miércoles, 6 de octubre de 2010

CASI COMO QUE NO

Con la única neurona que nos queda a los hombres, como diría la Nuri, mi sufrida, estaba paseando por las sutilezas del lenguaje en ciertos momentos. Últimamente en algún programa de cotilleo, los periodistas hablaban de lo mala que era una persona por hablar de su ex-jefa, que siempre le había tratado “como de la familia”. Normalmente esa expresión es muy sutil, pues reconoces implícitamente la palabra “casi” y un “casi millonario” puede ser un pobre.
Desde mi punto de vista, es una expresión clasista, que diría una persona “de posibles”. Otra expresión que tiene su guasa; pues con ello queremos decir que es una persona con bastante dinero, y eso no es una posibilidad, sino una realidad. Persona de posibles puedo ser yo, pues es posible que alguna vez sea millonario, los juegos de azar son ciegos y democráticos, eso sí es posible, y también es posible que me muera de asco.
Toda expresión que se encabece con “como” y “casi”, lleva gato encerrado, pues siendo como de la familia, seguro que es el miembro que se lleva todas las tareas de la casa, sin horarios, ni días de fiesta, y además al ser casi consanguíneo se supone que lo tiene que hacer por amor al arte, es decir, practicamente gratis.

Como uno más de la familia de millonarios, de la casa de al lado, me compré un teléfono como nuevo, que tenía diez años; viéndome en el espejo casi guapo, por lo cual follaba casi todos los días.” En realidad esto puede querer decir que aunque en la casa de al lado hay millonarios, yo estoy más tieso que la mojama, me compré el primer teléfono que salió al mercado, pero diez años después, y al mirarme en el espejo me vi una facha tremenda, que como en el chiste, follaba casi todos los días: casi los lunes, casi los martes..., ¡vamos! casi siempre.

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