EL EXTRAÑO CASO DEL DINERO DIVINO

En estas últimas veinticuatro horas está causando estupor la noticia del supuesto robo de un millón y medio de euros de un convento de monjas cistercienses en Zaragoza, dinero que según han confesado las monjas era casi todo en billetes de quinientos euros y guardado en bolsas de plástico. Según ellas, eran los ahorros de la comunidad, pero teniendo en cuenta que se dedican a encuadernar y restaurar libros...la citada suma parece a todas luces excesiva.

También se sabe que hay una monja, que pertenece a la congregación que es una afamada pintora y que su labor diaria en la comunidad a diferencia de la de sus compañeras es solamente pintar, y sus cuadros pueden alcanzar precios entre diez mil y veinte mil euros, dependiendo del tamaño del lienzo. Por lo cual una de las teorías que al parecer baraja la policía es un presunto delito fiscal. Como se diría informalmente todo apunta a que pudiera ser dinero negro.

La verdad es que todo esto podría haber sido un estupendo divertimento en manos de Rafael Azcona y Berlanga.

Al leer la noticia al instante me han surgido varias preguntas: - ¿Por qué las monjas han tenido que recurrir a la policía? - Si partimos de la base de que Dios, como todo el mundo sabe, está en todas partes, presuntamente él ha tenido que ver algo, pudiendo saber lo que ha ocurrido. Por lo que inmediatamente me viene otra pregunta: - ¿Puede estar Dios involucrado? - Quizás al ver que no se dedicaba semejante cantidad a la ayuda de todo aquel que lo necesitara, haya tomado cartas en el asunto para que así suceda.

Teniendo en cuenta la magnitud que puede alcanzar esto y sus consecuencias, está claro que hace falta un juez estrella, pero el más mediático de todos, está ocupado en otro caso muy importante, el suyo mismo. Ya se sabe que toda estrella, irradiando tanta luz, siempre puede, involuntariamente por supuesto, dañar a alguien y cegarlo.

El extraño caso del dinero divino está claro que va a atraer la atención de todos, y esperemos que no se cruce ninguna televisión por medio, pues en ese caso pronto nos enteraremos de la vida y milagros de cada una de las monjas, y bajo la escusa de que ya son personajes mediáticos podríamos enterarnos de sus luces y sus sombras.

Tranquilamente se podría hacer un culebrón sobre sus vidas, e incluso un libro de recetas
del convento, o un curso en cómodos fasciculos para aprender a pintar al modo de la
reputada monja pintora. Así lo que presuntamente se ha perdido por un lado, podría ser en cierta manera recuperado en un negocio divino, que vendría divinamente bien a unos cuantos dioses de la comunicación.

¿Para cuándo un videojuego donde el participante tiene que ir encontrando diversos tesoros en el citado convento, y cada cierto tiempo se le van haciendo preguntas de cultura general, mediante las cuales se le va autorizando a entrar en las diferentes estancias sagradas?... Tiempo al tiempo.

* FOTO: SHUTTERSTOCK