Donosti,
16 de Diciembre, 2014
Doña Dolores de Cospedal,
Me atrevo a dirigirme a usted porque he leído unas
declaraciones suyas diciendo que la corrupción es patrimonio de todos. Y como
en ese “todos” se me menciona personalmente, tengo ganas de dirigirle unas
palabras.
En primer lugar he de decirle que si eso fuera verdad, que
fuera “patrimonio”, cosa que lo dudo, sería de lo poco que nos han dejado con
tanto recorte.
Personalmente he estado mirando entre mis papeles, de lo
poco que me va quedando, y yo no tengo nada de corrupción a mi nombre, aunque
quizás la primera norma para ser un buen corrupto consista en eso, en no tener
nada a su nombre.
Es curioso que con relación a los presuntos fallos que se
achacan a su partido, como la corrupción, la única defensa que tengan es decir
que “todos
lo hacen”, o que “lo han heredado de los anteriores”.
Seguro que usted no me comprenderá, quizás por eso se
dedica a la política, porque hay una especie de pantalla de incomprensión, que
separa al político del votante, pero al enterarme de sus declaraciones me he
acordado de esos niños que cuando llevan un suspenso a casa dicen que es porque
al profe no le cae bien, y que además a la mayoría de sus compañeros les ha
pasado lo mismo.
Sinceramente, cuando era niño, y mediante las imágenes de
la única televisión que había en España, estaba convencido que para ser
ministro había que ser muy inteligente. Era el ejemplo vivo de lo que siempre
me repetían mis padres: “ser un hombre (o una mujer) de provecho”.
Y, quizás, tristemente ese famoso mensaje se ha debido de ir deteriorando con
el boca a boca, y ahora ha quedado como “hombre (o mujer) aprovechado”.
¡Vamos! Que quizás se ha cambiado el concepto de “inteligente” por “listo”. Y
ahora la política, en un gran porcentaje es pasto de los listos de turno.
El
problema es que para que haya listos tiene que haber tontos. Y los tontos está
claro que somos los de siempre: aquellos que han pagado las equivocaciones de
los bancos, de los políticos, hasta, como dice la canción, de los malos tiempos
para la lírica.
Y ahora me viene usted, porque en ese “patrimonio de
todos”, también se dirige a mí, diciendo que todos somos corruptos…
Señora Cospedal, debería tener usted más respeto al
coeficiente intelectual del pueblo, y no ir provocando. Porque en cierta manera
considero que lo que ha hecho usted con esas declaraciones es un “escrache” a
mi honor, y al de la mayoría. Y eso con la nueva ley que se han sacado de la manga (esa misma manga
que para algunas cosas la tienen tan ancha), pudiera estar penada. Pero, claro,
como ahora eso lo sancionarán los políticos de turno, y no la justicia, en eso
una vez más me lleva, nos lleva, ventaja, y no tiene nada que temer.
Y ya para terminar, solo añadir que he preferido decirle todo
lo anterior simulando una carta, y en diferido. No me cabe ninguna duda de que
usted lo habrá entendido, porque siempre ha demostrado que es muy lista.
Sinceramente,
Un vecino del mundo.