A medida que uno va cumpliendo años, inevitablemente va cambiando su manera de ser, poco a poco para que prácticamente él no se dé ni cuenta.
Por norma general cuando uno es joven, tiene claro lo que no quiere ser el día de mañana, y suele coincidir con la gente que se tiene al lado, osea a los padres. En cambio, un buen día, muchos años después, normalmente suele ser tras una discusión con uno de tus hijos, te paras delante del espejo y te das cuenta de que al final eres igual que tus padres, y que haces aquello que juraste nunca hacer.
De joven por ejemplo te gustaba apuntarte a todo tipo de juergas, ahora ya la huella de una de ellas te puede durar días, e incluso huyes de ellas.
Estos primeros días en Torrevieja, en los que estoy solo, podría estar mucho tiempo en la playa, y sin embargo voy a primera hora de la mañana, y a última de la tarde, porque evito las aglomeraciones.
Mi sistema nervioso se altera cuando compruebo que hay más gente que granos de arena. Además siempre hay alguno al que le entra una fiebre irreparable de jugar con la pala y la pelota, y no repara en que con sus movimientos, normalmente además son de todo menos atléticos, pueden ir dejando más de un lesionado por detrás.
Por cierto, se supone que se prohibió el reservar durante la noche “parcelas” de la playa para el día siguiente, pues o la orden del ayuntamiento no quedó muy clara, o aquí hay más de uno que se hace el loco. Tampoco es de extrañar esto último, teniendo en cuenta que esta playa se llama así: la Playa de los Locos.
Como ya he dicho con anterioridad, estos primeros días estoy solo todavía, y hay momentos que estando en la playa me entran sentimientos de orfandad, y es que aquí existe mucha costumbre de ir toda la familia a la playa, y además tienen que estar todos juntos, para que se note esa especie de comunión entre ellos. Muchas veces durante sus paseos, todos a la vez naturalmente, me recuerdan a los desfiles de moros y cristianos. No me extrañaría que tuviera algo que ver.
Cualquier día de estos, voy a poner en el móvil “Paquito el Chocolatero”, y seguro que se organiza allí un desfile de “Moros y Cristianos” en un pispás.
¡Tiempo al tiempo!
*FOTO: DE LA RED