¡Es curioso! Estamos a 17 de Agosto, y ayer ya oí que a
este mes le quedaba poco, quizás en un intento de “tocar la moral” a aquellos
que acababan de llegar a su hogar vacacional durante la segunda quincena, por
aquello de que la felicidad no sea completa. Sin embargo, cualquier semana de
China, o de Corea, anunciada por El Corte Inglés, dura más que siete días. ..
Y es que hay misterios insoldables, como que los llamados
periodísticas del corazón, otro misterio insoldable, no tienen que ver nada con
“hacedores” de crónicas médicas sobre el citado órgano, sino con el cotilleo
puro y duro. Esos mismos periodistas, precisamente, que también tienen
problemas para medir el tiempo, pues con relación al hijo de cualquier famoso
que ha podido cometer cualquier tropelía, la mayoría de las veces, con
excepción del hijo de José Ortega Cano, intentan maquillar sus “fallos” bajo el
epígrafe de “que el niño es inexperto todavía”, y el niño o niña puede que ya
tenga treinta años o más.
Por cierto, ayer a este vecino del mundo le tocó ir a
despedir a La Nuri, su sufrida, a la estación de autobuses, ya que volvía a
Bilbao. Cuando el autobús, repleto de turistas en proceso de dejar de serlo,
estaba abandonando las instalaciones, se oyó la voz de un iluminado diciendo
eso tan manido, y que hasta ahora este vecino solo lo había oído aplicado a
festejos, como los Sanfermines: “Se han terminado las vacaciones, ya queda
menos para Agosto del año que viene”.
Odié esa expresión, más que nada porque
los mismos que nos tachan a todos los españoles de haber vivido por encima de
nuestras posibilidades, y que este
vecino no recuerda, por mucho que lo intenta, cuándo él lo hizo, inventen
ahora una frase profética, cada vez que
alguien pierda su puesto de trabajo, y le digan con una sonrisa “profiden”:
“Tranquilo, ya queda menos para el próximo trabajo”. O que al mismo Ortega
Cano, o en un futuro, presumiblemente a un presunto Bárcenas, o a algún
presunto Pujol, que estando en la cárcel, su abogado defensor con una sonrisa y
mirada proféticas le diga a su cliente: -Tranquilo, ya queda menos para que salgas en
libertad.
De todas maneras, sí hay algo de verdad en todos "estos misterios insoldables", y es que la vida pasa tan rápidamente que mejor sería que nos dejáramos de poner obstáculos en el camino propio o ajeno, y disfrutar de lo mucho o poco que nos quede, porque, y es la única verdad irrefutable, la muerte siempre nos va a venir demasiado pronto para algo, especialmente para seguir viviendo.
*ILUSTRACIÓN: DE LA RED