Si algo no he nacido, y lo he tenido claro desde el principio, ha sido
valiente. Es más, soy de los que esperan lo peor, y muchas veces, la mayoría,
tiene la desgracia de acertar. No, no soy pesimista. Como en el chiste, me
considero un optimista pero bien informado, nada más.
La noche del 10 de Noviembre
pasado, sobre las diez de la noche, salía de mi mesa electoral. Me había tocado, por cuarta vez en mi vida, ser vocal de unos comicios en los que en realidad, tenían que haber atado en las patas de las mesas electorales, a los que nos
habían llevado a aquella situación, es decir, a los políticos. Hacerles pasar todo el
día apuntando a mano quien viene, y comprobar su carnet de identidad. Y al
final del día, mandarles a casa con un inequívoco sello en su frente especificando
“caducado”.
Bien, esa noche, tras un día
electoral en el que tuve que pasar una dura prueba para el único ojo que me
queda, me fui a casa pensando aquello de “prueba superada y que me echen un galgo
hasta que me vuelva a tocar, si me toca”, que tenía la esperanza que fuera
cuanto más tarde mejor...
Y ahora resulta que el lendakari
está sopesando el llevarnos a otras elecciones el 5 de Abril. Todavía no es
seguro, pero… pasará.
Eso es como cuando se rumorea
que el gobierno, así en general, está sopesando un nuevo impuesto y a quién se
lo va a imponer. Estés donde estés, te pongas donde te pongas, y cómo te
pongas, al final te va a tocar. Tienes muchas más probabilidades, como hubiera
dicho mi madre, que el gallego ese de la ropa.
Lo dicho. Pareciera, y al final será verdad, que un político cuando no sabe que hacer, convoca elecciones.
Esos lectores que
vivís en Euskadi, y ahora se rumorea que también pudiera ocurrir en Galicia, y en el mismo día, id preparando la fecha del 5 de Abril para dedicarlo, y con vuestras mejores galas, al más que posible baile que vamos a tener con nuestro
lendakari. Y lo peor de todo es que, ya sabiendo, nos dejaran compuestos y sin…
baile?
*FOTO: DE LA RED