Es curioso el poder asociativo que puede tener nuestra
mente.
Esta misma mañana me preparaba a atacar el frigorífico a
la hora del desayuno, cuando las ganas han podido con el orden, como la mayoría
de las veces, y un frasco de guisantes a medio terminar ha caído al suelo. Naturalmente, por aquellas tonterías de la ley de la gravedad, se ha roto, y la
verdad es que se veía venir, con un frasco que desde hace varios días pedía su
libertad apareciendo por todas partes cada vez que quería coger algo.
Limpiando el desaguisado, y los guisantes, claro, a mi
mente han venido, mientras observaba, por última vez espero, esas “caras”
verdes y húmedas, y ahora viene la asociación de ideas a que me refería, me he acordado de todos esos “amigos” que
aparecen muy de vez en cuando, como si se despertaran de su hibernación, y
tienen anotado en su calendario “Vamos a tocar los pies a Fulanito”. Y lo hacen
como sin molestar, pero cuando se van, desgraciadamente no para siempre,
Fulanito, que eres tú, tiene más problemas que antes, y una mala leche que te
sale por las orejas. Y deseas tener una escoba gigante, y el coraje necesario,
para barrer de tu mapa, y de todo mapa, a esos problemas disfrazados de amigos.
Un poco avergonzado (el vecino del mundo es como es), por haber sido
tan malo para asociar a “amigos” con guisantes, me he preguntado por el
por qué de esa asociación que más que atacarme a traición, me ha violado y
hecho suyo, aunque sólo sea por unos minutos. Y tras ducharme, y ducharme, para
limpiarme por dentro y por fuera, creo que he encontrado una respuesta: la
influencia de la religión, y en este caso, de esa manía de
explicarnos todo con parábolas, y atribuirle a una simple historia, un
significado. Porque si a la parábola le quitamos todo el halo místico, o
religioso, no deja de ser un cuento con su moraleja.
Sin olvidar, claro está, ese concepto de "culpa" con el que siempre se nos ha atacado, y en cierta manera, "domado", especialmente desde nuestra Iglesia. Espero que Dios me perdonará por todo lo dicho, ya si eso ...
Sin olvidar, claro está, ese concepto de "culpa" con el que siempre se nos ha atacado, y en cierta manera, "domado", especialmente desde nuestra Iglesia. Espero que Dios me perdonará por todo lo dicho, ya si eso ...
Y mi parábola de hoy ha sido la del guisante, mediante la
cual se nos “sugiere” no almacenar amistades que normalmente estarán ya
caducadas; siendo, la mayoría de las veces sin darte cuenta, en una especie de sufridor del Síndrome de Diógenes; recopilador, más que de almas en pena, de almas que producen pena, y …sufrimiento.
Os dejo, por hoy, ya perdonareis. Voy a urgencias, porque parece que con
el “flagelo” de los recuerdos y culpas, me he debido de exceder y tengo alguna heridita
de …nada.
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED