Ver el programa de Bertín ayer en Telefive, con una
Esperanza Aguirre libre de todo complejo, ha sido como estar en el filo de la
navaja y no saber si te debes de cortar las venas, o ponerle una buena ración de
alfalfa al canario que nunca has tenido.
Quedó más que claro que Doña Espe siempre ha hecho lo que
le sale del mismísimo, y que eso de ser madre..., se es, pero sin mucho ímpetu.
Siempre es mejor ser abuela.
Estuvo muy bien su hermano, pero se le vio el plumero,
claro, cuando a la pregunta sobre si la Señora Aguirre cocina, él contestó que las
veces que va a su casa, “todo está muy rico”, y que no pregunta quién lo ha
hecho, porque lo que pasa de muros para adentro…
Como se dice ahora: Y yo voy, y
me lo creo.
Si en la mayoría de los programas, muchos de los invitados quedan como un Adán cualquiera, al no saber encender la cocina, ayer no se le puso en esa tesitura a Doña Espe. Y la mayoría nos quedamos con la duda.
Por cierto, me pasé todo el tiempo esperando a que
Bertín, el Señor Osborne, le hiciera la ola, hasta que me di cuenta de que todo
el programa fue una ola virtual…
De todas maneras, y en otro orden de cosas, una gran
característica del político es hacer de la necesidad virtud.
Que la sociedad
está harta, así con jota, porque hay que ir a votar otra vez, con el
consiguiente gasto, que pagamos nosotros porque ellos no han sido capaces de
llegar a un acuerdo, y ahora resulta que todos los partidos parecen que ahorran
desde siempre. Porque ya se habían dado cuenta que era necesario ahorrar, y que ya no se ponen ni banderitas, ni grandes fotos. Porque, total, sus candidatos ya
son de sobra conocidos. Y es verdad, porque todos en nuestras casas, sabemos a
quién damos de comer, y a todos ellos desde hace mucho tiempo les tenemos en "un todo incluido, de lujo". Y que por cierto, ¡cómo comen!
¿Os habéis dado cuenta alguna vez de que todo lo que
hacen los partidos políticos puede estar bien o mal pero siempre es carne de
debate, y al final con tanto debatir y
de menear la perdiz, no se llega a ningún sitio, la gente se harta, otra vez,
con “jota”, y al final el asunto se olvida?
Sin embargo, lo que hacemos nosotros, el vulgo, nunca es
objeto de dudas. En un momento dado, todos, todos, según ellos, claro, gastamos
por encima de nuestras posibilidades, y de ahí vino la crisis. Y eso va a misa.
Y si va a misa, ya se sabe… se bendice.
Luego, nos enteramos de que las propias autonomías,
algunas de ellas, se gastaron el dinero en obras faraónicas, para que los padres de los políticos estuvieran orgullosos de ellos, e incluso hicieron aeropuertos para el abuelo, pero eso, también es debatible, y consecuentemente,
entra en el terreno del olvido.
Y todavía queda más de un mes para las próximas
elecciones… Y que tras los resultados, se pongan de acuerdo. Y mientras, no nos
olvidemos, sigue el mismo gobierno, por defecto. Y nunca, nunca, mejor dicho.
Lo dicho, ¡Harto! Con jota.
*FOTO: DE LA RED