimamente parece
que cada vez somos más los que compramos por internet, y sino que se lo
pregunten a los empleados de Amazon que no les ha quedado más remedio que ir a la
huelga para no “andar”, por la cantidad de kilómetros que hacen al día, gratis.
¡Ojo! Y aclarando, que es gerundio, como en todo, la culpa no es del cliente que pide un producto, o miles,
sino del empresario que quiere exprimir al máximo todo, primero al producto, al
cliente, y luego a sus empleados.
Como decía Nancy Sinatra en aquella famosísima canción de los sesenta “These boots are
made for walking…” (“Estas botas son para caminar”) a lo que una chica de hoy
por muy española que fuera pudiera añadir fácilmente en inglés “…and not for
fucking”. Y esto último no lo voy a traducir, porque sé que lo primero que se
aprende en cualquier idioma son los tacos, y en este caso, taco no viene de
tacón…
*FOTO: DE LA RED