Esto que voy a contar a continuación es real como la vida
misma.
Como muchos de mis seguidores ya saben, durante muchos
años este vecino estuvo trabajando en una empresa ubicada en un pueblecito de
Guipúzcoa, cercano a la capital.
Era pleno invierno, de hace ya más de diez años, y cayó
una nevada impresionante. Quien más quien menos fue a trabajar por los medios
que pudo, si fue, y uno de los trabajadores fue andando unos diez kilómetros,
más o menos, para decir que no iba a ir a trabajar porque la carretera estaba
muy mal e iba a tener dificultades para volver a casa.
Ni que decir tiene que en la empresa, ya que había
llegado le dijeron que se quedara todo el día y que luego ya se buscaría la
vida como pudiera para volver a casa. Que lo primero era lo primero, y ya se
sabe que lo primero para una empresa es que tú, trabajador, vayas a trabajar,
porque en ese caso, hasta el mismo empresario es menos importante. Incluso será la única ocasión en que es menos importante.
No hace falta decir que en ese momento la cara del
trabajador fue un auténtico poema al darse cuenta de la misma contradicción del gesto que
había tenido al ir a trabajar.
Pues más o menos todo ésto vino a la mente de este vecino, cuando hace unos días recibió una misiva, muy bonita ella, muy cuidada ella,
muy sorprendente ella, de su telefonía de cabecera, Euskaltel, que al ser presuntamente vasca, y con RH+
de pro, se supone que es el ojito derecho del gobierno autonómico de turno.
Según la foto que se adjunta, se puede observar que estaba
todo preparado con muy buen gusto, y se componía de un cartón, también impreso, con
los colores y símbolo de la empresa, y una hoja, doblada en tres, en
la que gentilmente se informaba de que la empresa estaba orgullosísima de poder
ofrecernos gratis dos canales más de televisión.
Fue leer todo ésto y subirle la tensión al vecino hasta
un punto que le hizo sopesar la posibilidad de llamar al representante del
Libro de los records esos, porque seguro que había batido alguno de
levantamiento de tensión sin el mínimo esfuerzo.
Y es que hace muy pocas semanas este mismo vecino tuvo
que realizar unas cuantas llamadas a esa empresa de telefonía para protestar
porque había llegado a un acuerdo de lo que iba a pagar, y le estaban cobrando
más. Pero no se pudo demostrar, porque, y palabras textuales de ellos, solo existe
obligatoriedad de grabar las llamadas cuando se hace un compromiso de
permanencia, y como no era el caso, no había pruebas, y por supuesto mis
palabras, que eran exactas, para mí, claro, se las llevaba el viento.
Estamos hablando de una diferencia de unos ocho euros, no
más, pero que para este vecino todos los meses supone muchísimo.
Pues como si el cabreo no fuera suficiente, mandan esta
bonita publicidad, que no hace falta decir es un auténtico derroche de dinero y
tiempo, de los que tienen que imprimir, preparar cada uno de los “juegos” y envío
correspondiente. Una auténtica contradicción con la política de abaratar gastos
que se nos inculca por todos lados, porque además no es necesario que se
sepa ésto para recibir los nuevos canales, ya que se codifican desde la misma
empresa, y a ti, como consumidor, te aparecen en tu televisor, sepas de su
existencia o no.
Además, este vecino está convencido de que se han visto forzado a ello, a ofrecer más canales gratuitos, por la actuación de la competencia, y están haciendo de la necesidad, virtud.
Lo mismo pasa no solo en las empresas sino en la política
en general. Se está recortando de todo, y aunque el gobierno nos cuente
milongas, no hay signos evidentes de una recuperación, porque los puestos de
trabajo que se van creando, en cuanto a condiciones y salario, no tienen nada
que ver con los de antes. Sin embargo, ellos siguen con sus reuniones en todo
tipo de sitios y sin bajar su tren de vida durante el trabajo, hoteles de alto
standing, coches de alta gama... Y otro tanto se puede decir de los
representantes europeos, muy importantes ellos, muy rigurosos ellos, que son
incapaces hasta que les tomen en serio en el conflicto de Ucrania.
Y mientras tanto la tormenta social no escampa, y ya no
sabes si quedarte en casa o salir, como aquel trabajador, porque hagas lo que
hagas, siempre, siempre, ganan ellos.
*FOTO: DE LA RED