Me
acabo de levantar, más tarde de lo que es normal en mí, y estoy además
agotado y con una gran preocupación. Me he pasado la noche, en
sueños naturalmente, siendo el organizador máximo de los viajes del
Papa por Roma mismo, y era además estresante, porque como se dice
vulgarmente todo el mundo quería acercar el ascua a su sardina,
sugiriéndome lugares donde él fuera, para así naturalmente
aumentar las ventas en su negocio.
Era
tal el recibo de “sugerencias” que me han tenido que literalmente
meter en una urna para que la gente me dejara tranquilo, y no
sentirme condicionado, pero aún así la gente hacía ruidos con el
cristal de la citada urna para centrar mi atención, y mediante
gestos de todo tipo, y anotaciones en papeles, sugerirme diferentes
direcciones para llevar a la máxima autoridad de la Iglesia.
Siempre me ha parecido insoportable el que a un médico por el mero
hecho de serlo, toda persona conocida, y tras saludarle le pregunte
en plena calle qué puede tener, dándole los síntomas, lo mismo que
un cómico se supone que tiene que ser gracioso todo el día, y esta
noche me he sentido por un momento una especie de Bárcenas de las
profundidades, llegando a la conclusión de que la persona que es
pringada de una manera, lo es siempre.
No me he hecho millonario, en
una noche al menos, y todo el mundo me intentaba putear, ¡vamos!,
como en un día normal y corriente. Conclusión: las malas personas
nacen, y no se hacen. Igual que un artista nace ya con esas
inquietudes que le van a caracterizar durante toda su vida, y que
podrá incrementar con los estudios, la persona que es mala lo es
desde la teta, por decirlo de alguna manera. Luego podrá serlo más,
pero nunca menos.
En
mi sueño el Papa no era Francisco, sino otro con cara de más
autoridad, muy serio, rayando en que casi sentías miedo, pelo blanco,
todo el pelo, muy delgado, y rasgos muy duros, y este vecino no ha
visto ventajas al estar a su lado, principalmente, como ya lo he
dicho, por su manera de ser, la del vecino.
El
Papa de ahora, físicamente, no hubiera pasado un casting para hacer
de Papa, tiene pinta de buena persona, y de uno más. Quizás en el
fondo sean alguna de las características que han ayudado a que fuera
elegido. ¡Nunca se sabe!
Por
lo demás, Bárcenas, y como hubieran dicho en mi pueblo hace muchos
años, o el Sursum corda, si tienen malas conductas es porque en
cualquier otro puesto hubieran hecho lo mismo, naturalmente salvando
las distancias de la importancia del puesto. Y es que hay sueños que
sirven de un master en comportamiento humano, e indudablemente mucho
más barato.
*FOTOCOMPOSICIÓN: DE LA RED