Sí, seguro que lo habéis notado. La frecuencia de textos,
opiniones, de este vecino del mundo ha bajado radicalmente.
Y es que me encuentro apático, y mirando mi lengua a
través del espejo, comprobando una vez más que está “blanca empacho”, de todo lo
que ha tenido que tragar (me imagino que como la mayoría de los españoles), que es lo peor. Con una sensación, todo el tiempo, de déjà vu, ésto ya lo he visto antes, y no me lo creo tampoco ahora, y de que
los momentos presentes es más de lo mismo.
Sin ir más lejos, ayer, los que fueron durante un
tiempo, eso nos lo decían constantemente en todos los medios de comunicación, “los
más listos de la clase”, como si fuera una reunión de exalumnos, Rato,
Mayor Oreja, Arenas y Acebes, ex ministros del Señor Aznar, tuvieron que aparecer, seguro que muy a su pesar,
en el juicio de “la Gürtel”, y lo de “aparecer” es estrictamente literal,
porque hablar, hablaron poco: no sabían, no recordaban, no les constaba... ¡Un
asquito!
Viendo ese resultado, parece que un brote de amnesia se
ha declarado en ciertas mentes de la España-va-bien que debería, como mínimo,
ser estudiado.
Lo triste es que, viendo lo que vimos ayer, y que es más
de lo mismo de lo ya visto, en cuestión de comportamiento (por eso el empacho
de este vecino del mundo), en otros casos, solo te queda preguntar tristemente: ¿En manos de quién hemos estado? Naturalmente, es simplemente una
pregunta retórica, porque si ellos no saben nada, nosotros, simplemente, pasábamos
por allí…
En el fondo, a este vecino del mundo, siempre le queda la
sensación de que hay mucho cobarde suelto, y que cuando hay problemas, nadie
tiene los santos huevos de poner su cara, por miedo a que se la rompan. Aunque
en realidad deberíamos hablar, como diría un sudamericano, del estatus y la
plata acumulada, por miedo a que los suyos, los demás no importan, se queden
sin comer, muy bien por cierto, y sin todo lo demás, que, seguramente, será
mucho.
Hablando de “santos” (huevos), y de los más listos de la
clase reunidos ayer en una especie de examen oral de selectividad, de su estirpe, ¿no habrá ninguno, que se les presupone católicos-apostólicos-y-romanos, reparado en que si Dios, que nos han dicho mil veces, está en todas partes, seguramente no debe de
estar muy orgulloso de los de esa promoción de alumnos lumbreras?
Ante preguntas que nunca se podrán contestar, este vecino
siempre lo ha tenido muy claro, “la cosa” debe fluir, porque de lo contrario, huele,
y ante eso, solo hay una opción: entrar en el cuarto de baño, y echar la bomba.
¿Para cuándo una bomba portátil, en versión, claro está, sino
elegante, cuando menos “decorosa”, para poder llevar a cualquier lado, y evitar
frustraciones, y como a este vecino del mundo le ocurre, empachos?
¡Tranquilos! Sólo era otra pregunta retórica...
*FOTOMONTAJE: DE LA RED