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jueves, 7 de agosto de 2014

¿jUGAMOS A LOS MÉDICOS? NO, ES ÉBOLA

Ayer este vecino estaba viendo el informativo de las tres de la tarde y por un momento pensó que había una interferencia y habíamos pasado a “E.T.”, en la escena en que por seguridad aíslan la casa en la que se encuentra el entrañable extraterrestre.  Pero no, no se oía la banda sonora de John Williams, sino los sonidos de una ciudad española, Madrid concretamente, mientras se tomaban las precauciones debidas para la llegada de Miguel Pajares, el religioso español que sufre de ébola, y la monja Juliana Bohi que a estas horas ya se encuentran internados en el hospital Carlos III. , en el que se han habilitado tres habitaciones individuales, de presión negativa (el aire en lugar de salir, entra para evitar contagios) así como una UCI y un laboratorio para analizar las muestras, sin olvidar que se ha reformado prácticamente una planta, que, para más inri, según ciertas informaciones, hace meses se cerró por los recortes.(*)
Aunque este vecino se da cuenta de la seriedad de la situación, no le queda más remedio que ser sincero, cosa que los habituales lectores ya sabrán que es “marca de la casa” aunque siempre lo tiña de una cierta ironía. Y a él, a este vecino, todo ésto le recuerda, a aquellos años de su niñez, finales de los cincuenta/principios de los sesenta en que por mediación de alguna hermana o prima, no te quedaba más remedio que jugar a médicos o a cocinitas.
Ahora toca jugar a médicos, pero no unos médicos cualquiera, sino los protagonistas de la historia y salvar a la humanidad. Porque no hay que olvidar que tras Estados Unidos, somos los segundos en llevarnos a alguien de nuestro país, enfermo de ébola, e intentar salvarlo, pero, ¡ojo! no nos olvidemos que, todo ello, bajo la atenta mirada de la atención de todos los países del mundo.
Conviene aclarar que, por supuesto, este vecino está a favor de intentar salvar siempre a cualquier ser humano que se encuentre en graves problemas, pero no hay que olvidar que estamos en este punto del ébola por la dejadez de los diversos países europeos y americanos, sin embargo hoy es el día en que hay enfermos americanos o españoles, y eso no se puede ignorar, entre otras cuestiones tan humanitarias como los votos.
De todas maneras aquí ocurre como cuando vas a la ventanilla del banco y el empleado de turno está recibiendo continuas llamadas de teléfono a las que da preferencia frente al que tiene detrás de la ventanilla. y que encabeza una fila enorme. Entonces el tipo perspicaz se da cuenta, saca el teléfono móvil y le llama por el mismo, saltándose la vez y ahorrándose mucho tiempo.
En España si te pones enfermo por la noche en un pueblecito, quizás no puedas ser atendido porque generalmente cierran los centros a las diez de la noche, eso sino te eternizas en alguno de los pasillos de ciertos hospitales, y sin olvidar que desde el 2.010 hasta ahora se han perdido 53.000  puestos de trabajo en sanidad. No obstante, en este caso, mediático naturalmente, fletan un avión directo. Sin embargo, y hay que recalcarlo, tan poco se traen a todos los del grupo, que según noticias, son unos cinco, sino solo a dos.
Este vecino se acuerda de aquellos casos, antiguamente, en los que por su rareza se exhibían en ferias ambulantes, y luego acababan diseccionados por el médico de turno para hacer un estudio de “su peculiaridad”.
En medicina y cuidados no hay que escatimar nunca esfuerzos, pero sí hay que cuidarse muy mucho de los que a la sombra de ello, montan su chiringuito particular para lucrarse, y a esos, muchas veces se les ve venir o incluso se les concede una puja.
Por cierto, y ya para terminar, este vecino quiere dejar en el aire, donde vuelan los aviones, una pregunta: ¿Qué hubiera pasado si al traer al religioso a España, el avión sufre un accidente, y cae en un tercer país?

*Al terminar este post el vecino se ha enterado de que en realidad el Hospital Carlos III se desalojó ayer de todos los pacientes, o bien dándoles el alta o reubicándolos  en otros centros sanitarios.

FOTO: DE LA RED

lunes, 7 de octubre de 2013

DE TAL PALO...

“De tal palo tal pastilla”. Es lo primero que me pasó por la mente al ver la cantidad de medicamentos que la Señora Gutiérrez, íntima amiga de mi madre se estaba endilgando.
En realidad -me aclaró ella- es medicina preventiva. Lo tomo para prevenir futuras carencias. Son extractos de todo tipo de plantas.
Y seguro que había pensado en que no le faltara de nada, porque para desayunar empezaba los prolegómenos, con las dichosas pastillas, media hora antes.
La Señora Gutiérrez era en realidad, como un personaje superviviente sacado de una novela de Agatha  Christie, y con mucho sentido del humor, por eso prosiguió diciendo: - Aunque de la principal carencia, que es la afectiva, no se puede prevenir con pastillas. Hace muchos años que me quedé viuda de mi Jorge, y a mi hija, Valentina, le veo muy poco desde que se casó con un biólogo americano. Pero para eso también he encontrado el antídoto. - Y bajando la voz mientras comenzaba a reírse, confesó - Y se llama “skype”. Unas gotitas de Skype por las mañanas, en forma, claro está, de videoconferencia, eso ya después de haber desayunado, y otras gotitas de Skype al anochecer, y como nueva. ¡Ah! Sin olvidar claro está de darle a mi vida un toque moderno, y para eso, - la Señora Gutiérrez comenzó a poner ojos picarones - no me voy a la cama sin haberme tomado un chupito de “licor de hierbas”. Ya sabéis, para hacer la digestión.
Por un momento, y tiempo después, me imaginé a muchas personas por la calle, vendadas y escayoladas, diciendo que en realidad no les pasaba nada, pero que su futurólogo de cabecera les había dicho que durante su vida iban a tener varios accidentes, otro tipo de medicina preventiva, se supone, y que por fechas de trabajo, les venía mejor ser enyesados ahora, que no tenían nada importante
que hacer. 
Y es que a lo mejor, con la crisis que nos ha caído encima, la lista de espera para que nos atiendan en los hospitales, dentro de un tiempo, será peor.
Este vecino del mundo también es partidario de prevenir, pero de otra manera, porque para él la mejor medicina es hablar abiertamente, en el caso de la Señora Gutiérrez por videoconferencia. En otros casos, con uno mismo, que aunque parezca lo más fácil, no lo es, y no irse a la cama con asuntos pendientes a modo de preocupaciones.

*FOTO: DE LA RED