Es la primera vez que este vecino del mundo se siente
como una “celebrity”, y es una sensación extraña, algo así como que te ha
tocado la lotería pero no te lo esperabas porque pensabas que no habías
comprado ningún décimo.
Ayer viajaba en uno de los autobuses de línea en Donosti,
cuando noté que un señor de entre cincuenta-sesenta años no dejaba de mirarme.
Al cabo de unos minutos se me acercó, y bajando la voz, como si de un
traficante cualquiera intentando vender su mercancía se tratara, me preguntó si
yo era el Patxipe ese que escribe por internet. Prosiguiendo con el
presunto trapicheo le respondí que sí. Mirándome directamente a los ojos, me
preguntó: -Usted es un amargado ¿verdad?.
Debí de poner cara de dos mitades, mitad sorpresa, mitad
sonrisa:¿Qué le ha llevado a esa conclusión?
-Porque
se queja de todo y por todo. –Y tras pensar unos segundos,
continúa - Además mira la vida desde un punto de vista muy raro. Parece que
desprecia y se ríe de todo “quisqui”.
Tras ésto, como era obvio la pregunta del vecino era
obligada: -¿Entonces por qué me lee, porque es gratis?
Con una sonrisa, y como dándome a entender de que sabía
por dónde iba yo, me contestó: -Porque es gratis no, porque gratis hay
muchas cosas en internet. Quizás precisamente por eso mismo que le decía, porque
es un punto de vista, no le voy a decir “raro” otra vez, sino sí diferente, y
me da qué pensar.
En ese momento adopté un aire muy serio y confidencial, y
acercándome aún más en la pantomima del trapicheo le dije: -Entonces
ya tiene usted inoculado el virus del vecino. Ya está perdido, y le diré aún
más. Ésto ya no tiene cura, y seguramente irá a más.
Mientras me daba una palmadita en la espalda, y hacía
ademán de irse, me confió:-La verdad es que no me importa, porque bien
mirado el mundo tomado en serio es muy aburrido y descorazonador.
Pues
eso. –Le contesté, mientras comenzaba a irse, y se despedía
con la mano.- Seguiremos estando en contacto por la red.
Y quizás todo ésto se trate solo de eso, de entrar en
contacto, haciendo partícipe al lector de todo lo que te ronda por la
cabeza, y que él mismo compruebe que después de todo, también es un poco
vecino, y al intentar comprender al que ésto escribe, también se haga un poco más
tolerante desde su ventana a la vida, aunque la mirada venga disfrazada de crítica.
*FOTO: DE LA RED