Como mucha gente que me conoce, y bien, ya se imaginará,
ayer por la noche estuve viendo el comienzo de Gran Hermano 15, y como siempre,
la
gala terminó igual: no he entrado.
No sé si a más de uno le pasará lo mismo, pero siempre
tengo la sensación de que en cualquier momento puedo entrar, y eso que nunca me
he presentado a ningún casting.
Ya con los años que uno tiene, terminando los cincuenta,
solo me presentaría con personas de mi edad. Uno ya no está para soportar a jóvenes maleducados que te dicen a la cara lo que piensan de ti, como que te hacen un
favor, y además chillando para que les entiendas mejor.
Antes de nada quiero recalcar, que al no ser un blog
especializado en Gran Hermano, no voy a hacer un estudio exhaustivo del tema,
ni mencionar a todos los concursantes, solo lo que me causó más impacto de la
primera gala.
Con respecto a la edición de este año, es un lienzo
todavía por escribir pero que ya muestra ciertos ingredientes. El principal de
todos que por de pronto, y sin que hubiera trascendido con antelación esa
decisión, Mercedes Milá ha entrado en la casa para hacer vida “normal” con los
concursantes. ¿Cuánto tiempo estará dentro? No se sabe, pero en opinión de este
vecino, esta decisión “contamina” las actuaciones del resto de la casa.
Este año los concursantes, ya se sabía, han entrado en
parejas, algunas “naturales”, otras forzadas por la organización. Incluso, Hugo, un joven, 18 años, de Pontevedra, ha
entrado con su cabra.
La organización del concurso ha querido dotarlo de cierto compromiso
social, con esas dos hermanas, Mayca y Loli, de 36 y 41 años, que entraron pensando que lo hacían como
trabajadores de limpieza, ya que ambas estaban en el paro.
Unas gotitas de morbo con esos dos hermanos, por parte de
padre, que no se conocen. Contribuye la decisión de no decírselo, por
ahora, del que se ha dado cuenta de la situación, Omar, de 25 años, al otro, Alfredo, de 23.
El espíritu de “El
príncipe”, esa gran serie que ha sido un bombazo este año en la cadena, está
representado en el concurso con Shaima, 18 años, de ese barrio ceutí,
musulmana. Se ha presentado al concurso, y ya se recalca una y otra vez, que a
su familia no le ha gustado la decisión de entrar.
Un joven torero rondeño, Luis, 23 años, en realidad puede parecer la caricatura de un
torero, entra con su apoderado, Francisco, que tiene como “arte”, según dice Mercedes
Milá, que durante sus 49 años de vida, nunca ha discutido con nadie. Siempre
hay una primera vez, y el formato del programa lo propicia. Ya durante el vídeo
de promoción, el apoderado se deja lucir en varios vehículos de los denominados
de “alta gama”, uno de ellos con el célebre “caballo rampante”.
En contraposición a esta singular pareja entra Azahara,
de 31 años, marbellí, y antitaurina recalcitrante, como guinda de la noche. Una
rubia despampanante que todos los espectadores han visto durante la emisión del
programa, ya que estaba situada como público a la entrada de la casa. La única
persona que ha entrado sola, y dentro de unos días tendrá que decidir con quién
juntarse.
Voy a terminar con unas breves anotaciones y que solo
servirán, lo advierto, a aquellos que vieron la gala, pero que muestran la
primera impresión de este vecino:
-Mal empezamos. Los
que no se conocían, José, mejicano, de 24 años, y Paula, de 19 años, apodada la
hawaiana, impresentables. Si todo es así, al final, cerramos la tapa y tiramos de la cadena.
-Con la
"hawaina", como es políglota, se demuestra que se puede ser
tonto/a en varios idiomas. Hace recordar muy mucho a “fresita” pero en más, todavía, cursi.
-La pregunta que todos nos estamos haciendo: ¿Va a haber alguien normal?
-Las
hermanas en paro, a poco que lo hagan bien, buenas candidatas para ganar.
-No me creo que
Paco, 40 años, de Madrid y taxista de profesión, no sepa nada y deje a su
familia y su taxi sin más. Entra como pareja “forzada” de Shaima a la que ha
llevado en su taxi hasta la entrada de la casa.
-El taxista tiene
preparado el vídeo de presentación y nos hacen creer que no sabía nada. ¡Somos
tontos!
-Cada
vez que veo a la hawaiana me vienen preguntas existenciales: ¿Alguien puede ser
“así” las veinticuatro horas del día? Tiene que ser muy cansado.
-Puede ganar la
cabra, al no hablar, se meterá en menos problemas.
*FOTO: DE LA RED