En este día internacional del beso que acaba de pasar, quizás nuestra clase política ha demostrado una vez más que son más estrechos
que apasionados, que más que arrumacos se han dado empellones. Y que de tanto
retarse, lo suyo está quedando más que realista, en un remedo coreográfico de
maneras amaneradas.
A alguna periodista del corazón le acabo de leer en
Twitter haciendo filosofía defendiendo a los fascistas de derechas porque han
tenido que soportar este “finde” empellones (como lo comentado más arriba y sin
ningún atisbo de beso internacional), de jóvenes provenientes de la kale
borroka, en dos capitales vascas. Como si al pegar unos limpiaran a los otros.
Ya no puedes ni pensar en recomendar ese célebre “zapatero a tus zapatos”,
porque como el zapatero es zapatera, tú ya eres un machista de mierda.
Lo que le parece también surrealista a este vecino del
mundo es hacer una tremenda publicidad mediática por ser el grupo que ha
conseguido el famoso debate a cinco. Esperemos que luego también se hagan
responsables de las promesas que en esa noche ofrecieron los políticos de
turno, y por turnos, a través de su cadena y que no van a hacer ni amago de
cumplir.
Cada vez comprendo más ese intento de unos cuantos en
buscarse paraísos perdidos como enchufarse en vena toda una serie de televisión
en unas cuantas horas seguidas, y no
dejar ni gota hasta que los trece capítulos, o los que fueran, revelen todo su
contenido.
Quizás ya el opio del pueblo ha dejado de ser el fútbol,
para ser consumido en la penumbra ni tan siquiera de un televisor, sino de un
monitor que nos soporte el vicio individual a modo de escapada permanente.
Cada vez me parecen más eróticos aquellos ambientes
reflejados en el cine negro de los cuarenta, donde lo importante era un buen
combinado de ginebra con mucho hielo en la soledad de la barra de un bar a
media noche, mientras una niebla de tabaco te intentaba ocultar de los ojos de
una rubia que sin duda te iba a traer problemas…Especialmente a ti, que ni bebes
ni fumas y que La Nuri, tu sufrida, no espera heroicidades de ti, sino que
sobrevivas a la monotonía del amanecer de un
domingo, que muy pronto, es cuestión de horas, se convertirá, sin duda, en “otro
domingo más”…
*FOTO: DE LA RED